miércoles, 2 de marzo de 2011

Capítulo 21: La Emperatriz Sanaki

Después de darle a Pelleas el antídoto supuestamente eficaz, nos fuimos a dormir. Yo me fui con Jin. Ambos nos cambiamos de ropa y nos tumbamos en la lujosa cama para invitados. Jin se abrazó a mí como de costumbre.
-¿Crees que Pelleas se recuperará?-me preguntó
-No lo sé con seguridad, pero espero que sí-dije acercándome más a él. Apoyé mi cabeza en su pecho y me agarré a él.
-Me alegra saber que tenías más amigos a parte de mí-me dijo
-Realmente pensé que estabas celoso-le dije
-Solo te estaba tomando el pelo-me dijo
-Ya lo sé, lo noté en tu voz-le dije
-Sabes que me alegra ver que tienes amigos-me dijo. Sonreí un poco.
-Oye Jin...-le dije
-Dime-me contestó
-Si algún día llego a tener un hombre que me quiera más que a una amiga, cosa que dudo, ¿te pondrías en plan padre protector?-le pregunté temerosa de su respuesta
-No. Eres mayor que yo, eres una mujer adulta, yo solo soy tu amigo, eres libre de hacer lo que quieras con tu vida-me dijo
-Gracias Jin, por un momento pensé que harías de guardaespaldas-le dije sonriendo
-No soy tan malo, pero si ese "más que amigo" te hace daño ten por seguro que lo mataré-me dijo seriamente
-Bien, entonces veo que tendré que elegir con cautela-dije riendo
-Seguramente, pero con tantos moscones a tu alrededor te va a ser fácil elegir-me dijo
-Solo tengo moscones cuando no revelo mi identidad-dije con tristeza. Jin no dijo nada. Supuse que para no echar más leña al fuego.
-Será mejor que durmamos, hoy ha sido un día muy duro-le dije. Me dio la razón y al poco tiempo caímos derrotados a los pies de Morfeo. Me desperté al día siguiente con las suaves caricias de Jin.
-Hola guapa, venga arriba-me dijo mientras pasaba su mano por mi pelo. Me desperecé un poco, abrí los ojos y le miré. No pude reprimir una sonrisa.
-Venga Irina que es tarde, tenemos que ir a desayunar-me dijo mientras acariciaba mi cara con delicadeza.
-¿Qué hora es?-le pregunté
-Medio día-me dijo. Me reí un poco.
-¿De qué te ríes?-me preguntó
-Nunca he dormido hasta tan tarde, al menos desde los 10 años-le dije desperezándome
-Bueno, dormir mucho de vez en cuando no es malo-me dijo
-Ya lo sé, pero se me hace raro ver que el sol ya ha salido-le dije mirando por la ventana.
-Vamos a desayunar anda, los demás nos esperan-me dijo. Me senté en la cama y me froté los ojos mientras bostezaba.
-Ay cuanto sueño-me dijo Jin riendo mientras se arrodillaba frente a mí. Puso sus manos sobre mis rodillas y me acarició los muslos.
-¿Vas a meterme mano?-le pregunté de broma mientras reía
-No sé...-me dijo sonriendo con picardía.
-¿Cómo que no sabes?-le pregunté. Jin no me contestó. Se puso en pie y me miró con picardía.
-¿Qué vas a hacer?-le pregunté.
-¡Nada importante!-me dijo enérgicamente. Se abalanzó sobre mí y ambos caímos en la cama. Él quedó  encima de mí. Le miré fijamente a los ojos mientras no dejaba de sonreír.
-¿Qué vas a hacerme?-le pregunté.
-Nada-me contestó
-Ya te dije hace unos días que no eres mi tipo-le dije sonriendo
-¿Y quién te ha preguntado acerca de eso?-me preguntó. Me quedé algo sorprendida con su respuesta. Jin se puso serio y me miró los labios, luego me miró a los ojos. Su seriedad hizo que la sonrisa de mi cara se esfumara. Acercó poco a poco su cara a la mía. Su nariz rozaba la mía.
-Jin...¿qué vas a...?-le dije. Estaba realmente impactada. Iba a besarme no había duda alguna. Pero yo no sentía por él el amor que sentían las personas enamoradas, para mi era solo un amigo. Mi corazón comenzó a latir rápidamente. Sus labios casi rozaban los míos. Cuando pensé que iba a besarme se pone a reír y se separó un poco de mí.
-¿De...de qué te ríes?-le pregunté aún impactada por su reacción. Jin se sentó sobre mis piernas y se me quedó mirando mientras reía a carcajada limpia. Me incorporé.
