martes, 12 de abril de 2011

Capítulo 26: El Salvador Misterioso

Veía como el monstruo gigante estrujaba a Siegfried como si fuera un limón. Este me llamaba desesperadamente. Me giré y miré a Ike.
-Ike ayudadme, por favor-le dije suplicante. No me contestó
-Por favor Ike, os lo suplico, ayudadme a salvar a Siegfried-le dije mientras oía como el amor de mi vida me llamaba con desesperación. Ike seguía sin responderme. Solo miraba la escena totalmente impactado.
-¡¡¡Irina!!!-gritó la voz de Siegfried. Me giré y le miré. Mi corazón latía rápidamente al ver con impotencia la escena. No sabía qué hacer. En ese instante una espada golpea de lleno la frente del monstruo. Este soltó a Siegfried el cual cayó en el balcón de la sala del trono. El monstruo caía sobre el balcón mientras una luz azul le envolvía. Pensé que caería sobre Siegfried y lo mataría, pero antes de caer del todo se transformó en un humano.
-Barbaros...-dije viendo como caía junto a Siegfried. "Ese mal nacido nos la ha jugado, hiciéramos lo que hiciéramos mataría a Siegfried" dijo Devil cabreada. "No lo permitiré" dije. Ambos estaban en el balcón por lo que no podía verlos pero sí oírlos. Escuché como Barbaros se ponía en pie.
-Maldito niño rubio...-dijo Barbaros
-Siegfried...-dije pensando que podría hacerle daño. Escuché como desenvainaba una espada.
-¡Siegfried!-grité intentando avisar a este del peligro. Oí como Barbaros elevaba su arma contra él.
-¡No!-grité. Cuando pensé que lo mataría alguien se abalanza sobre Barbaros. Escuché la respiración del hombre que había salvado a Siegfried, era él sin duda.

Ambos rodaron por el suelo hasta que entraron en la sala del trono. Escuché como se ponían en pie lentamente.
-¿Quién eres?-preguntó la voz de Barbaros.
-Un amigo de la Diosa-contestó él.
-No sé quién eres pero me da igual, será muy gratificante matarte-dijo Barbaros. Mi amigo se puso en guardia y los dos comenzaron a luchar. El sonido del acero de las espadas al chocar mutuamente me hacía daño en los oídos así que decidí centrarme en Siegfried. Escuché como este estaba tumbado en el suelo y se quejaba de dolor. Supuse que el "estrujamiento" le habría roto algún hueso. Escuché atentamente y pude sentir como Achlys se acercaba a Siegfried, se arrodillaba a su lado y le acariciaba la cara. “¡¿Quién se cree esa para tocarle?!” dijo Devil cabreada
-No lo sé, pero lo voy a averiguar-dije. Cerré los ojos y miré en el interior de Achlys. Vi algo que me asustó más que nunca en toda mi vida.
-No puede ser…-dije impactada. “Siegfried corre peligro” me dijo Devil con tanto miedo como yo. Me giré y miré a Ike. Este reaccionó y me miró
-¿Me ayudaréis o no?-le pregunté seriamente. No me contestó. Dio un paso atrás y agarró con fuerza la empuñadura de su espada.
-Veo que tendré que pasar de ti-le dije con enfado. Me olvidé de él, abrí las alas y elevé el vuelo. Cuando estaba a una altura considerable del suelo una red mágica cae sobre mí, el poder de esta hizo que mis alas se desvanecieran. Por ley de gravedad caí al suelo, no me hice daño ya que caí sobre Ike. Intenté ponerme en pie pero la red me lo impedía.
-¿Estáis bien Ike?-le pregunté. Estaba tumbada boca abajo sobre él. Ambos nos mirábamos a los ojos con algo de dificultad ya que nuestras caras estaban muy cerca la una de la otra.
-No temáis, estoy bien-me dijo
-Tengo que ayudar a Siegfried-dije buscando una manera de deshacerme de la red.
-¿Por qué os ibais volando? -me preguntó
-Siegfried está en peligro, debo salvarle-dije. En ese instante una voz femenina comenzó a cantar una nana. Por lo que decía la letra era una nana diabólica.
-Qué sueño...-dijo Ike. Este bostezó un poco. Le miré y me di cuenta de que la nana la cantaba Achlys.
-Debo protegerle-dije con nerviosismo. "¿Cómo? No podemos siquiera ver qué ocurre en el balcón" dijo Devil.
-Alguna manera debe de haber...-dije pensativa. En ese momento me acordé del conjuro que me permitía ver todo lo que desease siempre y cuando lo hubiera visitado antes. Cerré los ojos y me concentré
-Ostendite me...-dije. Una imagen se formó en mi mente. Pude ver el balcón de la sala del trono. Siegfried estaba tumbado en el suelo, herido, y Achlys estaba junto a él, cantando y acariciando su cara. Mientras cantaba los ojos de Siegfried se iban cerrando. Estaba obligándole a dormir. Si lo conseguía sería muy perjudicial. “Debemos evitar que se duerma” me dijo Devil. “¿Cómo? Todo hombre que haya a su alrededor y escuche la nana se dormirá sin remedio” dije desesperada. “Grita por él, tal vez el amor que siente evita que se duerma” me dijo. “No pierdo nada por intentarlo” dije. Me dispuse a gritar todo lo que me permitiesen mis cuerdas vocales
-¡¡¡¡Siegfried!!!!-grité con todas mis fuerzas. No surtió efecto. Siegfried no reaccionó. Cada vez sus ojos estaban más cerrados y Achlys cantaba con más fuerza la nana.
-Siegfried, no te duermas por favor...-dije mientras una lágrima recorría mi cara y me apoyaba en el pecho de Ike, el cual estaba medio dormido. En ese instante vi y sentí como Siegfried se dormía. Sus músculos se relajaron y su corazón comenzó a latir lentamente.
-¡¡No!!-grité. Me había vencido. Ahora era libre de hacer lo que quisiera con Siegfried y eso era lo que más miedo me daba.
-Al fin eres mío guapo...-dijo Achlys. Sentí como se estaba preparando para meterse donde no la llamaban. Cuando estaba a punto de introducirse donde no debía un sonido fuerte rompió el silencio del lugar. Vi como Achlys caía de espaldas. Me fijé en que estaba muerta ya que su corazón no latía y sus ojos estaban abiertos de par en par. En ese momento la red se esfumó. Desapareció como si nunca hubiera estado allí. En acto reflejo miré tras de mí pero solo vi unos árboles que había en la colina para formar una línea defensiva. Algo llamó mi atención. "Hay alguien ahí" me dijo Devil. Esta movió mis ojos y pude ver algo entre los árboles.

-Es una persona...-dije. "Me suenan sus ojos pero no tenemos tiempo de andar con adivinanzas, Siegfried primero" dijo Devil. Le di la razón, abrí las alas y elevé el vuelo. Me fui directa al balcón de la sala del trono. Al llegar aterricé al lado de Siegfried. Me arrodillé a su lado y le cogí. Apoyé su cabeza en mi hombro izquierdo.
-Siegfried-dije sacudiéndolo a ver si conseguía despertarlo.
-Siegfried, por favor despierta-le dije sacudiéndole con más fuerza. No obtuve resultado. Estaba dormido y no sabía si despertaría. Acerqué mi cara a la suya de forma que mi nariz tocaba la suya.
-Siegfried...por favor...-dije mientras lloraba. "Puede habérselo llevado al Velo" me dijo Devil.
-No me digas eso...-dije con miedo. Ese podría ser el final de Siegfried. En ese momento me acordé de la guarra de Achlys. Giré un poco la cabeza y pude ver por encima de mi hombro que estaba muerta. Me fijé que en su frente tenía un agujero, parecía estar producido por una bala. "¿Una pistola en estos tiempos?" preguntó Devil.
-Ni lo sé ni me importa, me alegro de que esté muerta-dije apretujando a Siegfried contra mí. En ese instante un grito de dolor rompe el silencio que reinaba a mi alrededor. Me giré rápidamente y vi que mi amigo había atravesado a Barbaros con su espada. Este cayó desplomado al suelo cuando mi amigo retiró su arma del cuerpo de Barbaros. "Adiós gordito, que te lo pases bien en el Más Allá" dijo Devil. Noté como la maldad del ambiente se esfumaba.
-Me siento...ligera-dije elevando la cabeza y respirando profundamente. "Al morir Barbaros todos los Demonios han desaparecido, ahora en el campo de batalla solo queda el grupo" dijo Devil
-Sí...-dije bajando la cabeza y mirando a Siegfried. Me di cuenta de que parte de su armadura estaba arrugada y aplastada. Me acordé del estrujamiento que sufrió minutos atrás.
-¿Crees que tendrá algo roto?-pregunté. "No lo sé, pero es muy probable que sí" dijo Devil. Dejé a Siegfried en el suelo y le quité con mucha dificultad la parte que protegía el pecho. Cuando lo hice levanté un poco la cota de malla y vi que tenía un moratón enorme en el costado.
-Tiene una costilla fracturada-dije. "Mira a ver si tiene alguna más" dijo Devil. Metí la mano bajo la cota y toqueteé con cuidado el costado de Siegfried. Vi que tenía un par de costillas rotas.
-Solo un par-dije. "Menos mal que no siente dolor" dijo Devil
-No me tomes por malvada, pero preferiría que sintiese el dolor a que no-dije pensando en dónde se lo había llevado la maldita Achlys. En ese momento alguien me toca el hombro. Me giré sobresaltada y vi a mi amigo.
-Eres tú-le dije. Él se puso de cuclillas a mi lado
-¿Está bien?-me preguntó
-No, está dormido y tememos que se lo haya llevado-le dije
-¿Llevado adónde?-preguntó
-Al Velo-le dije
-¿Era un súcubo?-me preguntó. Yo asentí
-Lo siento en el alma Irina-me dijo poniendo una mano en mi hombro
-No es culpa tuya, ninguno queríamos que le ocurriera esto-dije
-Voy a por Rhys para que le cure-me dijo poniéndose en pie. Escuché como daba un par de pasos
-Oye...-le dije. Mi amigo se detuvo, se giró y me miró.
-Gracias por salvar a Siegfried, te debo una muy grande Isma-le dije
-No tienes por qué-me dijo.
-Deberías transformarte en tu otro yo, no creo que a los demás les sea indiferente ver un hombre todo de negro con una espada ensangrentada en la mano-dije
-Llevas razón, como siempre-me dijo riendo. Isma se transformó de nuevo en ese hombre de apariencia dura pero de corazón tierno y se marchó.
