miércoles, 19 de enero de 2011

Capítulo 9: El Castillo de Hyrule

Me desperté al día siguiente, todavía no había amanecido pero faltaba poco. Me di cuenta de que el brazo derecho de Jin estaba por encima de mi cintura, como siempre pasaba.
-Este chico me mata...-dije en voz baja. Intenté quitarme su brazo de encima pero, como resultado, se abrazó aún más a mí.
-Sé que me quieres mucho Jin, pero esto ya degenera-dije algo molesta. Desistí de intentar quitarlo de encima de mí y miré a mi alrededor, me puse a pensar en como podíamos entrar en el Castillo de Hyrule. Al poco rato de estar dándole vueltas al tema, veo a Ike aparecer entre los árboles del bosque, estaba mojado y desnudo de cintura para arriba, por lo que deduje que se había ido a dar un baño a la cascada. No me moví para no sobresaltarle. "Menudos músculos se gasta el amigo, quién fuera cota de malla para estar agarrada a ese cuerpo todo el día" pensé con picardía mientras Ike me daba la espalda para coger su traje de combate. Me fijé en que estaba comenzando a amanecer, los primeros rayos del sol acariciaban las hojas de los árboles más altos, así que decidí "despertarme" para poner a todo el mundo en marcha. Tomé la iniciativa con mucha picardía por cortesía de mi amiga la ligona.
-Bonita espalda Ike-dije sonriendo y apoyando mi codo izquierdo en el suelo y poniendo la cabeza sobre la mano del mismo brazo. Ike se dio la vuelta sobresaltado y me miró con algo de sorpresa.
-Gracias, supongo-dijo él un tanto bloqueado y pálido. No pude reprimir una risa.
-Lamento haberos asustado, no era mi intención-dije sin dejar de sonreír.
-Mmmm....esto...¿no había que irse al castillo de no sé dónde?-preguntó poniéndose la parte de arriba con algo de prisa. Me reí de nuevo.
-¿Queréis que os ayude con el traje?-le pregunté.
-¡No, no! No hace falta gracias-dijo él empezando a sudar, se veía claramente que no le gustaba que nadie le mirase mientras estaba medio desnudo.
-¿Queréis que me gire para que tengáis algo más de intimidad?-pregunté.
-Lo lamento, no estoy acostumbrado a estas situaciones tan embarazosas-me dijo metiendo a presión su traje en su cuerpo.
-Lo vais a romper, dejad que os ayude-dije poniéndome en pie con cuidado de no despertar a Jin. Dejé su brazo sobre la cama de ropa y me acerqué a Ike sigilosamente para no despertar a nadie.
-Realmente os ponéis nervioso, si llego a saberlo no os digo nada-dije quitándole en traje y dejándolo a torso desnudo de nuevo. Ike empezó a temblar un poco.
-¿Estáis bien?-le pregunté colocando bien las costuras de traje para que no se rompiese.
-Sí, es que nunca he estado así frente a una mujer...-me dijo algo colorado.
-¿Así cómo?-pregunté quitando las hojas secas del traje.
-Pues...sin ropa-me dijo cabizbajo. Me reí de nuevo.
-Sin ropa sería si os pudiera ver todo el cuerpo, pero solo veo desde vuestra cintura para arriba, eso no es estar desnudo, es estar al sol-dije sonriendo. Ike rió un poco, noté como algo de tensión se iba en esa sonrisa.
-Bueno a ver si os lo coloco bien-dije. Puse el cuello del traje sobre el pelo de Ike, este metió los brazos por las mangas y bajé con suavidad el traje, entró a la perfección y le quedaba como un guante.
-Mejor así ¿no?-le pregunté sonriendo mientras quitaba algunos pliegues del traje tirando de este hacia abajo.
-Creo que esto ya está-dije.
-Gracias y disculpad por el numerito, no era mi intención ponerme así pero me pongo muy nervioso a veces-me dijo.
-No importa, comprendo que lo que acabo de hacer está algo fuera de lugar pero creo que no he sido descortés en ningún momento-dije riendo.
-En absoluto, lo lamento de nuevo-me dijo.
-Olvidaos de eso, vamos a despertar a los demás que tenemos una princesa que salvar-dije cogiendo la Ragnell y dándosela a Ike. Este me sonrió y me dio las gracias.
Al poco rato todos estábamos despiertos, llamé a los CDA y nos pusimos en camino al Castillo de Hyrule. Al llegar a la ciudadela algo en mi interior me dijo que tuviera cuidado, que algo malo nos iba a ocurrir. Caminamos hasta la entrada del castillo y vi que este estaba rodeado de una pared de maldad, era imposible tocarla sin quemarse.
-¿Cómo decíais que la ibais a romper?-me preguntó Sothe. Me acerqué a la pared y la examiné de cerca.
-Esto es enorme-dijo Rolf asombrado, se acercó a la pared e hizo un amago de tocarla.
-¡Ni se te ocurra Rolf!-grité, el pobre Rolf, del susto, dio un salto hacia atrás.