-Te lo has creído-me dijo
-¿Creerme qué?-le pregunté sorprendida
-¿Realmente pensaste que te besaría?-me preguntó.
-Sí, pensé que lo harías-le dije
-No iba a hacerlo, solo quería ver tu reacción-me dijo. Me enfadé con él a más no poder y me puse en pie bruscamente, haciendo así caer a Jin al suelo de espaldas.
-Venga Irina no te enfades, solo era una broma-me dijo. No le hice caso, me acerqué a la ventana y miré a través de ella. Me crucé de brazos intentando serenarme. Escuché como Jin se ponía en pie. Se acercó a mí.
-Irina...¿te has enfadado?-me preguntó.
-¡¡¿¿Y tú qué crees??!!-le grité enfadada mientras me giraba para mirarle.
-Bueno Irina...yo...-me dijo
-¡¡Odio que jueguen con mis sentimientos!!-le grité
-Irina yo...-me dijo con nerviosismo. Estaba claro que no se esperaba esa reacción por mi parte.
-¡¡No vuelvas a hacerlo nunca!!-le grité. Al segundo me puse a llorar. Me llevé las manos a la cara.
-No llores por favor, no quería hacerte daño-me dijo cogiéndome de los hombros.
-No vuelvas a jugar con mis sentimientos-le dije mientras intentaba contener mis ganas de llorar aún más fuerte.
-No lo haré Irina, te lo juro-me dijo. Me abracé a él y me puse a llorar en su pecho.
-Sabes que me siento sola en lo relacionado con el amor, no juegues a que me amas para luego rechazarme-le dije
-No lo haré nunca más Irina, te lo juro por mi vida-me dijo abrazándome.
-Eso espero-le dije.
-Perdóname Irina por favor, te lo suplico, lo siento, no quería hacerte daño-me dijo.
-Lo sé, pero ya sabes que no me gusta que jueguen con mi soledad-le dije mirándole a los ojos.
-Entiendo, lo siento...-me dijo acariciando mi cara.
-Perdóname tú a mi, me he puesto como una fiera, lo siento-le dije.
-La culpa es mía, desde que nos conocimos juramos que no nos enamoraríamos el uno del otro, y sabes que yo te amo con locura pero es un amor amistoso, nada de amor de novios-me dijo
-Lo sé, te lo recordé en la fuente de Kakariko-le dije secándome las lágrimas.
-Si, me acuerdo bien-me dijo
-Creo que lo mejor es que lo olvidemos-le dije.
-Yo también, vamos a desayunar-me dijo.
-Vale, pero deja que me adecente un poco-le dije.
-Tú siempre estás guapa-me dijo.
-Ya lo sé, pero eso de ir moqueando no me parece bien-le dije sonriendo
-Llevas razón-me dijo. Se acercó a la mesilla, abrió el cajón y sacó un pañuelo. Vino a mi lado y me lo dio.
-Gracias-le dije mientras me sonaba los mocos
-De nada-me contestó. Una vez mi cara estuvo seca y del color de mi piel nos fuimos a desayunar al comedor. Entramos por la puerta de este y vi a todo el grupo sentado y esperando nuestra llegada.
-Buenos días-dije.
-Hola-dijeron todos a coro.
-¿Qué te ha pasado? Has tardado mucho-me dijo Darky
-Nada importante-dijo Jin mientras ambos nos sentábamos
-Oléis a lágrimas-me dijo Nealuchi cogiendo un trozo de pan
-Supongo que sí-dije
-¿Has estado llorando?-me preguntó Isma
-Las típicas lágrimas mañaneras-dije excusándome. No quería que supieran lo que pasó en la habitación de Jin.
-Bueno, no importa. ¿Cómo está el rey?-preguntó Sothe
-No lo sé, todavía no he ido a verle-dije
-Ya iremos después-dijo Jin. Dejamos de parlotear y nos pusimos a desayunar. Este desayuno se alargó más de lo normal. Cuando terminamos, los sirvientes retiraron las cosas de la mesa y limpiaron la misma.
-Bueno, habrá que hacer algo-dijo Geoffrey
-Llevas razón, ¿pero el qué?-preguntó Kieran, el cual estuvo callado todo el rato. Normal, no paró de comer ni un segundo.
-Yo hacer no haré nada, me voy a ver a Pelleas-dije poniéndome en pie
-Luego iré yo-dijo Jin
-Como quieras-le dije. Me despedí de todos y fui directa a la habitación. Cuando estaba cruzando el pasillo, una puerta se abre y alguien dice mi nombre. Me giré  y vi a Zelda, la cual no había acudido al desayuno.