-Amor...-dije acariciando la cara de Siegfried mientras mis ojos se empañaban. "Tranquila Irina, ya verás como despierta" dijo Devil intentando animarme.
-¿Cómo va a despertar si está encerrado en el Velo?-le pregunté. Devil no me dijo nada. Estuvimos esperando un rato hasta que Rhys llegó. Se arrodilló al lado de Siegfried y curó sus heridas. Las costillas volvieron a su sitio y el moratón desapareció.
-Gracias Rhys-le dije.
-De nada-me dijo.
-Será mejor que vayamos con los demás-dijo Isma
-Están en la sala de audiencias-dijo Rhys
-Vale, ¿me ayudáis a llevar a Siegfried?-pregunté.
-Creo que pesa demasiado para nosotros tres, voy a por Jin y a por alguno más-dijo Isma. Él y Rhys se marcharon. Al cabo de un rato veo aparecer por la puerta a Jin, Ike y Sothe junto a Isma. Jin se acercó a mí el primero.
-¿Estás bien Irina?-me preguntó mientras se arrodillaba junto a mí
-Sí-dije secamente.
-¿Qué le ha pasado a Siegfried?-me preguntó mirando al mismo. Agaché la cabeza y dejé que una lágrima recorriera mi rostro
-No sé lo que le ocurre pero no es nada bueno, perdona si te he molestado-me dijo. Se puso en pie y, con la ayuda de los otros tres, cogieron a Siegfried y se lo llevaron para dentro. Me puse en pie y los seguí. Caminamos hasta la sala de audiencias. Al entrar vi a todo el grupo. Algunos estaban heridos pero Rhys usaba su bastón para curarlos. Los chicos dejaron a Siegfried en el suelo.
-Siegfried...-dijo Iska. Este se acercó corriendo a su amigo y se arrodilló a su lado
-¿Qué le ha pasado?-preguntó mirándome
-Achlys tiene la culpa-dije cabizbaja
-¿Por qué dices eso Irina?-me preguntó Darky
-Porque era un súcubo-dije. Jin, Darky e Isma tragaron saliva al escuchar mi acusación
-¿Estás segura?-me preguntó Jin
-Totalmente, vi la oscuridad en su ser-dije
-¿Qué es un súcubo?-preguntó Shinon
-¿Se lo explico yo o lo hacéis vos?-pregunté mirando a Soren
-Hacedlo vos, yo estoy un poco cansado-me dijo
-De acuerdo, no os sobresaltéis ¿vale?-dije.
-¿Por qué íbamos a sobresaltarnos?-me preguntó Sophitia
-No las mujeres Sophitia, los hombres-dijo Soren
-Un súcubo, según las leyendas occidentales, es un demonio que toma forma de una mujer atractiva para seducir a los hombres, sobretodo a los sensibles, adolescentes y monjes, introduciéndose en sus sueños y fantasías para tener relaciones sexuales con ellos. En general son mujeres de gran sensualidad, persuasión y carácter-dije
-Si que da miedo-dijo Boyd
-No he terminado querido Boyd-dije. Todos los hombres tragaron un poco de saliva.
-Continuad por favor-dijo Geoffrey
-Según el Martillo de las Brujas los súcubos no derraman en semen de sus víctimas, sino que lo recolectan y después lo usan para embarazar mujeres y crear monstruos-dije. Todos los hombres allí presentes palidecieron un poco.
-No volveré a dormir nunca más-dijo Kieran
-Así que Achlys quería a Siegfried para conseguir su..., bueno ya sabéis, y así poder dejar embarazada a alguien-dijo Lucia
-Estoy convencida de que ese alguien era una de nosotras-dije. Todas las mujeres nos miramos entre nosotras
-Irina...-dijo Isma. Le miré a los ojos
-¿Crees que está en el Velo?-me preguntó
-No lo sé Isma, espero que no, que solo esté dormido-dije suspirando
-¿Qué es el Velo?-preguntó Zelgius
-Es el mundo de los sueños donde reinan los demonios para cazar humanos-dije
-Si son magos mejor-dijo Soren
-¿Así que debemos abstenernos de dormir?-preguntó Ike
-No hombre, tanto no-dijo Darky
-Solo que debemos tener cuidado-dijo Jin
-¿Todos los hombres que se duermen van al Velo?-preguntó Rolf
-No, solo si el súcubo lo desea-dije
-¿Cómo sabes si un súcubo acecha?-preguntó Link
-No lo sabes-dijo Jin
-¿Cómo que no lo sabes?-preguntó el joven héroe
-Decidme Link, ¿alguna vez os habéis despertado y habéis sentido que las sábanas y la ropa interior estaba como pegajosa?-preguntó Isma
-Alguna vez-dijo Link
-Eso se debe a que habéis tenido un sueño agradable-dije
-Demasiado agradable, tanto que vuestro cuerpo piensa que es real y no se corta un pelo en seguir en instinto de supervivencia-dijo Jin
-Creo que lo entiendo-dijo Link un tanto avergonzado y colorado
-No tenéis que sentir vergüenza Link, es algo normal en un hombre-dije
-Así que no sabremos si estamos creando un monstruo o no-dijo Nealuchi
-No afecta a los Laguz-dije
-¿Ah no?-preguntó el viejo cuervo
-No, solo humanos, Beorc para algunos-dije
-Me alegra saberlo-dijo el cuervo sonriendo
-Lo lamento Irina...-dijo la voz del Emperador. No contesté. Estaba demasiado dolida.
-Yo la traje, lo lamento de corazón-dijo este
-Con que no volváis a hacerlo me conformo-dije
-No lo haré-dijo
-¿Cómo vamos a despertar a Siegfried?-preguntó Iska. Todos me miraron.
-No lo sé...-dije
-¿Tienes alguna idea Soren?-preguntó Ike
-No, lo siento Ike, no sé nada acerca del Velo-dijo el estratega
-Tal vez haya algún libro en la biblioteca-dijo Lloyd
-Entonces vamos-dijo Soren. Todo el grupo se marchó a excepción de Jin e Iska. Este seguía al lado de Siegfried. Jin se acercó a mí.
-Irina, deberías descansar un poco-me dijo poniendo sus manos en mis hombros.
-No creo que pueda Jin, Siegfried corre peligro y no sé como salvarle-dije cabizbaja
-No temas, ya verás como Soren y compañía averiguan como ir al Velo a salvarle-dijo
-El Velo es el infierno de los sueños, Siegfried quedará atrapado allí para siempre-dije
-No seas pesimista-me dijo
-No puedo evitarlo...-le dije mientras una lágrima se escurría por mi mejilla.
-No llores Irina-me dijo Jin mientras me abrazaba. Apoyé mi cabeza en su pecho y agarré su espalda con fuerza. Jin puso su mano derecha en mi pelo y con el brazo izquierdo abarcó toda mi cintura.
-No llores Irina, ya verás como todo sale bien- me dijo intentando animarme, pero lo hizo en vano.
-Tengo miedo de perderle-le dije estrujándolo contra mí.
-No temáis Irina, seguro que Soren halla la manera de ayudarle-dijo Iska. Se me había olvidado completamente que estaba allí.
-Eso espero-dije separándome de Jin. Este extendió sus manos hacia mi cara y me secó las lágrimas.
-Vamos a la biblioteca-dijo
-Bien, ayudadme a llevar a Siegfried-dijo Iska poniéndose en pie. Jin y él cogieron a Siegfried.
-Madre como pesa...-dijo Iska
-Montadlo en mi lomo, será más fácil llevarlo-dije adelantándome un par de pasos. Me transformé en lobo y me acerqué a ambos. Pusieron a Siegfried sobre mi lomo. Su cabeza quedó sobre la mía. Estaba caliente y el olor de su piel me hizo recordar la noche de pasión que vivimos juntos. Caminamos un rato por los pasillos del castillo hasta llegar a la biblioteca. Jin abrió la puerta e Iska y yo entramos. Vi a todo el mundo buscando en las estanterías y algunos leían rápidamente los libros que tenían en las manos. Jin e Iska quitaron a Siegfried de mi lomo y lo tumbaron en el suelo, cerca de una de las estanterías que había en la sala. Yo me transformé de nuevo en humana.
-¿Cómo va la búsqueda?-preguntó Jin
-Sin resultado, por el momento-dijo Zelgius mientras guardaba un libro en la estantería.
-Iremos más rápido si os ayudamos-dijo Jin. Él e Iska se unieron a la búsqueda. Mientras ellos se dejaban los ojos en los cientos de libros que había yo me acerqué a Siegfried y me arrodillé junto a él. Le acaricié el pelo y la cara con tristeza. "Espero que ninguno le toque" dijo Devil
-¿Ningún qué?-pregunté
-¿Con quién habla?-preguntó Taki en voz baja
-Con su otro yo-dijo Lloyd
-Esa chica es muy rara-dijo Mitsurugi, el cual se había colocado en la puerta para hacer de guardia.
-Ruego silencio, me cuesta hablar con ella si hay ruido a mi alrededor-dije. Todos callaron al instante y se pusieron a buscar en silencio.
-¿Qué decías Devil?-pregunté mientras acariciaba la cara de Siegfried, estaba caliente por lo que seguía con vida. "Nada, no he dicho nada" me dijo
-Mientes fatal-dije. "De verdad que no es nada" me dijo
-Sé que sabes algo, dímelo-dije. "Carece de importancia" me dijo
-¡No me mientas!-grité con ira. Todo el mundo se sobresaltó y me miró
-¡¿La vida de Siegfried está en peligro y me dices "que carece de importancia"?!-dije enfadada. Escuché como Jin dejaba un libro en la estantería y se acercaba a mí.
-Cálmate Irina-me dijo arrodillándose a mi lado.
-Lo intento, pero no puedo...-dije cabizbaja. Mis sentimientos estaban a flor de piel por lo que no pude reprimir una lágrima. Esta recorrió mi cara y cayó sobre la armadura de Siegfried.
-No lo entiendo...-dijo Shinon.
-¿El qué no entendéis?-preguntó Darky
-¿Cómo es posible que una chica como Irina, dura de pelar, se ponga a llorar a la mínima?-preguntó. Noté sus ojos clavados en mí. Limpié la lágrima que cayó sobre la armadura y me puse en pie. Me acerqué a Shinon mientras dejaba que Devil se apoderase de mí.