-Perdón, no volveré a tocar nada sin vuestro permiso-me dijo cabizbajo mientras volvía a la fila que la Brigada del Alba formaba.
-No te enfades Rolf, es que si la tocas podrías quemarte toda la mano y no me gustaría nada perder al mejor arquero de todos los tiempos-dije sonriendo para animarlo un poco. Rolf me devolvió la sonrisa.
-Zelda...-dijo la voz de Link, miré a este y vi que miraba a lo alto de una torre.
-¿Está allí?-le pregunté. Link bajó la mirada de la torre y me miró.
-No lo sé, si Ganon la tiene aquí presa podría haberla llevado a cualquier lugar-me dijo, noté miedo y preocupación en su tono de voz.
-No temáis Link, la salvaremos-le dije para calmarlo un poco.
-Bueno, será mejor que me ponga en marcha-dije mientras abría las alas.
-Soren, os necesito para calcular cierta cosa-dije extendiendo mi mano hacia él.
-¿Qué debo calcular?-me preguntó cogiendo mi mano. Lo acerqué hacia mí.
-Necesito saber cuál es el punto donde recae todo el peso de la estructura para poder golpear de lleno ese sitio y derrumbar toda la barrera de un solo golpe-le dije abrazándolo contra mí.
-De acuerdo, creo que podré hacerlo-me dijo mientras ataba una cuerda a la cintura de ambos, como medida de seguridad por si se me escurría o nos atacaban.
-¿Cómo que creéis?-pregunté con cara de enfadada. Soren me miró sorprendido.
-¡Estoy convencida de que podréis con ello!-dije sonriendo. A todos se les escapó una risa.
-Bueno, espero que no le tengáis miedo a las alturas-dije agarrando bien a Soren y apretándolo contra mi pecho. Abrí las alas y llevé a Soren a todos los lados de la barrera, esta parecía totalmente impenetrable.
-¿Ya lo tenéis?-pregunté haciendo trabajar a los músculos de mis brazos para poder sujetar a Soren, no pesaba mucho pero igualmente pesaba.
-Creo que sí-me dijo, -¿Veis aquel lugar de allí?-me preguntó señalando algo con el dedo, seguí la dirección que este marcaba y pude ver una minúscula grieta en la barrera.
-Sí, sí lo veo sí-dije.
-Con un golpe lo bastante fuerte podréis derribar la barrera sin problemas-me dijo. Bajamos al suelo y desaté a Soren de mi cintura.
-Muchas gracias Soren-le dije sonriendo.
-De nada-me dijo.
-¿Y ahora qué? ¿Alguno más de tus amiguetes?-me preguntó Shinon.
-Sí, habéis dado en el clavo-dijo una voz tras él, miré por encima del hombro de Shinon y vi a mi querido Entei, uno de mis Pokemon favoritos. Este iba seguido por Suicune y por Raikou. Los tres se lanzaron a mis brazos, del ímpetu me tiraron al suelo y caí de espaldas al mismo. Suicune no paraba de lamerme la cara.
-Vale Suicune, ya me he dado un baño esta mañana-dije intentado detenerle pero fue inútil, todos nos queríamos mucho y nos protegíamos mutuamente.
-Bueno, ya vale chicos, os he pedido que vinierais para trabajar-dije sentándome en el suelo y quitándome a Suicune de encima con la mano derecha.
-¿Qué tenemos que hacer?-preguntó Raikou sentándose
-Necesito que golpeéis la barrera en cierto punto para romperla y que podamos entrar al castillo sin problemas y de una sola pieza a ser posible-les dije poniéndome en pie y quitándome las babas de Suicune de la cara.
-¡Me encanta el Remate Triple!-dijo Suicune emocionado
-¿Dónde hay que darle?-preguntó Entei con su seriedad de siempre
-¿Veis aquella grieta?-pregunté señalando la barrera con mi dedo índice de la mano derecha.
-Es algo pequeña pero tenemos una puntería excelente-dijo Raikou
-No lo pongo en duda-dije acariciándole la cabeza
-¡Entonces vamos! Ruego que tus amigos se quiten de ahí-dijo Entei con energía. Me fui junto al grupo y todos nos pusimos tras Entei, Suicune y Raikou.
-Vale chicos, ya estamos, cuando queráis-dije. Los tres se miraron y asintieron
-Estamos listos-dijo Raikou
-Hey Rolf...-le dije a este en voz baja, él se acercó a mí.
-¿Por qué no les das tú la orden?-le pregunté al oído sonriendo. Rolf me miró impactado
-¡¿Yo?!-exclamó.
-Bueno chicos, cambio de planes, ahora el entrenador es Rolf-les dije
-Saludos entrenador-dijeron los tres al mismo tiempo con la cortesía que les caracterizaba cuando dejaba al mando a otra persona
-¿Y qué tengo que hacer?-me preguntó Rolf algo tembloroso.
-Primero cálmate, lo segundo debes gritar a los cuatro vientos esto: ¡Remate Triple!-dije
-No sé si podré...-me dijo algo dudoso de sí mismo, algo malo para todos. Uno nunca debe dudar de su capacidad para hacer algo. Eso lo aprendí con los años debido a tener el título de la Diosa de la Guerra.