-¿Qué ocurre Zelda?-pregunté acercándome a ella
-Es Link, tiene fiebre y está temblando-me dijo. Entré en su habitación y me acerqué a la cama donde Link seguía encadenado. Puse mi mano derecha en su frente y vi que estaba ardiendo.
-Está muy caliente-dije
-¿Es normal?-me preguntó
-No lo creo, Darky y Soren no me han dicho nada acerca de que el Soul Control produzca fiebre-dije
-¿Eso significa que está empeorando?-me preguntó con preocupación
-No sabría deciros Zelda-dije acariciando el pelo de Link, el cual estaba sudado y un tanto sucio
-¿Cuánto tardaremos en ayudar a Pelleas e ir a por la Apóstol?-me preguntó
-No sé porqué pero tengo la impresión de que todo eso está muy cerca-dije escuchando lo que me decía mi corazón, el cual rara vez se equivocaba. Zelda se sentó en la cama y miró a Link con tristeza y miedo.
-No temáis Zelda, se recuperará-dije intentando calmarla.
-Eso espero-me dijo
-Debéis disculparme pero me tengo que ir a ver a Pelleas-dije
-Entiendo, fui yo la que os avasalló en el pasillo-me dijo
-Cierto-contesté sonriendo
-Gracias Irina, me ayudáis mucho a sobrellevar la situación en la que me encuentro-me dijo
-De nada-dije. Me despedí de ella y me fui de la habitación. Caminé un poco y llegué a la puerta del cuarto de Pelleas. Llamé a la puerta y la abrí. Entré y vi que Pelleas estaba despierto. Parecía mucho más vivo que en días anteriores.
-Hola Irina, ruego no hagáis ruido, mi madre duerme-me dijo mirándola. Almedha estaba sentada en una silla durmiendo, supuse porque no habría dormido en toda la noche
-De acuerdo, eso del sigilo se me da bien-dije en voz baja mientras cerraba la puerta lentamente. Me acerqué al rey y le tomé la temperatura. No tenía fiebre.
-Veo que estáis mejorando-dije sonriente
-Sí, el antídoto que me distéis me ha sentado muy bien-me dijo sonriendo. No se parecía en nada al rey que conocí días atrás.
-Me alegra oírlo-dije. Me senté en la cama para descansar un poco el trasero.
-¿Estáis bien Irina?-me preguntó
-Sí, ¿por qué no iba a estarlo?-pregunté
-Parecéis triste-me dijo
-Bueno, lo normal en mí-dije
-No creo que seáis una mujer triste-me dijo
-Las apariencias engañan-le dije
-¿A qué os referís?-me preguntó
-Parezco una mujer alegre y simpática, pero en realidad siempre estoy triste y no me gusta estar rodeada de gente, siempre fui muy solitaria. El niño hace al adulto-dije
-La gente cambia-me dijo
-Yo estoy destinada a ser siempre igual y a estar sola-dije. En ese momento una lágrima se escapó de mis ojos y galopó por mi cara cual caballo recién sacado de una cuadra. Pelleas se incorporó con facilidad y rapidez y me tocó la cara. Sus manos eran suaves y delicadas.
-No lloréis Irina-me dijo. Le miré a los ojos mientras los míos se empañaban cada vez más.
-Me siento sola Pelleas-le dije
-No estáis sola Irina, tenéis a vuestros 3 amigos-me dijo
-¿Cómo sabéis eso?-le pregunté
-Mi madre me informa de todo-me dijo sonriendo. "Radio-patio" pensé mientras me reía un poco.
-Vos no estáis sola, tenéis a esos 3 amigos y además tenéis a todo un grupo de guerreros tras de vos que os ayudará en lo que sea-me dijo cogiéndome la cara por las mejillas, obligándome así a mirarle a los ojos.
-Gracias Pelleas-le dije
-De nada, pero hacedme un favor y no lloréis más, una cara tan bonita no puede llorar de esa manera-me dijo. Sonreí un poco.
-¿Puedo pediros un favor?-le pregunté
-Adelante-me dijo
-Puedo...¿puedo abrazarme a vos?-le pregunté algo temerosa
-Por supuesto-me dijo. Al segundo me abracé a él con fuerza para ahogar un poco mis penas. Estuve un rato llorando en su hombro. Cuando terminé de desahogarme me separé de él.