-Queridísimo y atractivo Shinon...-comencé a decir
-Devil al ataque-dijo Isma con ironía.
-Vos no sabéis absolutamente nada acerca del Velo, es un mundo de demonios, es una trampa para los humanos, es la muerte para un hombre como Siegfried-dije
-¿Por qué?-preguntó Shinon
-Porque si Siegfried se deja tocar por un demonio, este se apoderará de su cuerpo y el alma que lo habitaba anteriormente morirá y quedará encerrada en el Velo por toda la eternidad-dijo Soren leyendo las líneas de un libro.
-Veo que habéis encontrado el libro idóneo-dije sin dejar de mirar a Shinon, el cual se había quedado un tanto sorprendido por el peligro que representaba el Velo para un humano.
-¿Entendéis ahora la preocupación de Irina?-preguntó Link
-Yo también estaría como ella si Link estuviese en el lugar de Siegfried-dijo Zelda dejando el libro que tenía en las manos sobre un montón de libros que había en una mesa.
-Entiendo...-dijo Shinon
-¿No vais a pedirme perdón?-pregunté
-Shinon es demasiado orgulloso-dijo Ike
-Os pido disculpas en su nombre-dijo Gatrie.
-Disculpas aceptadas, pero ruego que no lo vuelva a hacer-dije. Pasé de Shinon y me acerqué a Soren.
-¿Qué dice el libro?-pregunté
-Dice que para salvar a un humano hay que adentrarse en el Velo-dijo Soren leyendo a gran velocidad.
-¿Y qué hay que hacer para adentrarse allí?-preguntó Geoffrey.
-Hay que hacer un rito, pero necesitamos un objeto difícil de encontrar-dije recurriendo a mis recuerdos.
-¿Qué objeto es ese?-preguntó Isma
-Una piedra llamada Lirio-dijo Soren mirando el libro.
-¿Y dónde se encuentra?-preguntó Iska
-Se dice que el lo alto de las montañas de los Pirineos, en España-dije
-¿Está muy lejos ese país?-preguntó Nolan
-No demasiado-dijo Ivy
-Pero contamos con Midna, ella podrá llevarnos más fácilmente a los Pirineos-dijo Link
-Eso es verdad-dijo Zelda
-¿Quién irá a por el Lirio?-pregunté
-No sé Devil...-dijo Jin pensativo
-¿No sabes qué, cielo?-pregunté
-Deberíamos saber primero todo lo relacionado con ese rito y después buscar las cosas-me dijo
-Estoy de acuerdo-dijeron Zelgius y Soren al mismo tiempo
-Bueno, si lo dicen los estrategas me fiaré-dije
-¿Qué necesitamos?-preguntó Titania
-Dejadme buscar un segundo...-dijo Soren leyendo a una velocidad impactante. Casi me mareé por mirarle a los ojos. Pasó un par de páginas y señaló unos renglones con el dedo.
-Necesitamos dibujar un círculo especial en el suelo, coger el Lirio, derretirlo y meterlo en una copa-dijo el estratega
-¿Derretirlo?-preguntó Oscar
-¿Con qué se derrite una piedra?-preguntó Rolf
-El fuego infernal puede con todo, eso no será problema-dije
-También se necesitan dos magos-dijo Soren
-¿Para qué?-preguntó Ike
-Para mantener el equilibrio-dije
-¿El equilibro de qué?-preguntó Nealuchi
-El Lirio, cuando esté derretido y metido en la copa, estará colocado en el centro del círculo del suelo, los dos magos deben evitar que el líquido sufra movimiento-dijo Soren leyendo
-¿Qué ocurre si se mueve?-preguntó Mitsurugi curioso
-Aquel que esté dentro del Velo podría quedar allí atrapado y morir-dije
-¿Cómo es que sabes tanto acerca del Velo Devil?-me preguntó Jin
-No lo sé-dije. Noté como Jin se percataba de que le mentía. No me dijo nada pero me lanzó una de sus miradas.
-Bien, así que los magos se ocupan de mantener la serenidad en el líquido formado por el Lirio-dijo Link
-Esa es la idea-dije
-También es necesario un guardián por si ocurre algo-dijo Soren
-¿Qué podría pasar?-preguntó Micaiah
-Algún demonio podría apoderarse del cuerpo de Siegfried y andar en este mundo-dije
-En ese caso se necesita a alguien con el poder de exterminar Demonios-dijo Sophitia
-Siegfried era el encargado, no creo que ahora pueda ayudarnos-dijo Iska
-Link también puede-dije
-¿Yo?-preguntó el héroe
-No, mi primo, ¡claro que vos!-dije
-Pero yo no tengo poder de exterminar nada-me dijo
-Link, ¿acaso no fuisteis vos quien mató a Ganon unos meses atrás?-pregunté
-Sí, pero...-dijo. Zelda no le dejó acabar
-Si pudiste contra Ganon podrás estar de guardián-dijo ella con total seguridad
-Está bien, como queráis-dijo Link
-La Master Sword servirá para este trabajo-dijo Darky
-Una pregunta...-dijo Jin
-Adelante Kazama-dije
-Sois pocos magos, se necesitan al menos tres-dijo él
-¿No se necesitaban solo dos?-preguntó Marcia
-Sí, pero un tercero debe adentrarse en el Velo, bien pensado Jin-dijo Zelgius
-Calill servirá-dijo Geoffrey
-¿Quién es Calill?-pregunté
-Es la maga del grupo-dijo Kieran
-Iré a por ella-dijo Lucia
-Bien-dijo Geoffrey. Lucia salió corriendo por la puerta
-No conocía a ninguna Calill-dije pensativa
-¿Nunca os habéis visto?-preguntó Mia
-No que yo recuerde-dije
-Será que no os habéis cruzado-dijo Geoffrey
-O que sí lo ha hecho solo que no se han reconocido-dijo Isma
-Es lo más probable-dije
-Bueno, cambiando de tema, ¿cómo se entra en el Velo?-preguntó Makalov
-El que deseé entrar debe tocar el Lirio-dijo Soren
-Así que necesitamos un círculo, un Lirio, un par de magos y un guardián-dijo Darky
-Exactamente exacto, pero ya tenemos los magos y el guardián-dije
-Ahora lo que iba a decir Devil antes, ¿quién irá a por el Lirio?-preguntó Isma
-Veo en tus ojos que quieres ir-dije mirándole fijamente
-Pueden ir Ismael y la Caballería Real de Crimea-dijo Ike
-Serían demasiados-dijo Zelgius
-¿Vos qué proponéis querido general?-pregunté
-Que vayan solo los indispensables: Ismael, Geoffrey, Kieran y Astrid-dijo
-¿Quién es Astrid?-preguntamos Jin, Darky, Isma y yo al mismo tiempo
-Es nuestra arquera-dijo Geoffrey
-No recuerdo haberla visto en ningún lado, veo que no conozco a casi nadie de la Caballería-dije algo molesta
-Nunca habéis coincidido y además ella es muy tímida, si queréis os la presento-dijo Marcia
-Me encantaría, me gusta saber con quién trabajo-dije
-Astrid, ven un momento-dijo Marcia. No pasó nada. Nadie apareció
-Es muy tímida-dijo Marcia algo colorada
-Venga, sal-dijo Makalov con un poco de grosería. Al instante alguien salió de detrás de una estantería. Vi a una joven muchacha de pelo negro largo y vestimenta de guerrera.
-Os presento a Astrid-dijo Geoffrey. La mujer se acercó a mí. Noté algo de miedo en su pulso.
-No voy a comeros, me llamo Devil-dije extendiendo mi mano hacia ella. La cogió con algo de temor.
-Soy Astrid-me dijo
-Bien, yo creo que la idea de Zelgius es buena-dijo Link
-Yo también lo creo-dije soltando la mano de Astrid
-Lo mejor será ponernos en marcha-dijo Geoffrey
-Vamos a preparar las cosas-dijo Kieran. Los que se iban a ir a los Pirineos para encontrar y traer el Lirio se marcharon. Los demás se acercaron a Soren para ver más de cerca el libro. Jin fue el único que no fue. Se acercó a mí y me llevó un poco lejos de los demás. Supuse que iba a hablarme de algo privado.
-¿Cómo sabes tanto acerca del Velo?-me preguntó.
-Ya te he dicho que no lo sé-dije. Deseé con todas mis fuerzas que se le olvidase y que me dejase en paz.
-Sé que me mientes-me dijo mirándome con una de esas miradas furtivas que amedrentarían al mismísimo diablo. No contesté.
-Dejaré el tema por el momento-me dijo.
-Me alegra ver que entras en razón-le dije.
-Cambiemos de tema, ¿cómo está Irina?-me preguntó
-Está destrozada, ahora está durmiendo, me ha dicho que necesitaba un poco de descanso-dije
-Debe estar hecha polvo-me dijo Jin suspirando. Noté preocupación en ese suspiro.
-Imagínate lo que siente-dije
-No creo que pueda imaginarme tanto sufrimiento-me dijo cabizbajo
-Ponte en su piel: Llevas toda la vida solo, ahora que te enamoras de alguien y ese alguien te ama, resulta que todo el mundo quiere matarte a ti y a él-dije
-Lo dicho, no puedo imaginar por lo que debe de estar pasando Irina-me dijo Jin
-Bueno no temas, seguro que conseguimos salvarle-dije poniendo mi mano derecha en su hombro.
-Seguro que sí-me dijo él. En ese instante escuché como alguien entraba por la puerta.
-¿Dónde está Jin? Necesito que me ayude a elegir qué arma me llevo-dijo la voz de Isma
-Ahora voy Isma-dijo Jin
-Ve anda, que Isma se pone histérico-dije
-Volveré en un rato-me dijo. Me dio un beso en la mejilla y se fue. Yo me quedé tras la estantería.
-¿Podéis venir un momento Devil?-me preguntó Soren
-Ahora mismo-dije. Salí de detrás de la estantería y me acerqué a todos.
-Decidme Soren-dije
-¿Sabéis qué círculo hay que dibujar?-me preguntó
-¿Ahí no viene?-pregunté cogiendo el libro de sus manos.
-No que yo haya visto-me dijo
-Necesitamos pintura ¿no?-preguntó Rafiel
-No-dije mirando el libro, buscando todo lo rápido que mis ojos me permitían.
