domingo, 20 de febrero de 2011

Capítulo 18: El Bosque De Serenes

Nos adentramos en el Bosque de Serenes con Ike y Rafiel al frente para guiarnos. Al rato de estar caminando y adentrándonos cada vez más en el bosque, Rafiel hace frenar a su caballo con suavidad y se baja del mismo. Miró al cielo y suspiró.
-¿Qué ocurre Rafiel?-le pregunté
-Nada, solo que me estaba acordando de mi vida aquí-me dijo con melancolía
-Lamento que tengáis que pasar por esto, pero no queda más remedio, solo vos sabéis bien dónde se pueden encontrar los ingredientes que necesitamos-le dije bajándome de Spirit. Este se puso a comer la hierba del suelo.
-Bueno, será mejor que comencemos a buscar-dijo Ike
-¿Qué es lo que necesitamos?-preguntó Oscar
-A ver, creo que eran...-dije pensativa
-Onagra, Maitake, Hinojo, Fumaria y una rosa de Rosal Castellano-dijo Darky recordando los ingredientes que necesitábamos.
-Bien, esos mismos, ¿sabéis dónde encontrarlos?-le pregunté a Rafiel
-Creo que sí, vamos, seguidme por favor-dijo. Cogió las riendas de su caballo y se puso a caminar por el bosque. Yo me monté en Spirit. Estuvimos un rato caminando en silencio.
-¿No iríamos más rápido si te montaras en el caballo?-preguntó Shinon
-No podría guiarme si fuera a caballo-dijo Rafiel sin dejar de mirar al frente
-Déjale Shinon-dijo Ike. Noté como Shinon maldecía a Ike en silencio
-Cuidadito con lo que decimos que lo puedo oír todo-dije. Shinon me miró y se calló. Supuse que se puso a maldecirnos en pensamientos, pero me daba igual lo que dijera o pensase de mí. Estuvimos un rato caminando hasta que llegamos a un río.
-Qué sed tengo-dijo Boyd
-Pararemos un poco para descansar-dijo Ike bajándose de su caballo. Todos hicimos igual y nos acercamos al río a saciar nuestra sed. Nos arrodillamos frente a este, cogimos el agua con las manos y bebimos. Una vez con la barriga llena de agua nos pusimos en pie.
-Ahora estoy lleno de agua-dijo Rolf
-Ahora somos peceras-dije sonriendo. Todos reímos un poco.
-¿Podemos tumbarnos un poco Ike?-preguntó Mist señalando un trozo de hierba que había cerca del río.
-Claro, no veo por qué no-dijo Ike caminando hacia la hierba. Todos nos acercamos y nos tumbamos. Jin y Darky se tumbaron a ambos lados de mi y me abrazaron.
-Comprobado-dije mirando al cielo entre las hojas de los árboles
-¿Comprobado el qué?-me preguntó Jin
-Comprobado que soy el osito de peluche-dije riendo.
-No es culpa nuestra que seas tan blanda y guapa-me dijo Darky
-Lo tomaré como un cumplido-dije sonriendo. Le acaricié la cara en señal de amor y amistad.
-Parecéis hermanos-dijo Titania
-¿Por qué lo decís?-pregunté
-Sois más o menos de la misma edad y os lleváis muy bien, tanto que incluso llegué a pensar que Jin y vos erais pareja-dijo
-¿Realmente lo aparentamos?-pregunté.
-Sí-dijeron todos a coro
-Pues no, no somos pareja, aunque reconozco que mi amigo está de muy buen ver-dije riendo
-Tú tampoco estás mal-me dijo riendo.
-Bueno, será mejor que continuemos-dijo Mia poniéndose en pie.
-Cierto, vamos-dije. Me quité a los dos moscones y me puse en pie. Extendí ambas manos hacia ellos. Jin me cogió la izquierda y Darky la derecha. Se pusieron en pie de un salto. Volvimos a montar todos en los caballos a excepción de Rafiel. Este nos guió hasta una pradera llena de flores amarillas.
-¿Estas son las onagras esas?-preguntó Gatrie mirando las flores.
-Solo unas pocas son las de verdad, la Naturaleza es sabia e hizo copias de las mismas para que los humanos no las encontraran, las de verdad son muy parecidas a las falsas-dijo Rafiel mirando las flores con detenimiento.
-Bueno, ¿podemos ayudaros?-pregunté bajándome de Spirit.
-Sí, buscad flores que tengan minúsculas manchas anaranjadas en los pétalos, traédmelas y ya veremos si son o no son las de verdad-dijo Rafiel
-En busca de la flor perdida-dijo Jin mirando las flores que había a su alrededor.
-Bien chicos, mirad con ojos de ver-dijo Ike. Todos nos pusimos a buscar las malditas florecitas. Estuvimos buscándolas un buen rato. Cada poco tiempo encontrábamos una que creíamos que era, se la llevábamos a Rafiel y este decía que no era. Estuvimos así más de media hora. Cogí una que me pareció que tenía manchitas anaranjadas, pero ya mis ojos no veían bien y me imaginaba cosas donde no las había.