-Gracias y perdón por haber mojado vuestro pijama-le dije secándome las lágrimas
-No importa, no viene mal desahogarse de vez en cuando y llorar en el hombro de otra persona-me dijo
-Ya lo sé, pero yo suelo desahogarme luchando contra alguien-dije
-¿Por eso siempre ganáis?-me preguntó
-Supongo, mi ira y mi tristeza se mezclan con mi soledad y todas juntas son tales que me vuelvo muy fuerte, casi invencible-dije
-Olvidémonos de eso, hablemos de otra cosa-me dijo
-Bien, ¿de qué queréis hablar?-le pregunté
-Bonito pijama-me dijo. Lo miré y vi que llevaba el pijama del "patito" como yo decía.
-¿Es un pato o un pingüino?-me preguntó
-No lo sé exactamente, pero es muy gracioso-dije
-Parece muy tierno, como su dueña-me dijo. Sonreí un poco ante el cumplido.
-Gracias Pelleas-dije intentando olvidar mis penas y conteniendo mis ganas de llorar.
-De nada-me dijo. En ese instante alguien abre la puerta. Ambos nos giramos y vimos a Jin asomar por la puerta.
-¿Qué pasa Jin?-le pregunté
-Tienes que venir-me dijo. Pelleas y yo nos miramos con preocupación. Me puse en pie rápidamente pero Pelleas me cogió de un brazo.
-Voy con vos-me dijo
-Estáis débil Pelleas, debéis descansar-le dije
-Por favor Irina, dejadme ir con vos, me siento bien-me dijo.
-No es nada peligroso-dijo Jin
-Bueno, entonces vamos-le dije. Ayudé al rey a ponerse en pie pero casi no hizo falta, Pelleas estaba fuerte y se manejaba bien él solo, ya no necesitaba ayuda de nadie. Se puso sus botas azules y se tapó con su túnica de mago. Los tres salimos de la habitación sin hacer ruido, ya que Almedha seguía durmiendo. Cerré la puerta con cuidado y nos pusimos a caminar al ritmo de Pelleas para no cansarlo pero iba rápido, se veía bien que estaba casi recuperado.
-¿Qué es lo que pasa Jin?-le pregunté
-Ahora lo ves-me dijo. Llegamos a la puerta del comedor, Jin abrió la misma y nos cedió el paso. Entré pero estaba todo muy oscuro, tanto que ni siquiera mi vista de lobo funcionaba bien. Al cabo de unos segundos alguien me tapó los ojos. No lo ataqué porque lo reconocí por el olor.
-¿Qué pasa Darky?-le pregunté
-Nada-me dijo. En ese instante me quitó las manos de los ojos y vi a Jin con una rosa en las manos. Era una rosa color lavanda, una de mis favoritas.

-Oh Jin...-dije mirándole. Se me acercó y se arrodilló frente a mí.
-Irina, suplico que me perdones por lo que hice antes-me dijo ofreciéndome la rosa. La cogí y la olí. Su olor me llenó de recuerdos.
-¿Me perdonas?-me preguntó
-Claro que sí tonto-le dije sonriendo. Me arrodillé frente a él y lo abracé.
-Gracias por la rosa-le dije.
-De nada-me dijo
-¿Dónde la has conseguido? No se encuentran en esta época del año-le dije
-Bueno, digamos que he hecho un viaje exprés-me dijo sonriendo
-Vale, ya lo pillo-le dije
-Tan lista como siempre-me dijo. Me acerqué a su oído para que Pellas y Darky no escucharan lo que le decía.
-Pero es peligroso que uses el portal, podrían descubrirlo-le dije en voz baja.
-No temas, sabes que tengo cuidado con esas cosas-me dijo
-Ya lo sé-le dije. Ambos nos pusimos en pie. Olí de nuevo la rosa.
-Muchas gracias Jin, de verdad-le dije
-Gracias a ti por perdonarme después de la idiotez que hice-me dijo
-No te preocupes por eso, agua pasada no mueve molino-le dije. Jin cogió la rosa, quitó las pocas espinas que tenía, enrolló un poco el tallo y la colocó en mi pelo, sobre mi oreja derecha.
-Qué guapa eres-me dijo acariciando mi cara.
-Tú también eres muy guapo-le dije sonriendo. Nos abrazamos con fuerza. En ese instante alguien abre la puerta. Vi a Isma algo sudoroso.
-¿Qué pasa Isma?-le pregunté
-Hay alguien que quiere hablar contigo, es urgente-me dijo. Miré a Jin como diciendo "espero que no sea otra de las tuyas".