-¿Y entonces?-preguntó Mist
-Necesitamos una piedra Luna Blanca-dije
-¿Se encuentra también en los Pirineos?-preguntó Sothe
-No, en un bosque se encuentran fácilmente-dije
-Bueno, voy a buscar a ver si encuentro lo del círculo-dije
-Nosotros vamos a ir al bosque de afuera a por la piedra, cuantos más seamos mejor-dijo Zelgius.
-¿Cómo es exactamente?-preguntó Boyd
-Es una piedra mineral blanca totalmente, brilla cuando le da la luz-dije
-Yo sé como son-dijo Rafiel
-Perfecto, vamos pues-dijo Ike
-Nos vemos después-dije. Todos se marcharon y yo me quedé sola en la biblioteca. Me giré para ponerme a buscar pero vi a Siegfried tendido en el suelo. Me acerqué a él y me arrodillé a su lado.
-Aguanta Siegfried, hazlo por Irina-dije acariciando su pelo. No sé por qué noté en mi interior unas ganas irrefrenables de besarle. Lo hice sin dudar. Supuse que el subconsciente de Irina me pidió que le besase. Le besé en los labios. Era una sensación muy grata pero vacía. Siegfried estaba vivo pero no se movía por lo que ese beso no fue uno completo del todo. Me separé de él y le acaricié la cara. Me puse en pie y comencé a buscar el libro que me dijese como debía ser el círculo que tendría que dibujar en el suelo. Estuve rebuscando por toda la biblioteca durante una hora. No encontré nada. Me senté en el suelo junto a Siegfried para descansar un poco.
-¿Sabes Siegfried? Eres un hombre muy afortunado, tienes una de las mejores diosas como novia y tienes amigos que te protegen, debes de sentirte muy agraciado-dije hablando a solas. Me gustaba pensar que me escuchaba. Incluso me imaginaba sus respuestas.
-Bueno, voy a seguir con el trabajo-dije suspirando. Me puse en pie y seguí con la búsqueda. Al rato de estar buscando escuché como alguien abría la puerta de entrada. Supuse que sería Jin pero por el olor de la piel era Iska. "¿Qué querrá este ahora?" pensé algo enfadada. Iska no me inspiraba ninguna confianza pero no sabía por qué. Pensé que me estaría buscando así que me dispuse a salir de mi "escondrijo". No sé por qué pero algo me dijo que me detuviese y así lo hice. Puse mi oído de lobo alerta y escuché como Iska se acercaba a Siegfried. Se arrodilló a su lado. Imaginé que se pondría a hablar con él y a rogarle que aguantase pero no fue así.
-Hola Schtauffen, me alegra ver que te encuentras en este estado tan lamentable-dijo. Noté maldad en su tono de voz.
-Espero que Irina y compañía no consigan salvarte y que un demonio del Velo se apodere de tu cuerpo y mueras-dijo. Estaba totalmente pasmada. Se suponía que eran amigos. "¿Por qué deseas su muerte?" me pregunté.
-Si tú mueres, Irina se quedará muy dolida y sola, así podré acercarme a ella, se enamorará de mí y será mía al fin-dijo Iska con maldad. “Eso lo explica todo” pensé. Iska rió a carcajada limpia. Intenté contener mis ganas de darle una ostia tan grande como Rusia y darle la vuelta a la cabeza. Me serené y pude relajarme.
-Dulce muerte, Siegfried Schtauffen-dijo Iska. Se puso en pie y se marchó. Una vez sentí que estaba muy lejos salí de detrás de la estantería y me acerqué a Siegfried.
-Menudos amigos te buscas amor, ahora entiendo por qué no me inspira confianza-dije mirando la puerta fijamente.
-Menos mal que Irina duerme y no se ha enterado de nada, no puede saber las intenciones de Iska sino sería nefasto para todos-dije. Debía darme prisa en encontrar ese libro y salvar a Siegfried. Justo cuando iba a ponerme a buscar de nuevo sentí como Irina se despertaba. Decidí cederla el control para que no sospechase nada. Me tumbé en el suelo junto a Siegfried  y le cedí el control a Irina. Me desperté junto a mi amor. Miré a mi izquierda y le vi. Seguía exactamente igual que antes. Me puse de rodillas y le acaricié.
-Hola mi amor, aguanta un poco más te lo suplico-le dije. Apoyé mi frente en su armadura y me puse a llorar. A los pocos minutos dejé de lamentarme y me puse en pie.
-Juro por mi vida que te salvaré-dije. “Me alegra oírlo, vamos a buscar el libro” dijo Devil
-De acuerdo, ¿por dónde empezamos?-pregunté. “Por aquella estantería, estaba a punto de averiguarlo” dijo mientras hacía que mi brazo derecho se moviera y señalase una de las estanterías. Me acerqué y cogí el libro que Devil me dijo. Me puse a leerlo con rapidez y dí con lo que estaba buscando. “Al fin, estaba harta de tanto buscar” dijo Devil.
-No es muy complicado de dibujar, tiene su dificultad pero bueno-dije observando  el círculo al detalle.
"Ahora solo hay que esperar a que los demás vengan con las piedras" dijo ella.
-Bien, a esperar pues-dije. Marqué la página del libro doblando la esquina superior derecha, cerré el libro y me acerqué de nuevo a Siegfried. Me senté a su lado en silencio, dejé el libro en el suelo cerca de él y me puse a esperar sin dejar de mirar la puerta. Al cabo de una hora, cuando estaba comenzando a atardecer, alguien llama a la puerta.
-Adelante-dije. La puerta se abrió y vi a Geoffrey aparecer. Me puse en pie rápidamente.
-Hola Irina-me dijo
-Hola, ¿qué tal ha ido?-pregunté impaciente
-Bien, pudimos encontrarla-me dijo enseñándome el Lirio.

Me acerqué a él y cogí la piedra. Pesaba bastante.
-Es impresionante-dije contemplándola.
-Nos ha costado lo nuestro-dijo la voz de Isma. Levanté la vista de la piedra y vi que estaba herido. Le di la piedra a Geoffrey y me acerqué a Isma rápidamente.
-Estás herido-dije mirando su costado.
-No temas, estoy bien-me dijo
-Deberías curar esa herida, es muy profunda-le dije
-Luego iré a por Rhys, no te preocupes-me dijo
-No, iré yo y ahora-dije seriamente. Me puse a caminar hacia la salida.
-Irina, no tienes por qué-me dio cogiéndome de un brazo.
-Isma, la herida es grave y sangra, en un momento vuelvo-le dije. Me soltó el brazo y yo salí de la biblioteca corriendo. Su herida era grave y sangraba mucho así que debía darme prisa. “No sé siquiera cómo puede tenerse en pie” dijo Devil
-Yo tampoco-dije. Me puse a correr con ganas por el castillo. “¿Sabes dónde está Rhys?” me preguntó
-Por el olor del ambiente está en el patio de armas-dije. Seguí corriendo durante un rato. De repente, en un cruce, me choqué contra alguien y me caí al suelo de culo. Elevé la vista y vi a Lucia junto a una mujer de pelo rubio recogido en un moño.
-Lo siento, no os he visto-me dijo la mujer
-Reconozco que yo tampoco os había visto-dije
-Disculpadla Irina, íbamos charlando y nos hemos despistado-dijo Lucia
-No importa-dije tumbándome en el suelo.
-¿Os he hecho daño?-me preguntó la mujer
-No, en absoluto-dije
-¿Entonces por qué os tumbáis?-preguntó Lucia
-Para ponerme en pie-dije. Me puse en pie de un salto.
-Veo que sois fuerte, Lucia llevaba razón-dijo la mujer rubia.
-¿Razón de qué?-pregunté sacudiéndome el traje.
-Le he dicho que sois una diosa llena de vitalidad-dijo Lucia
-Sí bueno, estoy pasando por un mal momento pero bueno, voy tirando-dije algo tristona.
-Lo lamento, Lucia ya me ha contado…-dijo la mujer
-Preséntate anda-dijo Lucia mientras le daba un pequeño empujón a la mujer
-¡Oh, disculpadme! Soy Calill-me dijo extendiendo su mano hacia mí.
-Encantada, soy Irina-dije cogiendo su mano.
-¿Adónde ibais tan corriendo?-me preguntó Lucia mientras Calill y yo nos soltábamos las manos.
-Tengo que ir a por Rhys, Isma está herido y parece grave-dije.
-Entonces no os entretenemos más, nos vemos en la biblioteca-dijo Lucia, Esta cogió a Calill por los hombros y la empujó hacia delante.
-¡Adiós!-dijo Calill enérgicamente. Se veía bien que era una mujer llena de vitalidad. “Que suplicio de mujer” dijo Devil con agotamiento.
-Es feliz, me alegro por ella-dije. “¿Te gustaría estar en su lugar?” me preguntó
-Sí, pero con Siegfried a mi lado-dije pensando en que el hombre de mi vida podría morir en cualquier momento. Me olvidé de mis penas y me puse a correr de nuevo para ir a por Rhys. Estuve corriendo por el castillo durante 5 minutos. Cuando llegué al patio de armas vi a la mitad del grupo formando un círculo alrededor de algo.
-¿Qué ocurre?-pregunté mientras caminaba hacia ellos.
-Es la Espada Sagrada-dijo Sophitia con los ojos clavados en algo. Me acerqué a ella corriendo y la aparté un poco para ver eso que tenía a todo el mundo abobado. Cuando vi de lo que se trataba no pude reprimir una exclamación de sorpresa.

-La Soul Calibur...-dije contemplando la misma con asombro.
-¿Cómo ha ido a parar aquí?-preguntó Taki.
-Barbaros la usaba para transformarse en ese monstruo gigante, cuando él le golpeó cayó debido a que la Soul Calibur se desprendió de su ser...-dije pensativa.
-¿Quién es ese "él"?-preguntó Zelgius, el cual también se encontraba allí.
-No lo sé, alguien golpeó a Barbaros pero no llegué a verle-dije mintiendo para ocultar la identidad de Isma.
-Esa espada es la que puede destruir la Soul Edge-dijo Ivy
-Así la guerra acabaría-dijo Sophitia. Según la información que tenía sobre ella, Sophitia solo anhelaba un mundo seguro para sus hijos, lo que significaba que deseaba acabar con las espadas para poder dar fin a la guerra.