Se la llevé a Rafiel y este la cogió. La examinó de cerca y me sonrió.
-Os felicito, habéis encontrado una-me dijo.
-Al fin, ¿cuántas necesitamos Darky?-le pregunté.
-Un par-me dijo.
-Bien, voy a ver si me acuerdo de dónde la cogí-dije. Caminé un poco desorientada. "Eran aquellas de allí" me dijo Devil mientras hacía que mi mano derecha señalara un matojo lleno de flores.
-Muchas gracias Devil-dije. Me acerqué a las flores y arranqué una de raíz, así duraría más. Me acerqué a Rafiel y este metió ambas en un saquito que llevaba bajo la túnica.
-Bueno, ¿ahora qué toca?-preguntó Rhys
-Maitake-dijo Jin.
-Uff, esas están un poco lejos-dijo Rafiel
-Da igual, tenemos que ir-dije
-Bien, entonces vamos-dijo Rafiel cogiendo de nuevo las riendas de su caballo y caminando. Todos nos montamos en nuestras monturas y seguimos al joven Garza. Estuvimos caminando una hora más o menos. Me detuve al escuchar algo.
-¿Qué pasa Irina?-me preguntó Mist
-Creo que he oído algo tras esos arbustos-dije señalando los mismos. Todos desmontamos y desenvainamos nuestras armas. Nos acercamos a los arbustos y nos pusimos en posición de ataque. Jin apartó los arbustos y vi a una cierva tumbada en el suelo. Por su respiración y por el tamaño colosal de su barriga, estaba a punto de dar a luz. En acto reflejo me acerqué a ella y le di a oler mis manos. Me reconoció y me dejó acariciarla.
-Tranquila-dije acercándome a sus cuartos traseros. Todos los demás se acercaron.
-Son amigos, no temas-la dije para calmarla. La cierva se relajó un poco. Las contracciones empezaron y ella  se puso aún más nerviosa. Se veía bien que era madre primeriza. Vi como las patas del futuro cervatillo iban asomando. Las agarré con delicadeza y tiré un poco para ayudar a la madre.
-Venga, otro empujoncito-dije. La cierva hizo fuerza y la cabeza del pequeño asomó. Estuvimos un rato de parto hasta que el cervatillo salió del todo. La cierva se giró hacia su pequeño y lo lamió. Lo cogí en brazos con cuidado y lo limpié con un poco de agua de un riachuelo cercano. Lo sequé y lo dejé tumbado en el suelo junto a su madre.

-Qué bonito-dije.
-Nunca asistí a un parto-dijo Mist fascinada
-Pues hala, ya puedes ir fardando por ahí de que has visto a un ciervo nacer-dije.
-Bueno, sigamos-dijo Darky. Me despedí de la cierva y volvimos con los caballos. Montamos de nuevo y seguimos nuestro camino. Al cabo de un rato llegamos aun lugar donde solo había árboles y más árboles.
-Los Maitake crecen en lo alto de los árboles-dijo Rafiel mirando a uno en concreto.
-Bueno, ya voy yo a hacer el cabra-dije bajándome de Spirit. Me acerqué al tronco del árbol y abrí las alas dispuesta a ir volando a por la flor o la seta, o lo que fuera aquello.
-Debéis ir escalando para que los efectos de la flor surtan efecto-me dijo Rafiel
-Y encima con exigencias-dije. Guardé las alas y me lancé al tronco. Escalé el mismo hasta que llegué a la zona con ramas. A partir de ahí pude seguir subiendo apoyándome en las mismas. Cuando estuve cerca de la copa del árbol vi una especie de seta.