-Cuando digáis entrenador-dijo Entei esperando ansioso la orden.
-Venga Rolf, demuestra lo que vales-le dije sonriendo y poniendo mi mano izquierda en sus hombros.
-No sé...-dijo él.
-Grita a pleno pulmón, das las orden y ya de paso te desahogas un poco-le dije sonriente. Rolf se hinchó de valor, dejó la vergüenza a un lado y dio un paso al frente con mucha decisión.
-¡Remate Triple!-gritó con confianza. Al segundo, Entei lanzó una llamarada, Raikou un relámpago y Suicune una ola enorme. Los tres ataques dieron de lleno en la minúscula grieta que había en la barrera. Al poco tiempo del impacto, esta se viene abajo con un gran estruendo.
-¡Se nos viene encima!-gritó Sothe poniéndose delante de Micaiah.
-¡Praesidium Obice!-grité dando un paso al frente y dirigiendo mis manos al frente. Al segundo una barrera de protección nos cubre a todos, protegiéndonos así de morir aplastados por la berrera. Hice un gran esfuerzo para mantener la barrera firme cosa que me costó mucha energía. Cuando todo cesó, bajé las manos y me concentré en respirar. Estaba medio asfixiada del esfuerzo y estaba realmente agotada. Las gotas de sudor corrían por mi frente.
-¿Estás bien Irina?-me preguntó Jin acercándose a mí. En ese momento me empezó a sangrar la nariz del esfuerzo.
-Dame un pañuelo por favor-le dije.Jin sacó rápidamente un pañuelo de no sé dónde y me lo dio, me lo puse en la nariz y miré al cielo para detener un poco la hemorragia.
-Mejor túmbate en el suelo-me dijo Jin. Me tumbé y las piernas de Jin me sirvieron de almohada. Todos se acercaron a mí al verme así.
-¿Estáis bien?-me preguntó Mia algo impactada
-Sí, lamento haberos preocupado pero siempre que hago esa barrera me canso mucho, empiezo a sangrar por la nariz y me pongo a sudar-balbuceé. El pañuelo tapaba mi boca por lo que distorsionaba mi voz.
-¿Por qué os pasa?-me preguntó Edward
-Todavía tengo que perfeccionar esa técnica de protección-dije
-¿Ves Rolf? Hasta los dioses necesitan pulir técnicas, nadie es perfecto-le dijo Oscar en voz baja a su hermano menor. Sonreí un poco al ver cómo Rolf se sonrojaba. Cuando se me pasó la hemorragia de la nariz me puse en pie y me guardé el pañuelo ensangrentado en un saco de mi cinturón. Caminamos hasta la entrada al castillo y todos nos detuvimos al ver las enormes puertas que lo protegían de enemigos y extraños.
-Esto impone-dijo Nolan
-No habéis visto el castillo por dentro, eso sí que impacta-dijo Link
-Abramos las puertas, cuanto antes vayamos antes volvemos-dije. Todos nos pusimos frente a las puertas y las empujamos con todas nuestras fuerzas. Al terminar de abrirlas un gran jardín se dejó ver ante nuestros ojos, era hermoso y algo siniestro al mismo tiempo. Tenía un monumento dedicado a la Trifuerza en el centro y el jardín se dividía en dos pasillos que iban a ambos lados, había una puerta al final de cada pasillo. Tras el monumento se erguía altivo el castillo. Era realmente impactante.
-Esto está un poco solitario-dijo Sothe
-Un poco bastante-dijo Ike algo sarcástico
-¿Qué es eso?-preguntó Leonardo señalando algo. Todos miramos en esa dirección y vi un pajarraco enorme, era horrible y su graznido paralizaría a cualquiera.
-Nosotros nos encargamos de las cosas del exterior, será mejor que vosotros vayáis por dentro-dijo Entei.
-Buena idea-dijo Jin
-Pero tened cuidado igualmente, no os creáis muy fuertes que luego os dan una tunda que me duele hasta a mí solo de veros-dije
-A tus órdenes Irina-me dijo Suicune. Los tres se dividieron por todo el jardín exterior y nosotros nos dirigimos a la puerta principal. Intenté abrirla pero me dio un calambrazo.
-¡Ay!-grité quitando la mano rápidamente del pomo de la puerta.
-¿Estás bien?-me preguntó Jin. Yo asentí mientras lamía la quemadura que me había hecho, no era nada grave pero me molestaba.
-Tal vez con una buena patada-dijo Jin
-O con ElWind-dije. Miré a Soren y este sacó un libro de debajo de su túnica.
-Apartaos de la puerta si me hacéis el favor-dijo Soren. Todos nos pusimos tras él para no resultar heridos, a ninguno nos apetecía salir volando por los aires. Soren hizo un conjuro bastante poderoso y tiró la puerta abajo sin armar mucho ruido.
-Vale, ahora precaución, ruego que todos desenvainen sus armas, gracias-dije bromeando un poco para calmar el ambiente, el cual estaba cargado de tensión y algo de temor. 