-No del todo-dije
-¿Cómo que no del todo?-preguntó Lloyd
-La guerra nada tiene que ver con las espadas sino con la conquista mundial, Barbaros luchaba para apoderarse del mundo, para nada más-dije
-Entonces las espadas...-dijo Mitsurugi
-Las espadas solo son un medio para la conquista, se pueden usar para bien o para mal-dije
-Todo se reduce a aquel que porte la espada, independientemente del poder de esta-dijo Ike
-Exactamente-dije
-Es igual, si la Espada Maldita desaparece todo habrá terminado, nadie más quedará poseído por su poder-dijo Sophitia con determinación. Dio un par de pasos al frente y extendió su mano derecha hacia la empuñadura de la Soul Calibur.
-¡No Sophitia!-grité. Intenté cogerla de un brazo pero llegué tarde. Sophitia cogió la empuñadura y recibió una pequeña descarga eléctrica. Retiró inmediatamente la mano. Vi que se había hecho una quemadura en la palma.
-La espada solo se deja tocar por algunas personas-dije
-Podríais haberlo dicho antes-dijo Sophitia conteniendo sus ganas de gritar.
-Rhys, cúrala por favor-dijo Ike. El curandero se acercó a Sophitia y la curó en unos escasos segundos.
-Gracias Rhys-dijo ella
-De nada-dijo él
-¿Y quién va a poder coger la espada?-preguntó Lloyd
-Creo que esa es una pregunta estúpida-dijo Zelgius mirándome y sonriendo. Le devolví la sonrisa y me acerqué a la Soul Calibur. Extendí mi mano derecha y la cogí sin dificultad. La desclavé del suelo y me puse a observarla detenidamente.
-Hola SC, te echaba en falta-dije sonriendo. La Soul Calibur quedó envuelta en una luz azul. Cuando se disipó pude ver mi Soul Calibur de bolsillo.

-Increíble...-dijo Ike alelado
-Se ha transformado en otra espada-dijo Mitsurugi
-Tiene dos formas, dependiendo de quien la porte muestra una u otra-dije envainando la espada en mi cintura.
-Fascinante-dijo Lloyd.
-Bueno, yo había venido aquí a por Rhys-dije mirando a este
-Claro, decidme, ¿qué queríais?-me preguntó
-Ismael está herido, me gustaría que vinierais conmigo para curarle-dije
-Vamos entonces-me dijo él con esa cara alegre que siempre tenía. Todos nos pusimos a caminar hacia el castillo.
-Irina...-dijo la voz de Rafiel. Me giré un poco y vi a este caminar hacia mí rápidamente.
-¿Qué ocurre Rafiel?-pregunté
-Hemos encontrado la piedra Luna Blanca-dije
-Perfecto, casi se me había olvidado-dije
-¿Está a buen recaudo?-preguntó Ike
-La tengo bien guardada en el saco-dijo Nailah echándose la mano derecha a un saco que llevaba en la cintura.
-¿Habéis encontrado el círculo?-me preguntó Volug
-Sí, no temáis por eso, el libro está en la biblioteca-dije. Caminamos en silencio el resto del camino. Al llegar a la biblioteca vi a todo el grupo mirando el libro que había dejado junto a Siegfried. Soren lo miraba con atención.
-Hola, ya hemos vuelto-dije.
-¿Dónde está el herido?-preguntó Rhys con su bastón ya preparado.
-Aquí-dijo Isma. Se acercó a Rhys y este le curó la herida pero quedó una marca donde había una herida.
-No entiendo por qué se queda la cicatriz...-dijo Rhys. Volvió a usar su bastón pero la marca seguía allí, inamovible del costado de Isma.
-¿No debería desaparecer?-pregunté. Noté como el pulso de Isma se aceleraba un poco.
-¿Ocurre algo compañero?-le pregunté.
-¿Eh? No, no, nada, que me parece raro que no se cure-me dijo. Noté que estaba tenso. No comprendí bien el por qué.
-Puede que la cicatriz se quede ahí porque alguien muy poderoso le hirió-dijo Rhys guardando su bastón
-¿Quién te ha hecho la herida?-le pregunté a mi amigo
-No lo sé, me hicieron la herida por detrás, no pude ver al que me atacó-dijo Isma. Sentí como Geoffrey y Kieran se ponían más tensos que las cuerdas de una guitarra.
-¿Ocurre algo general? Parecéis tenso-dije mirando a Geoffrey.
-Nada, no pasa nada, ¿qué debería pasar?-me preguntó. Sentí un ambiente de mentiras pero no hice más preguntas.
-No importa, siempre quise tener una cicatriz-me dijo Isma sonriente.
-Cada día eres más raro-dijo Jin. Todos reímos un poco.
-Bueno, será mejor que comencemos con el dibujo del círculo-dijo Soren.
-Cierto-dije.
-¿Dónde está la piedra?-preguntó Oscar
-Aquí la tengo-dijo Nailah. Esta metió la mano en el saco con cuidado y sacó una piedra muy hermosa y brillante.
-Es preciosa...-dije mirándola totalmente embelesada.
-Bueno Irina, ¿la dibujáis vos?-me preguntó Soren
-Hace mucho que no dibujo-dije cogiendo la piedra
-Mientes peor que las ranas, anda que no nos dibujas a mí y a Darky, que tienes cuadernos repletos de nuestros dibujos-dijo Jin.
-Bueno, bueno, veo que aquí revelamos los secretos de todo el mundo ¿no?-pregunté de broma.
-Preferiría que no-dijo Isma con alegría. En ese momento sentí un escalofrío recorriendo mi espalda. Me giré por si había algún enemigo cerca pero solo vi a Zelgius el cual parecía nervioso.
-Calmaos general, no vamos a revelar los secretos de nadie-dije sonriente
-Lo sé-me dijo seriamente. Me dejé de bromas y me centré en dibujar el círculo para salvar a Siegfried. Una vez me acordé de él se me pasaron las ganas de reír y solo tuve ansias de ponerle las manos encima a Achlys y matarla con mis propias manos por lo que le hizo a Siegfried, pero esa persona del bosque la mató así que ya no me daría problemas.
-Bueno, necesito espacio-dije arrodillándome en el suelo.
-Yo voy a por la copa-dijo Jin. Este salió corriendo.
-Es verdad, hay que derretir el Lirio-dijo Darky
-Devil dijo que se encargaría-dijo Rolf
-Bueno, si ella lo dijo...-dije
-Yo puedo encargarme también-dijo Sanaki
-Alteza, no deberíais esforzaros demasiado-dijo Sigrun
-No es esfuerzo, solo es usar el Bolganone y listo-dijo la Apóstol
-Creo que el Lirio no puede ser derretido con conjuros mágicos Majestad-dijo Tanith
-¿Por qué lo dices Tanith?-preguntó Sanaki
-He leído, en el libro que encontró la Diosa Irina, que si se derrite el Lirio con magia será imposible acceder al Velo salvo la persona que lo derritió-dijo Tanith
-Veo que vais un paso por delante de mí Tanith-dijo Soren mirando el libro. Mientras ellos hablaban yo me dediqué a dibujar el contorno del círculo. Hice una circunferencia perfecta.
-Soren, voy a necesitar el libro para poder dibujar-dije mirándole
-Por supuesto-me dijo acercándose a mí. Me dio el libro y yo me puse a calcular las distancias que debían guardar los trazos. Tardé un buen rato en cuadrarlo todo pero al final pude dibujar el círculo. Cuando terminé me puse en pie, elevé el vuelo y miré desde arriba el círculo. Me había quedado perfecto. Bajé al suelo con cuidado de no pisar las líneas y me puse al lado de Jin el cual tenía la copa preparada. La miré bien y me di cuenta de que era un cáliz.
-¿Dónde has encontrado ese cáliz?-le pregunté sorprendida.
-Un hombre que se tercie tiene que tener sus secretos...-me dijo con aire de misterio.
-Qué bobo eres, déjame verlo de cerca anda-dije cogiendo el cáliz de sus manos. Lo observé detenidamente durante unos minutos. Era hermoso y un tanto extraño.

-Hay que meter el Lirio ahí dentro ¿no?-preguntó Iska.
-Sí, y derretirlo en el interior-dijo Soren
-¿Dónde se coloca el cáliz una vez esté derretido el Lirio?-preguntó Leonardo. Hacía tanto que no le veía que se me hizo extraño oír su voz.
-En el centro, justo en el sol que hay dibujado-dijo Isma.
-Bueno, pues allá voy-dije. Me acerqué a Geoffrey, el cual tenía el Lirio, y lo cogí con cuidado. Lo puse dentro del cáliz y me llevé este al centro del círculo. Lo coloqué en todo el centro del sol y me arrodillé.
-Espera Irina, nosotros debemos irnos, solo pueden quedarse los magos y el guardián-dijo Darky.
-Bien pues-dije. 
-Ten cuidado Link-dijo Zelda.
-No temas, no pasará nada-dijo él. Ambos se abrazaron y se besaron. Link desenvainó su Master Sword por si ocurría algo.
-Nosotros nos vamos, ten mucho cuidado ahí dentro Irina te lo suplico-me dijo Jin con temor.
-No temas Kazama, saldré sana y salva del Velo-dije intentando serenarle. Todos se marcharon y solo nos quedamos Soren, Calill, Link y yo.
-Bien, pues al ataque-dije un tanto asustada. Puse mi mano izquierda sobre el cáliz, cerré los ojos y me concentré. Al cabo de un rato pude derretirlo. Pensé que la tierra se pondría a temblar pero solo tembló un poquito el líquido, como si una gota cayera en el centro.
-Irina, una vez toquéis el Lirio os desmayaréis y vuestra alma entrará en el Velo, tenéis 30 minutos para entrar y salir-dijo Soren. "Todo bajo control cariño, no temas" dijo Devil con mucha seguridad.
-Bien, todo sea por Siegfried-dije mirando su cuerpo inerte.
-No muráis en el intento-me dijo Link
-Haré lo que pueda pero si me pasa algo y no regreso, Link por favor, matad a aquel que se apodere de mi cuerpo y decidle a Jin, Isma y Darky que los quiero mucho-dije a punto de echarme a llorar.
-Lo haré Irina-me dijo él. Se veía bien que estaba nervioso.
-Si no consigo devolverle a Siegfried su alma, deberéis matarlo para que ningún demonio se apodere de su cuerpo y ande por este mundo-dije
-Lo haremos-dijo Calill
-Solo en el caso de que esto salga mal cosa que no creo-dijo Soren para animarme.