-¡Rafiel-grité
-¡Decidme Irina!-me gritó este desde abajo
-¡¿La flor tiene forma de seta marrón?!-pregunté
-¡Sí, pero tener cuidado al cogerla!-me gritó
-¡Haré lo que pueda!-dije. Me acerqué a las flores-setas y las cogí con cuidado. Tiré hacia arriba y las arranqué de raíz.
-¡Ya las tengo!-grité observándolas de cerca.
-¡Bien, ahora tened cuidado al bajar!-me gritó
-¡Espero no descalabrarme!-grité. Me senté en la rama y miré al suelo. Vi que estaba a unos 6 metros de altura.
-¡Salta Irina! ¡Yo te cojo!-me dijo Jin
-¡¿Se te va la pinza o qué?! ¡Te partiría los huesos de los brazos si me lanzo y me coges!-grité.
-¡¿Entonces cómo vas a bajar sino puedes usar las alas?!-me preguntó. Me puse en pie y me lancé del árbol.
-¡Irina espera!-me gritó Jin. Mientras caía di varias volteretas en el aire para mantener el equilibrio. Caí de pie en el suelo y vi una voltereta hacia adelante para no partirme las piernas.
-¡Tachán!-dije sonriente
-No vuelvas a asustarme de esa manera-me dijo Jin
-Sí papá-le dije mientras me acercaba a Rafiel. Le di la seta-flor y se la guardó en el saquito bajo la túnica.
-Bueno, siguiente-dije sacudiéndome las manos.
-Hinojo-dijo Darky
-Vamos, ese está cerca-dijo Rafiel. Me acerqué a Jin y le di un abrazo para disculparme.
-No vuelvas a hacer esas locuras sin avisar antes ¿vale?-me preguntó
-De acuerdo, perdóname-le dije. Me separé de él y le di un beso en la mejilla.
-Vamos a por el hinojo o como se llame-dije montándome en Spirit. Seguimos caminando tras Rafiel un buen rato. Este se detuvo en un cruce de caminos.
-¿Qué pasa Rafiel?-pregunté
-Esperad, es que me estoy liando un poco, a ver si me acuerdo de por dónde era-dijo mirando a su derecha y a su izquierda.
-Una bifurcación-dijo Gatrie
-Nunca me gustaron-dijo Oscar
-Creo que era por la izquierda-dijo Rafiel
-¿Eso es lo que os dice vuestro instinto?-le pregunté
-No, es lo que me dice mi mente-me dijo mirándome
-Entonces vamos por la derecha-dije mientras Spirit se ponía a caminar.
-Pero Irina, si Rafiel dice que es por la izquierda por algo será ¿no?-dijo Ike
-La mente piensa, el corazón dice-contesté
-No lo entiendo...-dijo Rolf
-La mente busca la parte lógica de todo y se basa en los conocimientos y en los recuerdos que los que nos acordamos, el corazón busca la parte ilógica de todo y se basa en lo que dice el subconsciente y la parte de la memoria a la que no podemos alcanzar-dije.
-Sabias palabras cargadas de razón-dijo Soren. Este espoleó a su caballo y se puso a seguirme.
-Entonces vamos por la derecha-dijo Rafiel. Todos nos fuimos por ese camino. Estuvimos andando un rato, cruzamos un pequeño río y subimos una cuesta bastante empinada.
-Rafiel, creo que es buen momento para que subáis a vuestro caballo-dije mientras me echaba hacia adelante para ayudar a Spirit a subir mejor.
-Opino igual-dijo Rafiel. Se montó en su caballo. Estuvimos subiendo la empinada cuesta un buen rato hasta que llegamos a un lugar donde, obviamente, había vivido alguien.
-En el huerto de este Garza siempre había hinojo-dijo Rafiel
-¿Dónde está ese huerto?-pregunté.
-Tras la casa-me dijo. Caminamos hasta la entrada de la casa y nos detuvimos.
-Bien, esperadme aquí, ahora vuelvo-dije bajándome de nuevo de mi amigo
-Ten cuidado-me dijo Darky
-Sí hermano-dije de broma. Rodeé la casa y llegué a la parte trasera. Un huertecillo la mar de majo se abría tras la ruinosa casa.