Entramos por la puerta de dos en dos, al entrar vi un pasillo corto seguido de una gran estancia circular, tenía muchos candelabros apagados y unos cuantos balcones que tenían una puerta, las cuales seguramente deban a las entrañas del castillo. Caminamos hasta en centro de la sala circular y miramos a nuestro alrededor.
-Esto no tiene salida-dijo Mist
-¿Seguro que es la entrada correcta?-preguntó Boyd.
-Estoy convencido de ello, pero antes esas escaleras era más largas y daban a aquel balcón-dijo Link señalando unas cortas escaleras que subían a la nada, eran marrones y, supuestamente, daban acceso a un balcón situado bajo un candelabro.
-No vamos a poder subir por ellas, lástima, con lo bien que me veía hacer un poco de ejercicio-dijo Mia riendo.
-Eso de las bromas está genial Mia, pero ahora debemos concentrarnos en encontrar la manera de subir ahí-dije
-¿Por qué no nos lleváis volando tú y Rafiel?-preguntó Titania.
-Buena idea-dije. Intenté abrir las alas pero, por alguna extraña razón, no pude.
-¿Qué pasa?-preguntó Jin algo sorprendido.
-No lo sé, no puedo abrir las alas-dije algo confusa y angustiada. Me daba mala espina no poder abrir las alas en lugares cerrados, me causaba algo de pánico y claustrofobia al mismo tiempo.
-Lo siento Rafiel, tendréis que hacerlo vos solo-dije.
-No importa-me dijo sonriente. Extendió sus alas y, al hacerlo, se quejó de dolor y se echó las manos al ala izquierda.
-¿Qué pasa Rafiel?-preguntó Ike.
-Me duele el ala, no creo que pueda volar ahora-dijo, noté dolor en su voz. Me acerqué a él.
-¿Me dejáis ver?-pregunté señalando el ala aparentemente normal. Rafiel asintió y quitó sus manos del ala. La toqué con toda delicadeza, examiné detenidamente los huesos por si había alguno roto o fisurado. Mientras tocaba la parte central del ala Rafiel se echó hacia atrás, quitándola de mis manos, huyendo del dolor. Eso significaba que estaba fisurado.
-¿Está roto?-preguntó Rafiel.
-No lo creo. Si estuviera roto no podríais moverlo y os dolería cada vez que os diera el viento en ella, por lo que está solamente fisurado-dije.
-¿Qué significa eso?-preguntó Rolf
-Es una hendidura en el hueso que no llega a romperlo, pero molesta mucho-dije.
-Tal vez Rhys pueda curarlo-dijo Oscar
-Intentadlo, no se pierde nada-dije apartándome de Rafiel. Rhys se acercó a este y puso su bastón rozando el plumaje de Rafiel. Una luz azulada salió del bastón.
-Creo que ya está-dijo Rhys.
-Intentad mover el ala-dije. Rafiel aleteó un poco, pero volvió a quejarse de dolor.
-Me duele más que antes-dijo este agarrando su ala.
-Eso es algo improbable, pero podemos olvidarnos de ir volando-dijo Jin.
-¿Alguna alternativa?-pregunté. Todos miramos a Link pues él era el que conocía mejor el castillo de todos nosotros.
-Ya os dije que antes se subía por esas escaleras, ahora no sé como acceder allí arriba-dijo.
-Lo mejor será examinar de cerca todo y ver si hay alguna posibilidad de llegar a algún balcón-dijo Soren. Todos no pusimos en marcha, mirando con lupa cada rincón o cada posible acceso, pero no vimos nada que nos permitiese llegar a ningún lado.
-¿Y ahora qué genio?-dijo Shinon con aire de enfadado
-No hace falta enfadarse-dije.
-¿No tenéis ningún conjuro que nos sirva para subir?-me preguntó Micaiah.
-No, lo siento-dije bajando un poco la cabeza. Al segundo miro de nuevo a Micaiah y me acerqué a ella de un salto.
-¡Claro, Micaiah!-dije.
-¿Qué pasa conmigo?-dijo esta algo impactada y sorprendida.
-¿Por qué no curáis a Rafiel con vuestras manos?-pregunté. Micaiah me miró con cara de besugo barrigón.
-Dicen que sois capaz de curar a la gente sin bastón y sin libro-dijo Jin
-Es posible...pero no sé si podré-me dijo algo dudosa.
-Mejor intentarlo y lamentar que no ha funcionado que lamentar no haber hecho nada-dije empujándola contra Rafiel. Micaiah se concentró y tocó a Rafiel con sus manos, una luz verdosa salió de estas y Micaiah perdió un poco el equilibrio, pero Sothe ya estaba allí para agarrarla y evitar que cayera al suelo.
-¿Estás bien Micaiah?-preguntó este sentando a su hermana en el suelo. Ella asintió.
-¿Algún cambio Rafiel?-preguntó Nailah. Rafiel volvió a mover las alas y al parecer se habían curado.
-Gracias Micaiah, ya no me duele-dijo este con alegría.