-Gracias-dije. Suspiré profundamente con temor de no volver a la vida nunca jamás. "No temas Irina, nos los vamos a comer con patatas" dijo Devil. "Estás muy segura de esto" dije acercando mi mano derecha al Lirio. "Bueno, tengo la sensación de que todo saldrá bien" me dijo. "Que los jefes te oigan" dije. En ese momento mis dedos rozaron suavemente la superficie del líquido y me desmayé. Me desperté tumbada en el suelo boca abajo. Me arrodillé en el suelo y me toqué la cabeza ya que me dolía un poco. Miré hacia delante y vi una gran inmensidad, como la nada. Me puse en pie con algo de dificultad ya que me sentía débil.
-Al fin despiertas-me dijo una voz. Me giré rápidamente y me vi a mí misma. Me sorprendí mucho.
-¿Quién eres?-pregunté temerosa de que fuera un demonio.
-Soy yo-me dijo ella con una sonrisa en la cara
-¿Yo quién?-pregunté mosqueada.
-Soy Devil-me dijo. Me quedé muy sorprendida pero al instante comprendí que, al habitar las dos el mismo cuerpo, ambas habíamos entrado en el Velo.
-Como éramos dos en un solo cuerpo, ahora somos dos por separado-me dijo ella
-Me alegra verte al fin, llevo mucho tiempo conviviendo contigo-dije
-La verdad sí-me dijo
-¿Sabes dónde se encuentra el alma de Siegfried?-pregunté mirando de nuevo esa inmensidad.
-Ni idea, pero solo hemos venido a por él así que el propio Velo nos guiará-me dijo Devil comenzando a caminar. Me puse a seguirla.
-No estamos armadas, esto va a ser complicado si nos atacan-dije
-Los demonios no te atacan, solo intentan engatusarte para que los toques voluntariamente y se apoderen de tu cuerpo-dijo ella. Tragué saliva.
-Creo que voy a necesitar unas bragas limpias-dije. Ambas reímos un poco. Estuvimos caminando durante un rato.
-Alto-dijo una voz. Al segundo un demonio apareció ante nosotras. Tenía apariencia humana pero me asusté igualmente.
-Quédate detrás de mí-dijo Devil poniéndose entre el demonio y yo
-¿Qué quieres demonio?-preguntó ella.
-Os plantearé un acertijo, si acertáis os diré lo que queráis saber, pero si no acertáis me quedaré con vuestro cuerpo-dijo
-Es un demonio de la pereza-dijo Devil
-¿Y eso es bueno o malo?-pregunté temerosa
-Depende, si aciertas es muy beneficioso pero si fallas dile adiós al mundo de los vivos-dijo ella
-Bien, aquí está mi acertijo-dijo el demonio
-Qué los jefes nos ayuden-dije mirando hacia arriba pero era como si mirase hacia adelante. Mirases donde mirases era todo igual. Infinitamente inmenso.
-Soy un desierto sin arena, un bosque sin árboles y montañas sin tierra, ¿qué soy?-preguntó el demonio. Ambas nos pusimos a pensar rápidamente pues el tiempo corría en nuestra contra.
-¿Qué puede ser Devil?-pregunté en voz baja
-No tengo idea, me sé muchos acertijos pero este no le había oído nunca-me dijo ella pensativa
-¿No podemos sencillamente evitarle?-pregunté
-Imposible, aunque diéramos media vuelta volvería a aparecer, es la entrada a donde se halla Siegfried, si no superamos este acertijo jamás podremos sacar el alma de Siegfried de aquí-me dijo ella. Tragué saliva. Estaba realmente asustada.
-Faltan 10 segundos...-dijo el demonio
-¿Y encima tenemos tiempo?-pregunté enfadada y aterrorizada.
-Sí, solo tenemos 15 segundos para hallar la respuesta-me dijo ella
-5 segunditos-dijo el demonio
-Me estás achuchando-dijo Devil
-2 segundos...y vuestro cuerpo será mío-dijo el demonio. En ese instante noté una presencia tras de mí. Me giré por si era un demonio malvado pero no vi a nadie. Solo vi esa inmensidad inmensa. Volví a mirar al demonio. Sentí como alguien se ponía tras de mí. Intenté ver quién era pero antes de que pudiese hacerlo siento un escalofrío en la espalda.
-La respuesta es el mapa...-me dijo una voz glacial. Me asusté pero no sé por qué me fié de esa voz.
-1 segundo...-dijo el demonio
-¡El mapa!-dije.
-¿Cómo?-preguntó Devil
-La respuesta es el mapa-dije. Ambas miramos al demonio con temor.
-Si no es correcto dile adiós al mundo-me dijo Devil
-La respuesta es...-dijo el demonio. Hubo un corto silencio
-¡Dilo ya hombre!-dijo Devil impaciente.
-Correcta-dijo el demonio. Devil y yo suspiramos aliviadas.
-Muy hábil Irina-me dijo ella
-Gracias-dije secando las gotas de sudor que recorrían mi frente. Era raro pero hasta el alma sudaba.
-¿Qué es lo que deseáis saber?-preguntó el demonio
-Pues...-dijimos Devil y yo al mismo tiempo
-Solo una de las dos puede hacerme la pregunta, solo responderé una vez-dijo el demonio. Devil y yo nos miramos.
-Pregunta tú anda-dijo Devil. Pensé un rato en qué podría preguntar pero no se me ocurría nada.
-Di la pregunta que ronda tu corazón desde que conociste a Siegfried-me dijo Devil
-¿Seré feliz con Siegfried y viviré sin peligros algún día?-pregunté temerosa de la respuesta
-Sí, serás la mujer más feliz del mundo junto a tu amor-me dijo el demonio. Sonreí como una boba.
-Bien, podéis pasar-dijo el demonio. Al segundo apareció una puerta de la nada. El demonio la abrió y Devil y yo entramos. Cuando miré a mi alrededor pude ver el jardín que había cerca de mi casa, en España.
-¿Pero qué?...-dijo Devil. La miré y vi que estaba vestida con un vestido de gala. Me miré y también llevaba puesto uno exactamente igual.
-No entiendo nada, ¿dónde estamos?-pregunté.
-Atención por favor-dijo una voz que me resultó familiar. Miré en la dirección que oí la voz y vi a Jin vestido con traje y corbata. Me fijé en que todos mis amigos y conocidos estaban allí. Incluso...
-Mamá...-dije mirándola. Mis ojos se humedecieron. Di un paso al frente inconscientemente.
-¡No Irina!-me dijo Devil cogiéndome de un brazo y tirando de mí hacia ella
-Pero Devil, es mamá, ¡mira! papá también está-dije
-Irina, es una ilusión creada por los demonios-me dijo ella seriamente
-¿De verdad?-pregunté
-Sí, esta es la ilusión que los demonios han creado para Siegfried pero por alguna razón tus fibras sensibles también se hallan aquí-dijo Devil
-Entonces...¿todo esto es mentira?-pregunté
-Sí-me dijo ella. No sé por qué pero sentí como si volviese en mí. Como si me hubiera despertado
-Perdona, no sé qué me ha pasado-dije
-No importa, entiendo tu sufrimiento-me dijo Devil
-Un poco de silencio por favor-dijo Jin. Ambas nos pusimos atentas a lo que iba a decir ese falso Jin.
-Me gustaría brindar por este maravilloso día en el que dos de mis mejores amigos van a unir sus vidas para siempre-dijo elevando una copa. Todo el mundo hizo igual.
-¿Les seguimos la corriente?-pregunté
-No, vamos a escondernos, no pueden vernos sino daríamos la alarma-dijo Devil. Ambas nos escondimos tras unas columnas decorativas que había por allí y asomamos la cabeza para ver el panorama.
-Un brindis por la loca de mi amiga Irina y por el buen amigo que es Siegfried-dijo Jin. Todos brindaron y bebieron.
-No entiendo nada-dije totalmente pasmada.
-El mayor deseo de Siegfried...-dijo Devil pensativa
-¿Es casarse conmigo?-pregunté sorprendida
-Eso parece-me contestó. Ambas nos miramos con incredulidad.
-Atención chicos, que ahí viene el novio-dijo Link. Un falso Link por supuesto. Miré en dirección donde señalaba Link y vi a Siegfried vestido de novio. Estaba muy guapo y elegante.
-Vaya...-dije
-Recuerda que es...-dijo Devil, pero no la dejé terminar
-Una ilusión, lo sé-dije
-Sí, pero esa es el alma de Siegfried-dijo ella
-Será mejor que estemos atentas a ver qué pasa-dije. Ambas nos pusimos a mirar qué haría el alma de Siegfried. Este se acercó a una especie de pedestal. Era parecido al de las iglesias. Hasta había un cura y todo.
-Venga chicos, todo el mundo a su sitio que la novia tiene que estar a punto de llegar-dijo Ike. Todo el mundo se colocó en sus lugares. Sentados en unas sillas plegables que había. Miré a Siegfried y vi que había un hombre a su lado. Se parecían mucho.
-Devil, mira-dije tocándola. Ella miró y se sorprendió mucho
-¿Quién es ese hombre?-pregunté
-Es Frederick, el padre de Siegfried-me dijo. Me quedé perpleja.
-¿No había muerto?-pregunté
-Los demonios pueden recrear a cualquier persona, todo el mundo que ves aquí presente son demonios disfrazados-me dijo
-Creo que ahora sí que voy a necesitar las bragas limpias-dije. En ese momento la canción típica de las bodas de iglesia comenzó a sonar. Frederick abrazó a su hijo y se sentó al lado de una mujer. Supuse que sería la madre de Siegfried.
-No puede ser verdad...-dijo Devil.
-¿Qué ocurre?-pregunté
-La muy hija de su madre...-dijo Devil de nuevo
-¿Me vas a decir qué cuernos pasa?-pregunté.
-Es Achlys, está aquí-dijo ella
-¡¿Cómo?!-pregunté impactada. Miré donde ella miraba y me vi a mí misma vestida de novia. Mi padre me llevaba agarrada del brazo, lo normal en las bodas
-Esa soy yo-dije
-Es Achlys disfrazada de ti-dijo Devil
-Entonces, si ella y Siegfried se tocan...-dije pensativa
-Siegfried morirá y Achlys se hará con su cuerpo para crear cuantos monstruos desee-dijo Devil. Me quedé totalmente bloqueada. Sentí unas ganas irrefrenables de matar a la muy zorra.