-Bueno, a buscar el hinojo ese-dije, "¿qué apariencia tiene?" me preguntó Devil.
-Si te digo la verdad no tengo idea-contesté, "pues vamos bien" me dijo
-No seas pesimista-la dije, "no soy pesimista, solo digo que si no sabes cómo es la planta mal vamos para encontrarla entre tanta cosa" me dijo.
-Bueno, alea jacta est, como decía Julio César-dije riendo, "cierto"me contestó Devil. Estuvimos un rato buscando el condenado hinojo hasta que vi una planta. Mi interior me dijo que esa era la planta que buscaba.

-Creo que es esa-dije señalándola, "bien, pues cógela y vámonos de aquí" me dijo Devil
-Pensé que te gustaba el campo-dije arrodillándome frente a la planta, "me gustaba, pero no tanto" me dijo
-Bueno, pues vámonos-dije cogiendo la planta con ambas manos. Tiré de ella con cuidado y la arranqué de raíz. Me puse en pie y la observé de cerca.
-Hoy estamos haciendo de granjeras-dije riendo mientras me daba la vuelta para ir con los demás, "sí, solo nos falta el mono de trabajo" me dijo. Me reí un poco. Me fui del huerto y volví a rodear la casa. Volví a la entrada de la misma y vi a todos esperándome.
-Pensé que te habías fugado-dijo Jin
-No sabía como era la planta así que me costó encontrarla-dije. Me acerqué a Rafiel y se la enseñé.
-Es un hinojo muy hermoso, sois buena granjera-me dijo guardándoselo en el saquito. Devil y yo reímos a carcajada limpia. Me monté en Spirit de nuevo mientras reía.
-¿De qué os reís?-me preguntó Mia
-Devil y yo hablábamos de eso hace unos escasos minutos-dije.
-Bueno, ¿ahora qué toca?-preguntó Ike. Se notaba que no le gustaba mucho andar por el campo.
-La Fumaria-dijo Darky
-Esa se suele encontrar el la zona central del bosque-dijo Rafiel.
-¿Hay que volver a bajar esa maldita cuesta?-preguntó Shinon
-Me temo que sí-dijo Rafiel
-Genial, vale chicos, procurad no mataros-dije caminando. Volvimos a la cuesta y comenzamos a bajarla.
-Tumbaos en el caballo, iréis más seguros-dije echándome hacia atrás y tumbándome de forma que mi cabeza estaba en el trasero de Spirit. Todos se tumbaron, algunos con más dificultad que otros. Al terminar de bajar la cuesta volvimos a cruzar el riachuelo. Nos sentamos de nuevo en los caballos. Tuvimos que ayudar a Gatrie pues con su pesada armadura no podía sentarse por su cuenta. Seguimos a Rafiel por los senderos del bosque hasta llegar a la zona central. Era una pradera enorme.
-Bueno, las Fumarias deben estar cerca-dijo Rafiel
-Ike...-dijo Mist. Todos la miramos y vimos que estaba paralizada. Miramos en la dirección en la que miraba y vi a una manada de lobos observándonos.

-No os mováis-dije. Me bajé de Spirit lentamente y me puse a caminar en dirección a los lobos. Estos se pusieron en guardia y los machos de la manada se pusieron al frente. Estaban demasiado lejos como para percibir mi olor y, además, el viento iba hacia mi así que no podrían olerme desde la distancia.
-Ten cuidado Irina-me dijo Jin. No le contesté. Seguí caminando hacia los lobos. Cuando estuve a unos pocos metros de ellos comenzaron a gruñirme. Me transformé en lobo antes de que me atacasen. Me acerqué a ellos y comenzaron a olerme. Al rato me reconocieron y bajaron la guardia. Pero no dejaban de mirar a los que me acompañaban.
-Son amigos-les dije. Los lobos se relajaron y siguieron a lo suyo. Me transformé de nuevo en humana e hice un señal a los chicos para que vinieran a mi lado. Los caballos se pusieron a caminar y llegaron a mi lado. Todos bajaron de los caballos.
-No nos van a atacar ¿verdad?-preguntó Mist acercándose a su hermano.
-No temas Mist, son como perros-dije
-Unos perros asesinos-dijo Shinon
-Si os fijáis el ser humano también es un perro asesino, mucho más que un lobo-dije. Un lobo se acercó a mi y se rebozó en mis piernas. Me puse de cuclillas y le acaricié.
-Hola, ¿qué tal guapo?-le pregunté. Me contestó que estaba muy bien, que acababa de ser padre.
-Me alegro-le dije
-¿Qué os ha dicho?-preguntó Rolf
-Que ha tenido unos cachorros-le dije
-¿Podemos verlos?-me preguntó
-No creo que nos deje Rolf-dijo Oscar
-El lobo dice que sí podemos-dije poniéndome en pie.
-¿Podemos ir Ike?-preguntó Mist a su hermano.
-De acuerdo-dijo. El lobo nos guió hasta una madriguera. De detrás de un tronco de árbol vi a un pequeño cachorro salir tímidamente.