-Entonces vamos, ¡el deber nos espera!-dije con energía.
-Micaiah aún no se ha recuperado, ruego un poco de descanso-dijo Sothe algo molesto.
-Disculpadme pues, no era mi intención atosigaros-dije. Cuando Micaiah se sintió mejor Rafiel nos llevó uno a uno al balcón al que, según Link, daban las antiguas escaleras. Abrimos la puerta y vi una sala medianamente grande. Frente a la puerta había una elevación del suelo y, frente a este, un escalón inaccesible para nosotros. Era mucho más grande incluso que Oscar, el más alto de todos.
-¿Cómo subimos allí?-preguntó Ike
-Nosotros podemos saltar siendo lobos-dijo Volug. Él junto a Nailah se transformaron y saltaron al escalón y de allí a la elevación del suelo.
-Muy graciosos, ¿y cómo subimos nosotros los Beorc?-preguntó Shinon.
-Los Beorc son igual de ágiles que los Laguz-dije molesta.
-¿Qué es un Beorc?-preguntó Link curioso.
-Los Beorc son la raza humana en el país de Tellius-dijo Soren
-¿Tellius es un país?-preguntó Link
-Sí, hemos llegado aquí por el desierto que los une-dije.
-Nunca oí hablar de Tellius-dijo Link algo pensativo
-Ningún país sabía de la existencia del otro-dijo Jin.
-Dejemos eso y pongámonos a pensar en cómo subir allí arriba-dijo Ike
-Rafiel puede ayudarnos-dijo Rhys.
-Cierto-dije girándome, pues Rafiel iba tras de mí, -Rafiel ¿podríais...-dije, pero no pude acabar, no vi a Rafiel por ningún lado.
-¿Dónde está?-pregunté impactada
-Estaba aquí hace dos segundos-dijo Titania mirando a su alrededor.
-Siento algo...-dijo Micaiah, todos nos giramos y la miramos esperando su predicción.
-¿Qué ves Micaiah?-preguntó Sothe.
-Veo a Rafiel metido en una celda...está junto a una mujer joven-empezó a decir. Link con lo de "mujer joven" se puso alerta.
-También veo al hombre que atacó a Mist en el puente-dijo. Al segundo abrió los ojos.
-No he visto nada más-dijo.
-No importa, es suficiente para saber que Ganon nos espía e intentará capturarnos uno a uno, sed precavidos y no nos separemos, no es conveniente-dije acariciando la empuñadura de mi Master Sword. 
-Debemos subir allí arriba cuanto antes-dijo Jin
-¿Para qué está esto aquí?-preguntó la voz de Rolf, miré a mi derecha y vi que estaba junto a una especie de cáliz, me acerqué a él y vi que tenía aceite de lámpara dentro.
-¿Por qué habrá aquí aceite?-pregunté pensativa. Me giré y observé detalladamente toda la estancia pero solo vi un par de antorchas apagadas frente a mí, al final de la sala.
-Tal vez haya que prender las antorchas-dijo Link
-Probemos, no se pierde nada por intentarlo-dijo Edward. Link cogió la lámpara que llevaba en el cinturón, la llenó de aceite y encendió las antorchas que estaban a pagadas. Al segundo el escalón que faltaba para acceder al escalón alto surgió del suelo y se detuvo a una distancia que todos podríamos alcanzar. Subimos los dos escalones y llegamos al último. Pero, aún así, nos faltaba otro escalón para llegar al la parte elevada.
-¡¿Por qué esto es tan complicado?!-gritó Gatrie molesto. Me reí de él un poco.
-¿De qué os reís si puede saberse?-preguntó enfadado
-Gatrie, nosotros los humanos tenemos dos músculos imprescindibles, uno es el cuerpo y el otro es el cerebro, debemos ejercitar los dos para ser realmente una persona fuerte y ágil-dije.
-Ya os dije hace unos días que yo solo sirvo para luchar, lo de pensar se lo dejo a Soren que para eso le pagan-dijo.
-Eso es un muy buen argumento para no pensar-dijo Jin
-Aunque ha pensado para poder decirme un argumento, así que le he obligado a usar la cabeza. Tranquilo, no lo haré más-dije burlándome de él.
-Dejemos eso ahora, debemos ir a por Zelda-dijo Link. Noté algo de enfado en su voz.
-Vale Link, como queráis-dije.
-Pregunta del millón de rupias...¿cómo hacemos subir el otro escalón?-preguntó Jin. En ese instante me mareé un poco y perdí el equilibrio, caí del escalón pero mis reflejos de lobo me impidieron caer de lado, caí a cuatro patas.
-¡Irina!-dijo Jin asustado. Saltó del escalón y me agarró con fuerza. Se sentó en el suelo y me apoyó en él.
-Me duele mucho la cabeza...-dije cerrando los ojos. Cuando lo hice vi la sala en la que nos encontrábamos, estaba de frente a los escalones.
-Súbete a ellos, coge el bumerán y desde ahí arriba lánzalo hacia una antorcha encendida que hay en el lado este de la habitación para apagarla, cosa que hará elevarse el peldaño que queda más al norte de todos-me dijo la misma voz que me habló en el Templo del Tiempo.