-Vamos a por Siegfried y vámonos-dije
-No es tan sencillo, si intentamos llevárnoslo a la fuerza podría atacarnos, se quedaría algo aturdido al ver a 3 Irinas y daríamos la alarma-dijo Devil
-¿Entonces cómo vamos a salvarle?-pregunté
-No lo sé...-dijo Devil. Sentí como me derrotaban. Se acabó. Siegfried moriría y yo quedaría atrapada en el Velo para siempre. Me arrodillé en el suelo y me puse a llorar.
-No llores, encontraremos una solución-me dijo Devil intentando animarme.
-No la hay Devil, se acabó...-dije llorando.
-Lo siento Irina, hice lo que pude-me dijo ella
-Lo sé...-dije levantando la mirada del suelo. Miré a Siegfried para poder contemplarle una vez más antes de que muriese y yo también. Vi a alguien a su lado. Me resultó muy extraño pues iba tapado con una capa negra de forma que no se le veía el rostro. Pensé que sería Isma en su otra forma. Miré a todos y vi a Isma sentado en una silla, así que ese hombre misterioso no podía ser él.
-Devil...¿quién es ese?-pregunté señalando al hombre que había tras Siegfried
-No lo sé...-dijo ella. No sé por qué pero sentí como mi instinto me decía "escucha lo que dice". Hice caso. Puse mi oído de lobo alerta y escuché con atención lo que le diría ese hombre a Siegfried.
-Hola Siegfried, enhorabuena-dijo el hombre
-Muchas gracias-dijo Siegfried mirando a Achlys con impaciencia.
-Me alegra ver que tu padre se halla aquí-dijo el hombre
-Sí, ha podido venir, al fin y al cabo soy su único hijo-dijo Siegfried
-Sí, es una pena que lo asesinases con tus propias manos...-dijo el hombre. Siegfried se giró y le miró impactado.
-¡Yo jamás mataría a mi padre!-dijo enfadado
-Huy que no, le asesinaste por que la Soul Edge se apoderó de ti, fuiste Nightmare y mataste a miles de hombres para conseguir sus almas y hacerte más poderoso-dijo el hombre
-¡Eso es mentira!-dijo Siegfried
-¿Sabes Siegfried? Como eres un asesino y eres peor que Nightmare, Irina te abandonará, porque nunca la harás feliz, no conseguirás satisfacer sus necesidades y ella te abandonará por asesino-dijo el hombre con total tranquilidad
-¡¡Es mentira!!-gritó Siegfried. Sentí como Achlys se empezaba a dar cuenta del problema que había entre Siegfried y el hombre ese
-Devil, ese hombre está despotricando sobre Siegfried, ¿por qué lo hace?-pregunté.
-Creo que está intentando convencerle-me contestó
-¿Convencerle de qué?-pregunté
-Siegfried cree que esto es real, para que vuelva a su cuerpo hay que convencerle de que esto es mentira, una vez lo haya admitido su alma volverá automáticamente a su cuerpo-me dijo
-Entonces ese hombre...¿nos está ayudando?-pregunté
-Es lo más probable-me contestó. Volví a ponerme atenta a lo que decía ese hombre.
-Siegfried, asúmelo, eres un asesino y no sirves para cuidar de una mujer, Irina se merece un hombre mucho más macho que tú-dijo el hombre
-¡Mientes! Irina me ama con toda el alma-dijo Siegfried. Noté como se ponía tenso.
-¿Irina amarte? ¡Ja! Ni en tus mejores sueños Siegfried, ella te odia pero por compasión se acercó a ti-dijo el hombre
-¡Es mentira!-dijo Siegfried
-Y encima lo de tu padre, ¿cómo pudiste matarlo? Recuerdas aquella noche ¿verdad? Sí, ibas en busca de almas fuertes para saciar tu sed, pensabas matar a unos caballeros que volvían de la guerra ya que eran objetivos fáciles, te abalanzaste sobre el comandante y viste que era tu padre, te dijo que te detuvieras pero blandiste tu arma...y le mataste atravesando su pecho con tu espada, Soul Edge-dijo el hombre
-¡No! ¡No maté a mi padre e Irina me ama!-dijo Siegfried
-Asesino y además mentiroso-dijo el encapuchado
-Aquella noche en la que Irina y yo estuvimos solos, ella me demostró su amor-dijo Siegfried. Supuse que estaría recordando aquella noche de pasión loca.
-¿No te acuerdas Siegfried?-preguntó el hombre
-¿Acordarme?-preguntó el caballero
-Irina no quería estar contigo pero la obligaste, la obligaste a hacer algo que ella no deseaba-dijo el hombre
-¿Me estás diciendo que?...-preguntó Siegfried un tanto impactado. El hombre se acercó a su oído y le dijo muy bajito:
-La violaste-. Siegfried se derrumbó emocionalmente, se arrodilló en el suelo y se puso a llorar.
-Irina...padre...-dijo. En ese instante se desmayó. Al segundo desapareció en una luz blanca que salió volando. La ilusión en la que nos encontrábamos se desvaneció. Los vestidos que llevábamos puestos se esfumaron y el jardín donde nos hallábamos también junto con todos los invitados. Solo quedamos yo y Devil en esa inmensidad inmensa.
-Lo ha conseguido, ha convencido a Siegfried-dijo Devil
-Eso significa que está a salvo...-dije. Ambas sonreímos y nos abrazamos.
-Gracias a ese hombre misterioso-dijo Devil
-No sé quien era pero le debo la vida de mi amor-dije. Nos separamos la una de la otra.
-¿Cómo vamos a volver al mundo de los vivos?-pregunté
-Tenemos que derrotar al guardián de esta zona pero no le veo por ningún lado-dijo Devil mirando en todas direcciones.
-¿Cómo vamos a derrotarle si no tenemos armas?-pregunté
-Buena pregunta-dijo Devil. En ese momento sentí algo tras de mí. Me giré y vi a Frederick y a mí misma. Sabía que tras esa piel de Irina estaba Achlys así que me enfadé mucho.
-Devil...-dije. Ella se giró y se puso en posición de ataque.
-Siegfried era casi mío, pero teníais que venir vosotras a deshacerlo todo, Siegfried es mío y solo mío-dijo Achlys
-Perdona bonita, pero él me ama a mí, SOLO a mí, y que yo sepa tú no has conseguido sacarle lo que querías ¿no?-pregunté enfadada.
-Eso no importa, ahora él vivirá pero vosotras no-dijo Frederick. Al segundo una luz negra los envolvió. Cuando pude ver de nuevo vi a Achlys en su forma original y armada hasta los dientes y a su lado un bestia parda de los de verdad.

-Como ha cambiado Frederick ¿no?-dije un tanto asustada
-Es él...-dijo Devil
-¿Él quién?-pregunté
-Es guardián de esta parte del Velo-me contestó
-¡¿Hay que cargarse a ese bestia?!-pregunté sorprendida
-Sí, si no lo hacemos no podremos salir de aquí nunca-dijo ella
-Cierto y solo os quedan 10 minutos para salir, ¿cómo lo haréis?-preguntó Achlys con una sonrisa malévola dibujada en la cara
-Zorra hija de puta...-dijo Devil con ese vocabulario tan elegante y fino que tenía.
-No te sirve de nada insultarme Devil-dijo Achlys. Esta chasqueó los dedos y una jauría de demonios apareció a nuestro alrededor.
-¿Cómo vamos a derrotarlos sin espadas?-pregunté
-¡¡Viva el Tekken!!-gritó Devil. Al segundo le dio una patada de kárate a un demonio que se le acercó más de la cuenta. Sonreí al saber a qué se refería con eso del Tekken. Me puse en posición de ataque y me lié a darle patadas a todo el mundo. Al cabo de unos 5 minutos pudimos derrotarlos a todos. Devil usaba las técnicas del kárate y yo las del taekwondo. Acabamos espalda contra espalda. Con ojo avizor por si nos atacaban de nuevo.
-Sois muy poderosas, me encantará quedarme con vuestro cuerpo-dijo el guardián. Al segundo este se abalanzó sobre Devil y la separó de mí. Ambos se pusieron a luchar a muerte. Para él era mucho más fácil herir a Devil con la espada pero la mala leche de esta permitía darle patadas colosales al bestia. Yo me giré al sentir una presencia tras de mí y vi a Achlys.
-Bien Irina, hagamos un concurso-dijo ella
-¿A qué te refieres?-pregunté mosqueada mientras ambas dábamos vueltas en círculos, mirándonos fijamente a los ojos con odio.
-La que gane se queda con Siegfried-dijo. Al segundo acometió contra mí y me lanzó al suelo. Sacó una daga de no se sabe dónde e hizo el amago de clavarla en mi pecho. Cogí su mano con las mías para impedir mi muerte. Ella era más fuerte que yo debido a que ahora Devil y yo estábamos separadas. Con ella en mi interior era mucho más fuerte. Poco a poco fue acercando su daga a mi pecho.
-No...-dije haciendo toda la fuerza que mis brazos me permitían.
-Dile adiós al mundo Irina, prometo cuidar de Siegfried y de nuestros hijos-dijo ella
-¡No!-grité. Estaba llena de furia pero sin el poder demoníaco de Devil no podría quitármela de encima. Estaba a punto de clavarme la daga en el pecho cuando, de repente, un sonido fuerte rompe el ambiente de muerte que reinaba en nuestro alrededor. Achlys soltó la daga la cual cayó en mi pecho y se deslizó hasta caer al suelo. A continuación Achlys cayó desplomada a mi lado. Suspiré aliviada al ver que estaba muerta y esta vez de verdad. Me senté en el suelo y vi a ese hombre misterioso tapado con la capa negra.
-¿Estáis bien?-me preguntó acercándose a mí. Yo asentí ya que mi respiración era muy acelerada para poder hablar.
-¡¡Suéltame!!-gritó la voz de Devil. Miré a mi derecha y vi que el bestia parda la estaba ahogando con sus manos. El hombre misterioso sacó una pistola blanca de debajo de su capa y disparó sin vacilaciones. El guardián cayó desplomado al suelo. Devil aterrizó de rodillas en el mismo. Se puso a respirar rápidamente para recuperar el aliento.
-Devil...-dije. Me puse en pie rápidamente, me acerqué a ella y me arrodillé a su lado
-¿Estás herida?-pregunté. Ella negó con la cabeza. Escuché como ese hombre que nos salvó la vida se acercaba a nosotras. Elevé la vista y vi que estaba guardando la pistola debajo de la capa, justo de donde la sacó.