-Mira Ike-dijo Mist señalando al pequeño lobo.
-Puedes tocarle si quieres-la dije. Mist me miró con ilusión y se acercó al pequeño. Se arrodilló y llamó al lobo. Este fue trotando hasta Mist y esta lo acarició con cuidado.
-Es increíble-dijo Mist sonriendo a más no poder.
-Irina, todo esto es muy bonito pero debemos ir a por lo de la cura del rey-dijo Rafiel
-Cierto-contesté. El lobo de antes se me acercó.
-¿Sabes dónde podemos encontrar Fumaria?-le pregunté. El lobo quedó pensativo pero luego se puso a ladrar y a menear el rabo.
-Creo que nos quiere guiar-dije. Todos nos pusimos a seguirle por el bosque. Cruzamos algún río hasta llegar a una plantación de unas hierbas moradas. El lobo ladró. Me dijo que eso de allí eran Fumarias.
-Muchas gracias-dije. Miré a Darky.
-Necesitamos 4-me dijo. Me puse a caminar entre las hierbas y me acerqué a una que parecía muy sana

Cogí un puñado y volví con los demás. Le di las flores a Rafiel y este las guardó en el saquito.
-Bien, vamos a por la última, necesitamos una Rosa de Rosal Castellano-dijo Darky mientras una loba le rondaba por los pies.
-Esas se encuentran cerca de la salida del bosque-dijo Rafiel.
-Entonces vamos-dije. El lobo nos guió hasta el sendero. Nos despedimos de la manada y continuamos caminando con Rafiel como guía. Al cabo de una media hora llegamos a una explanada llena de rosales rosas.
-Bien, buscad uno del que dos rosas nazcan de una sola rama-dijo Rafiel mientras se adentraba en el rosal.
-Bien, a dejarme los ojos otra vez-dije sonriendo. Estuvimos buscando un buen rato hasta que di con el rosal adecuado. Cogí un par de rosas la mar de hermosas pero me pinché un dedo con una espina.