-¿Cómo lo hago?-pregunté
-El problema es que una vez elevado dicho peldaño quedará demasiado alto como para llegar a él, por lo que según lances el bumerán tienes que dar un salto hacia atrás para ponerte sobre él según empiece a subir-me dijo de nuevo la misma voz. Cuando terminó de hablar abrí los ojos y me senté como si me hubieran pinchado la espalda. Estaba sudorosa y mi respiración era acelerada.
-¿Estás bien Irina?-me preguntó Jin acariciando mi pelo. Yo asentí y me apoyé en su hombro recuperando el aliento.
-Link...-dije entre jadeo y jadeo.
-Decidme Irina-me dijo este acercándose a mí.
-¿Tenéis un bumerán?-pregunté. Link asintió.
-¿Me lo prestáis?-pregunté extendiendo mi mano derecha. Link se echó la mano bajo el escudo y sacó un bumerán muy bonito, era blanco y su punta tenía forma de ala, era hermoso. Me lo dio en la mano con delicadeza.
-Gracias...-dije sentándome. Me puse en pie con la ayuda de Jin y todos subimos al escalón más alto.
-Bien, escuchadme con atención-dije.
-Voy a lanzar el bumerán a aquella antorcha-dije señalando la antorcha al lado del cáliz lleno de aceite, -mientras el bumerán va, debéis saltar al escalón de allí abajo-dije señalando el escalón oculto en el suelo, -¿habéis entendido?-pregunté. Todos asintieron.
-Allá voy-dije. Apunté y lancé el bumerán con todas mis fuerzas. Al segundo todos saltamos al escalón y, cuando la antorcha se apagó, este se elevó dándonos paso a la elevación que había. Esta se dividía en dos pasillos, uno que daba a la derecha y otro que daba a la izquierda, ambos con una puerta al final.
-¿Por dónde?-preguntó Ike mientras yo le devolvía el bumerán a Link.
-Micaiah, se hacéis los honores...-dije. Micaiah se puso delante de todos y cerró los ojos. Al poco tiempo los abrió y señaló la puerta izquierda.
-Por ahí-dijo.
-Gracias Micaiah, vamos chicos-dije enérgicamente. Todos nos pusimos a correr y abrimos la puerta. Al hacerlo vimos un pasillo ancho con una puerta bloqueada por barrotes de acero, había cuatro antorchas, algo me decía que había que prenderlas en un orden determinado.
-¿Qué hay que hacer con ellas?-preguntó Jin
-Encenderlas, eso seguro-dijo Gatrie.
-Vamos a explorar primero y luego ya veremos-dijo Sothe
-¿Falta alguien?-pregunté recordando la repentina desaparición de Rafiel. Todos miramos a nuestro alrededor y, aparentemente, no faltaba nadie.
-Bueno, espero que no nos hagan nada ahora-dije. Me acerqué a las antorchas y Link encendió una, al hacerlo, una bandada de murciélagos nos ataca. Todos desenvainamos las armas y nos pusimos a matar a esos bichos tan molestos que no dejaban de morderte. Uno me mordió en una pierna pero le di un espadazo que lo partí en dos. Cuando terminamos con todos y nos calmamos un poco y envainamos las armas.
-¿Estás todos bien?-preguntó Jin. Todos dijeron que sí menos yo. La mordedura del murciélago me dolía mucho y, de repente, mi pierna me falló y caí al suelo.
-¡¿Irina qué te ocurre?!-me preguntó Jin acercándose a mí.
-Uno me ha mordido la pierna, me duele mucho-dije conteniendo mis ganas de llorar.
-Déjame ver la herida-dijo Jin. Este me examinó el muslo y vi una pequeña mordedura.
-Creo que el murciélago te ha mordido con veneno-me dijo Jin. Me quedé pasmada al oírle decir eso.
-¿Los murciélagos son venenosos?-pregunté sorprendida.
-Algunos, no todos, pero esta marca muestra que sí son venenosos-me dijo.
-¿Ves el aro rojo alrededor de la marca de los colmillos?-me preguntó señalándolo con el dedo. Yo asentí.
-Pero no creo que sea grave, los murciélagos solo muerden para aturdir al predador, no para matarlo-me dijo Jin.
-Entonces...¿por qué me siento tan...mareada?-pregunté viendo como todo daba vueltas a mi alrededor. Al instante caí al suelo inconsciente.
Me desperté en el regazo de Jin. Estábamos sentados en el suelo, algunos afilaban sus espadas y otros, como Soren, estudiaban la manera de abrir la puerta, pues estábamos en la misma sala donde perdí la consciencia.
-¿Cómo te sientes?-me preguntó Jin
-Algo...mejor-dije a duras penas. No sé porqué pero me costaba hablar.
-No creo que puedas caminar por tu cuenta, tendré que llevarte en brazos-me dijo.
-Déjame al menos intentarlo, recuerda que soy semi diosa-dije. Me puse en pie con su ayuda e intenté dar un paso, pero mi pierna falló y casi caigo al suelo, pero Jin me agarró a tiempo.