-Gracias por ayudarnos, os debo la vida-dije
-No hay de qué-dijo el hombre. Sentí como Devil se estremecía al oír su voz. Le miró rápidamente con cara de besugo y se puso en pie como un rayo.
-No puede ser...-dijo ella impactada.
-Debéis marcharos, solo os quedan 2 minutos para salir, iros antes de que quedéis aquí atrapadas para siempre-dijo el hombre. En ese momento una especie de portal se abrió tras nosotras. Sentí una ráfaga de aire fresco del mundo de los vivos.
-Vámonos Devil-dije caminando hacia el portal. Me detuve al no escuchar los pasos de Devil tras de mí. Me giré y vi que ella y ese hombre se miraban fijamente. No le vi el rostro a él pero Devil parecía conocerle. Él se acercó a ella y le acarició la cara.
-Márchate Devil-dijo
-No...-dijo ella
-Vete por favor, debes ir con Irina y protegerla-dijo el hombre
-No quiero ir, quiero quedarme contigo-dijo ella
-Por favor Devil, se os acaba el tiempo, piensa en Siegfried e Irina-dijo él. Devil agachó la cabeza.
-Volveremos a vernos-dijo el hombre. Ella se abrazó a él con mucha fuerza.
-¿Me lo juras?-preguntó ella
-Sí, te lo juro-dijo él. Ambos se separaron y Devil se acercó corriendo a mí. La cogí una mano para salir las dos al mismo tiempo. Ella miró por última vez a ese hombre y saltamos al interior del portal, rumbo al mundo que nos correspondía.
Abrí los ojos lentamente y pude ver el techo de la habitación donde Siegfried y yo dormíamos. Sonreí al ver que había vuelto al mundo de los vivos, sin demonios de por medio.
-Irina...-dijo una voz. Estaba algo débil para girar la cabeza pero sentí como alguien me tocaba la mano derecha y me acariciaba el pelo. Al cabo de unos segundos pude girarme para ver a esa persona.
-Siegfried...-dije mirándole. Sentí una infinita alegría por verle vivo y despierto. Intenté incorporarme pero él me lo impidió poniendo una mano en mi pecho
-No te incorpores, debes descansar, el viaje que has hecho ha sido muy duro y algo perjudicial para tu salud-me dijo acariciando mi cara
-¿Cómo sabes que me he ido al Velo?-pregunté
-Los chicos me lo han contado todo, eres la mujer más valiente del mundo-me dijo sonriendo
-El amor mueve montañas y junta mundos-dije
-Lo sé-me dijo. Se inclinó un poco sobre mí y me besó. Sentí mucho alivio con ese beso.
-Duerme, necesitas descanso-me dijo
-Déjame disfrutar de tu compañía un poco más, hoy pensé que no volvería a verte-dije
-Yo también lo pensé cuando ese monstruo gigante me aplastaba-me dijo.
-Olvidemos eso por favor, estoy harta de tanto sufrimiento-le dije
-Como desees amor-me dijo con ternura.
-Duerme un poco, te despertaré cuando sea la hora de cenar-me dijo
-De acuerdo-le dije. Me besó de nuevo, me acomodé y me dormí.
-Irina, despierta amor-dijo una voz. Me desperté al poco rato con las caricias de Siegfried.
-Hola-dije
-Hola cielo, vamos a cenar que ya está todo preparado-me dijo sonriente
-¿Me ayudas?-le pregunté
-Claro-me dijo. Me ayudó a sentarme en la cama y a ponerme en pie. Di un paso pero mi cuerpo estaba muy abatido y mis piernas fallaron pero Siegfried me cogió a tiempo.
-Estoy demasiado cansada-dije
-No te preocupes, yo te llevo-me dijo. Cogió la chaqueta de Jin y me la puso.
-¿Jin ha estado aquí?-pregunté
-Todos han estado aquí-me dijo
-¿Estaban muy preocupados?-pregunté
-Sí, sobretodo Jin, Isma y Darky, ellos te aprecian más que nadie-me dijo.
-Me aprecian más que nadie, pero no me quieren como tú-le dije sonriente. Siegfried rió y me besó. Mientras lo hacía me cogió en brazos.
-Vamos a cenar, hoy ha cocinado Oscar, todos dicen que cocina como los ángeles-me dijo mientras salíamos de la habitación.
-Es verdad, cocina muy bien-dije
-Tendré que pedirle que me enseñe-me dijo
-Yo puedo enseñarte-le dije. Ambos reímos un poco. Llegamos a las puertas del comedor y las abrí. Al entrar vi todo vacío.
-¿Dónde están todos?-pregunté. Al segundo todo el mundo sale de debajo de la mesa al grito del "¡¡Sorpresa!!". Me asusté un poco y me abracé con fuerza al cuello de Siegfried pero luego, al ver que era una cena fiesta sorpresa, me relajé.
-Menudo susto me habéis dado-dije mientras Siegfried me llevaba a una silla
-Tú también nos has asustado-dijo Jin
-¿Por qué?-pregunté mientras Siegfried me sentaba en la silla
-Porque cuando sentimos que volvías a tu cuerpo, fuimos a despertarte pero no respondías-dijo Isma
-Estaba cansada, es muy agotador viajar al Velo-dije
-Y sigues cansada, en cuanto te hartes de esta panda de locos me lo dices y tu llevo a tu cuarto-me dijo Siegfried. Todos reímos.
-Lo tendré en cuenta-dije sonriendo.
-Bueno, ahora la cena que debéis tener hambre-me dijo Oscar
-Sí, confieso que me muero de hambre-dije. Al segundo el servicio entra con bandejas llenas de comida.
-Creo que me voy a poner las botas-dije mirándolo todo.
-Que te lo comes con los ojos-me dijo Jin
-¿A quién? ¿A Siegfried o a la comida?-pregunté. Todos reímos a excepción de Iska. No supe por qué pero este parecía algo molesto y enfadado.
-¿Ocurre algo Iska?-pregunté
-No, no, es que estaba tan preocupado que me ha acabado afectando al ánimo, pero no temáis estoy bien-me dijo sonriente. Era, claramente, una sonrisa forzada.
-De acuerdo-dije. No nos entretuvimos charlando, nos pusimos a comer. Al terminar me entraron ganas de ir al balcón del comedor para que me diese el aire.
-Siegfried...-dije
-Dime mi amor-me dijo
-¿Puedes llevarme al balcón? Me apetece tomar el aire-le dije
-Ahora mismo-me dijo. Se puso en pie y me cogió en brazos.
-Menuda reinona estás tú echa-me dijo Jin
-Es que lo soy cariño-dije. Siegfried me llevó al balcón.
-Déjame en el suelo por favor-le dije
-¿Estás segura?-me preguntó.
-Totalmente-dije. Siegfried me dejó con cuidado en el suelo. No me costó mucho mantener el equilibrio ya que había comido lo suficiente para llenar las reservas de energía. Cogí el brazo de Siegfried y apoyé mi cabeza en su hombro.
-La noche está preciosa-dije contemplando el cielo estrellado.
-Tú eres mucho más hermosa-me dijo. Me reí un poco.
-Siempre lanzándome piropos-le dije
-No es culpa mía que seas poseedora de una belleza solo alcanzable para algunas diosas-me dijo
-Eres un galán-le dije
-¿Acaso no te gusto?-me preguntó
-Yo no he dicho eso-le dije. Ambos sonreímos y nos besamos. Volví a mirar el cielo y vi que una lluvia de estrellas había comenzado.

-Mira Siegfried, una lluvia de estrellas-dije
-Nunca había visto nada semejante-me dijo
-Pide un deseo-le dije
-¿Así sin más?-me preguntó
-Sí, pero no puedes decirlo, solo piénsalo, dicen que si le pides un deseo a las estrellas fugaces se cumple-dije.
-Espero que sea cierto-dijo. Cerró los ojos y se puso a pensar en su deseo. Y hice lo mismo. "Deseo que sea verdad lo que me dijo el demonio en el Velo, que sea feliz con Siegfried y que ambos vivamos sin peligros" pensé. Abrí los ojos y la última estrella que caía brilló con fuerza. Luego se fundió con el horizonte.
-¿Has pedido tu deseo?-le pregunté
-Por supuesto-dijo mirándome. En ese momento me comenzó a doler un poco la cabeza. Cerré los ojos y me toqué el cuello
-¿Qué te ocurre?-me preguntó Siegfried asustado.
-Me duele la cabeza, será el cansancio, ¿podemos irnos a dormir?-le pregunté
-Claro, yo también estoy cansado-me dijo. Me cogió en brazos de nuevo y entramos al comedor. Todos hablaban con alegría y se reían con frecuencia.
-Bueno, nosotros nos vamos a dormir-dijo Siegfried
-¿Solo a dormir?-preguntó Jin
-Eres un indiscreto Kazama, además de un cotilla-dije
-No te lo tomes a mal-me dijo
-Sabes que no lo hago-le dije. Reímos un poco.
-Buenas noches Irina, que descanséis bien-me dijo Iska
-Igualmente Iska-dije. Nos despedimos de todos y nos fuimos a nuestra habitación. Al entrar Siegfried me dejó sentada en la cama.
-¿Me das mi pijama?-le pregunté
-Sí, ¿dónde está?-me preguntó
-Creo que en la cómoda-dije. Siegfried abrió el primer cajón y sacó mi pijama de dentro. Se acercó a mí y me lo dio. Me puse en pie con su ayuda y me vestí el pijama. Siegfried hizo igual. Cuando ambos estábamos vestidos nos tumbamos en la cama. Me abracé a él.
-Bueno amor, me gustaría charlar contigo pero estoy demasiado agotada-dije
-Yo también-me dijo
-Buenas noches amor-dije
-Buenas noches-me dijo. Nos besamos intensamente durante un rato, nos acomodamos en la cama y nos dormimos. Estaba muy feliz y alegre por tener a Siegfried a mi lado sano y salvo, pero había una pregunta que rondaba mi mente desde que salí del Velo, ¿quién era ese hombre que nos salvó y del que Devil no quería separarse? Era muy misterioso pero fuera quien fuese le debía la vida de mi amor y la mía propia. También estaba algo sorprendida con las reacciones de Iska. Esa sonrisa forzada de la cena y luego ese deseo de pasar una buena noche. Era un hombre un tanto extraño que no me inspiraba confianza por algo que yo sabía bien. Mañana sería el día en el que descubriría algunas cosas relacionadas con Iska y con ese hombre misterioso, ese era mi presentimiento...