Se las di a Rafiel y este las guardó en el saquito de siempre.
-Bueno, ya hemos terminado, volvamos al castillo-dijo Darky. Todos nos montamos de nuevo en los caballos y nos dirigimos a la salida.
-Me alegra haber visto de nuevo mi hogar, no está tan destruido como pensé-dijo Rafiel mirando los árboles
-Bueno, nada es como lo imaginamos-dije.
-Cuánta razón lleváis-dijo él. Noté tristeza en su voz. Salimos del bosque y fuimos a dar al sendero que llevaba al castillo de Nevassa.
-Menudo día de excursiones, está anocheciendo y todo-dijo Rhys
-Bueno, no nos viene mal respirar un poco de aire puro de vez en cuando-dije.
-No, la verdad no-dijo Jin. En ese instante una flecha hace blanco en el hombro derecho de Ike, haciendo a este caer del caballo.
-¡¡Ike!!-dijo Mist. Esta se bajó rápidamente del caballo y se fue a socorrer a su hermano. Yo me fui con ella. Me acerqué a Ike y lo apoyé en mi.
-Tranquilo Ike, calma-le dije. Rhys se acercó a nosotros. Justo cuando estaba a punto de curarlo alguien le golpea por detrás, dejándolo totalmente inconsciente. Vi a un soldado de Begnion. Solté a Ike y me puse en pie rápidamente para proteger al herido general y a su hermana. Desenvainé mi Master Sword y bloqueé el ataque del soldado. Este iba armado con una lanza. Le obligué a retroceder, apartándolo así de Ike y Mist. Estuve luchando con él un rato hasta que pude derribarlo. Me giré y vi que todos luchaban contra una jauría de soldados de Begnion que aparecieron de la nada.
-¡¡Irina!!-gritó la voz de Mist. Miré al lugar donde la dejé y vi que se la llevaban junto a su hermano el cual estaba sin sentido. Me fui corriendo a por el soldado y le tiré al suelo. Ike cayó al mismo pero al estar inconsciente no se enteró de nada. Me puse en pie rápidamente y me puse frente a Ike y Mist con mi arma desenvainada para protegerlos. El soldado, con una espada en las manos, se abalanzó sobre mí. Lo esquivé y le golpeé con mi escudo. Le privé de su consciencia. Cuando me giré vi que habían cogido a Mist y a Ike. Un soldado, que parecía el general de ese grupo, me apuntaba con su arma al cuello.
-Deponed las armas-me dijo. Apreté aún más la empuñadura de mi Master Sword.
-Tráelo-dijo el general. Un soldado apareció tras él con Jin en las manos. Este estaba herido en el costado y le apuntaban al cuello con una espada.
-Solo lo repetiré una vez, deponed las armas-me dijo de nuevo el general.
-No lo hagas Irina, huye-me dijo Jin. El soldado le apretó aún más y le hizo un corte en el cuello
-¡Cállate!-gritó el soldado. No pude hacer nada. Dejé caer mi espada y mi escudo. Un par de soldados se acercaron a mi y me obligaron a ponerme de rodillas. Me pusieron las manos a la espalda y me encadenaron con cadenas mágicas. Opuse resistencia pero no conseguí nada.
-Dejadme verla-dijo alguien. Los soldados se apartaron. Vi como una sombra se ponía delante de mí. Un soldado me cogió del pelo con brutalidad y tiró del mismo. Me obligó a mirar a esa persona. Vi a un joven general de Begnion. Tenía el pelo corto y castaño tirando a rubio y ojos castaño claro.
-Es la Diosa de la Guerra mi general-dijo uno de los soldados que me apresaron.
-Bien, llevadlos a todos al castillo-dijo el general.
-¡Si general Levail!-dijeron los soldados al mismo tiempo. Me obligaron a ponerme en pie y me subieron a un caballo. Ese tal Levail se montó delante de mi. Me ataron las cadenas a la silla del caballo, supuse que era para evitar mi fuga. Me amordazaron no sé bien por qué, pero algo me decía que era para que no pudiese pedir ayuda. Los caballos se pusieron a caminar. Vi que todos los Mercenarios estaban totalmente sin sentido a excepción de Jin y Soren. Por lo demás todos estaban inconscientes. Estuvimos viajando durante todo el atardecer y parte de la noche. Llegamos a un castillo, el de Sienne, capital de Begnion

Nos llevaron a todos a los calabozos del castillo. Nos encerraron a todos en la misma celda. El tal Levail se quedó y me miró.
-Mañana vos y yo hablaremos-me dijo. Noté ira y miedo en su voz. Se fue junto a los soldados. Me acerqué a Jin y miré su herida.
-Tranquila Irina, estoy bien-me dijo.
-Sé que te duele-le dije.
-No te preocupes, me pondré bien-me dijo. Le desabroché la chaqueta y luego le quité la camiseta negra de manga corta que siempre llevaba.
-¿Qué vas a hacer?-me preguntó.
-Creo que va a hacer un vendaje con la camiseta-dijo Soren. Así lo hice, rasgué la camisa de Jin y le vendé la herida como pude para que no sangrase tanto.
-¿Mejor así?-le pregunté.
-Sí, gracias-me dijo.
-De nada cielo-le dije sonriendo mientras le acariciaba la cara.
-¿Estáis herido Soren?-le pregunté
-No, pero gracias por preocuparos por mi-me dijo. Asentí en señal de amistad y miré a todos. Vi que alguno estaba herido pero nada importante. Me acerqué a Ike y le quité la flecha aún clavada en su hombro. Cogí parte de su capa, la rasgué y le vendé el hombro.
-Espero que no le haya hecho nada en el hueso-dije. En ese instante me sentí mareada y me tumbé en el suelo.
-¿Qué te pasa Irina?-me preguntó Jin acercándose a mí.
-No...no lo...sé...-dije. En ese justo momento perdí la consciencia. Esperaba que nada malo me pasara y que todo esto no fuera más que un pequeño contratiempo pero algo me decía que este ataque era por algo, algo que ese tal Levail pensaba que era por mi culpa...

2 comentarios:

  1. si el bosque de serenes esta en el limite de las fronteras de daein y begnion porque han salido en territorio de begnion si tienen que curar al rey de daein no?

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  2. Si lo se, pero ya sabremos tarde o temprano porque.

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