-No debes apoyar la pierna, yo te llevo no me importa, ya lo sabes-me dijo sonriendo. Le devolví la sonrisa y me cogió en brazos. Daba gusto abrazarse a él. Apoyé mi cabeza en su hombro y puse mis manos alrededor se su cuello para que no me colgasen las brazos.
-¿Cómo salimos de aquí?-preguntó Ike envainando la Ragnell en su espalda.
-Creo que he descubierto el orden en el que debemos encender las antorchas-dijo Soren. Link sacó su candil y encendió las antorchas según Soren le decía. Cuando las encendió todas los barrotes se abrieron y pudimos ir a la siguiente sala. Abrimos las puerta y llegamos a una sala parecida a la anterior, solo que esta no tenía antorchas, tenía dos puertas a ambos lados.
-¿Por cuál vamos?-preguntó Rolf.
-Por esta-dijo Link con voz de decidido señalando la puerta de la derecha.
-¿Estáis seguro?-preguntó Oscar dudoso.
-Yo me fío...de él-dije.
-Entonces vamos, si Irina se fía yo también-dijo Jin. Abrimos la puerta y fuimos a dar al exterior del castillo, estábamos sobre las murallas. Había un pasillo delante de nosotros, este daba a una espacie de pequeña habitación. También había otro camino que iba desde la puerta por la que salimos hacia la izquierda.
-Ya sé dónde estoy, seguidme-dijo Link. Nos pusimos a seguirle por las murallas y nos llevó a una puerta que había en el centro. Al abrir la puerta y cruzarla vi una habitación con el suelo formado por bloques, algo me decía que ese lugar era más traicionero de lo que parecía a simple vista.
-¿Cómo cruzamos este mar de bloques?-preguntó Sothe.
-De eso nos encargamos Link y yo-dijo la voz de Midna, la cual estuvo escondida en la sombra de Link durante todo el día. Link tocó una especie de roca y se transformó en lobo. Midna se montó en su lomo como un jinete en su caballo. Ambos se adelantaron un poco y Link ladró.
-Dice que pisemos donde él, sino caeréis al vacío-dijo Volug. Link se puso a saltar de bloque en bloque y nosotros tras él. Pudimos cruzarlo todo sin ningún incidente. El pobre Jin hizo más esfuerzo que ninguno ya que debía soportar su peso, el mío y aguantar en equilibrio. Pero eso para Jin no era problema. Al cruzar el abismo de los bloques fuimos a dar a unas escaleras, las cuales estaban rotas en algunos tramos, por lo que debíamos saltarlos. Lo saltamos todo sin ningún accidente. Al subir las escaleras llegamos aun cuadradito pequeño y, del otro lado, había más escaleras para subir. Pero esta vez estaban demasiado rotas por lo que saltarlas sería un suicidio.
-¿Cómo cruzamos al otro lado?-preguntó Nailah
-Creo que...yo puedo...ayudar-dije.
-No te canses mucho, no es bueno para ti en las condiciones en las que te encuentras-me dijo Jin.
-Calma enfermera...prometo no sobrepasar mis...límites-dije sonriendo. Todos rieron un poco. Extendí la mano izquierda hacia las escaleras.
-Lux bridge-dije, al segundo un puente formado por la luz de mi Master Sword apareció de la nada.
-No temáis...no se caerá-dije. Todos cruzamos el puente y pudimos llegar al otro lado de una sola pieza. Después de las escaleras había otro cuadradito y más escaleras.
-Hey Mia...¿no decíais que queríais...subir escaleras...para hacer...ejercicio?-pregunté riendo.
-Sí, no viene mal subir escaleras para poner fuerte las piernas y el trasero-dijo Mia con alegría.
-Esta vez es más complicado-dijo Link mirando las escaleras. Todos nos asomamos y vi que había pinchos que recorrían las paredes, todo lo que tocasen acabaría hecho trizas o tirado al vacío. Ninguna de las dos opciones era válida para nosotros.
-¿Y ahora qué?-preguntó Shinon
-¡Exitium!-grité, al segundo los pinchos de las paredes se hicieron añicos.
-Muy buena guapa-me dijo Jin sonriendo.
-¿Crees...acaso que juegas...con una niña?-le pregunté.
-Yo nunca podría creer eso-me dijo. Volví a hacer el puente de luz y pudimos cruzarlo sin problemas. Al subir las escaleras vi una habitación rectangular con una puerta pequeña al fondo y otra enrome en la pared izquierda, esta tenía el símbolo de la realeza grabado.
-Ganon está cerca, lo siento-dijo Link.
-¿Qué habrá tras aquella puerta?-preguntó Rolf señalando la puerta pequeña de madera del fondo de la sala.
-¿Quieres averiguarlo pequeño? Pues entra-dijo una voz de ultratumba. De repente la puerta de madera se abre y Rolf sale volando hacia ella.
-¡¡Rolf!!-gritaron Oscar y Boyd al mismo tiempo.
-¡¡¡¡Oscar!!!!-gritó Rolf antes de que la puerta se cerrase con un gran estruendo. Todos fueron corriendo hasta la puerta e intentaron abrirla, pero estaba cerrada a cal y canto.
-¡¡Rolf!!-gritó Boyd mientras golpeaba la puerta con fuerza.
-Usa el hacha-le dije a Boyd, este la desenvainó de su espalda y le dio un par de golpes a la puerta con ella, no hicieron falta más. Entramos en la habitación y vi una pequeña estancia. No había lugar alguno para poder esconderse. Todo estaba lleno de cofres abiertos y barriles rotos.
-¡Rolf!-gritó Boyd.
-Os...car-dijo la voz de este. Todos fuimos corriendo hasta donde oímos la voz y vi a Rolf tumbado en el suelo boca arriba, tenía una daga clavada en el pecho.
-¡Rolf!-dijo Oscar acercándose a su hermano.
-¡No Rolf!-dijo Boyd poniéndose de rodillas junto a él. La herida sangraba mucho y la daga de seguro había rozado su corazón, por lo que no le quedaba mucho tiempo de vida.
-¡Aguanta Rolf!-dijo Boyd.
-Rhys corre-dijo Ike. Rhys se acercó a Rolf. Cuando iba a curarle algo le golpea haciéndole caer de espaldas contra el suelo. Del golpe quedó inconsciente.
-¡Rhys!-dijo Mist, esta se acercó a su amigo. Al segundo algo golpea a Mist y a Micaiah al mismo tiempo. Ambas quedaron inconscientes y sus hermanos se acercaron a ellas.
-Rolf, aguanta hermano-dijo Oscar con los ojos húmedos.
-No...qui...quiero...morir-dijo Rolf a duras penas. Sus ojos se cerraban y su boca comenzó a sangrar.
-Déjame en el suelo...Jin-dije, este me soltó al lado de Rolf y le acaricié el pelo.
-Iri..na-me dijo.
-No hables Rolf-le dije poniendo mi mano derecha en su boca.
-Irina, curadle por favor-me dijo Boyd a punto de romper a llorar como un niño pequeño.
-Rolf, tengo que quitarte la daga del pecho, te va a doler y vas a sangrar mucho más, pero no temas no voy a dejar que mueras ¿de acuerdo?-le dije acariciando su mejilla. Rolf asintió levemente.
-¡Blissey!-grité. Al instante mi Pokemon sanador favorito aparece de la nada. En ese momento cogí la daga por la empuñadura y tiré con todas mis fuerzas. La daga salió rápidamente pero Rolf no pudo reprimir un grito inhumano de dolor. Luego se puso a llorar.
-Rayo Sanador-dije señalando a Rolf. Blissey lazó un pequeño rayo al pecho de Rolf y este sanó en unos minutos. Rolf pudo sentarse por su cuenta y sus hermanos lo abrazaron como a un peluche, pensé incluso que le partirían algún hueso.
-Estoy bien-dijo Rolf mientras Oscar lo abrazaba con toda la fuerza del universo.
-Gracias Irina-me dijo Boyd conteniendo sus lágrimas.
-De...nada-dije algo cansada, -gracias Blissey, ya puedes...irte-la dije. Esta desapareció en la nada. Jin se acercó a mi y me volvió a coger en brazos.
-Ese era Ganon, estoy seguro-dijo Link.
-Me da igual quién haya sido, pagará caro el haber intentado matar a mi hermano-dijo Boyd con cara de pocos amigos.
-Irina...-me dijo Rolf. Jin me dejó en el suelo, Rolf se acercó a mí y me abrazó.
-Gracias por salvarme la vida-me dijo apretándome con fuerza.
-De nada Rolf...eres mi amigo...no permitiré que te hagan...daño-dije. Le alboroté un poco el pelo y le sonreí. Jin volvió a cogerme en brazos y todos salimos de la habitación asesina. Me di cuenta de que Ike llevaba a Mist en brazos y Sothe tenía a Micaiah.
-¿Por qué las dio a ellas?-preguntó Ike.
-Eran las únicas que podrían haber curado a Rolf-dijo Soren.
-Olvidémonos de eso...ahora hay que ir a por...Zelda-dije mirando la puerta grande por encima del hombro de Jin. Todos se giraron para verla bien.
-Vamos-dijo Link. Entre los más fuertes del grupo pudieron abrir la puerta, la cruzamos y llegamos al exterior del castillo, subimos unas escaleras y ahí estaba, la Sala del Trono.
Tenía el mal presentimiento de que Ganon nos esperaría allí con Zelda a un lado y Rafiel al otro. Link iba decidido a salvar a Zelda al igual que todos nosotros. Debíamos estar ágiles de cuerpo y mente, ser fuertes y fríos a la hora de combatir. Pues nuestras propias vidas y las de dos personas pendían de nuestras manos...

1 comentario:

  1. Q ue genial histtoria! ¡nunca me canso de leerla! sta genial, a veses se me traba un poco y no entiendo y tengo que volber a leerlo todo para entender, yo le doy 5 estrellas a esta historia.

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