-No tengo idea de nada-me dijo él viendo mi mirada acusatoria. Salí corriendo junto a Isma. Ambos nos pusimos a correr por los pasillos.
-¿Quién quiere verme?-le pregunté mientras corríamos.
-No te lo vas a creer...-me dijo. No le dije nada pero le miré con cara rara. Seguimos corriendo hasta que llegamos al patio de armas. Vi a todo el grupo formando un círculo alrededor de alguien. Ike se apartó y vi a alguien que no esperaba ver hasta dentro de unos días.
-Emperatriz Sanaki...-dije mirándola con asombro. No me la esperaba por aquí. Ella me miró y se acercó a mí.
-Necesito de vuestra ayuda Diosa-me dijo.
-Vos diréis-dije.
-Supongo que ya estáis enterada de la situación de Begnion-me dijo
-Sí, el General Zelgius me ha informado de todo-la dije mirando al mismo
-Bien, como sabéis los senadores quieren librarse de mí-me dijo
-Sí, algo he oído-me dijo
-El Duque de Gaddos, Lekain, ha intentado asesinarme hace unas escasas horas, gracias a Sigrun y a Tanith ahora estoy viva pero sé que me perseguirán por todo Tellius si es necesario para acabar conmigo-me dijo
-¿Y qué pinto yo en todo eso?-pregunté
-Sé que vais a por los Dioses Oscuros así que he decidido ir con vos para así ayudaros y además estar protegida de cualquier posible amenaza-me dijo
-Vale, ahora lo entiendo-dije
-Espero que a vuestros amigos no les moleste-me dijo
-Conocéis a la gran mayoría pero no creo que haya problemas con eso-dije
-Bien, gracias por adelantado, si hay algo que pueda hacer por vos para devolveros el favor decídmelo-me dijo.
-La verdad es que sí hay algo muy importante para mí que podríais hacer-dije pensando en el pobre Link.
-Bien, decidme-me dijo
-Tengo un amigo que está poseso, por decirlo de alguna manera, y necesito que me ayudéis a curarlo con la ayuda del rey Pelleas-dije
-Un hechizo Purificación...-dijo pensativa
-Supongo que sí, no sé mucho acerca de la magia blanca-dije
-De acuerdo, si eso ayuda a saldar la cuenta, acepto-me dijo.
-Gracias, aún el rey está algo débil, es posible que mañana podáis curarlo-dije
-Bien-me dijo.
-¿Quedan habitaciones libres? Necesitamos descansar, hemos venido corriendo-me dijo una mujer de pelo azul claro. Según mi información era Sigrun de la Guardia Sagrada.
-Claro, un castillo siempre tiene habitaciones de más-dije sonriendo.
-Me alegra oírlo, creo que iré a descansar un poco-dijo Sanaki.
-¿Queréis que os acompañe?-pregunté.
-No hace falta, pero gracias-dijo ella. Sigrun y otra mujer, Tanith, se fueron con ella al castillo.
-¿Podríais decirle a alguien que cuide de los pegasos?-me preguntó Sigrun.
-Ya me ocupo yo, siempre me gustaron los caballos-dije.
-Bien, gracias-me dijo. Las tres se marcharon y entraron en el castillo.
-Bueno, así al menos nos ahorramos un viaje-dije
-Eso es verdad-dijo Ike
-Creo que voy a entrenar un poco-dijo Leonardo.
-Voy contigo-dijo Edward.
-Deberíamos ir todos a entrenar un poco, no debemos perder práctica para las posibles batallas que se nos avecinan-dijo Sothe
-Cierto, yo me ocupo de los pegasos e iré a luchar un poco, que sino me aburro-dije sonriendo.
-Que nadie la desafíe, aviso que arrasa con todo-dijo Soren
-No soy tan mala, solo hice una pequeña demostración de mi maneje de la magia naturalista-dije
-Igualmente haremos caso a Soren y no nos meteremos con vos-dijo Geoffrey. Me reí un poco.
-Como deseéis-les dije. Todos se fueron a entrenar a excepción de Zelgius. Me acerqué a él. Estaba parado en su sitio mirando a la nada.
-¿Qué os pasa?-le pregunté acercándome a él.
-No sé si pedirle a la Emperatriz eso de lo que hablamos-me dijo
-¿Por qué? Seguro que ella estará encantada de que la protejáis-dije
-Ya lo sé...-me contestó
-¿Acaso tenéis miedo de que os diga que no?-le pregunté
-Si os digo la verdad no sé bien lo que siento ahora mismo-me dijo
-Pedídselo, sé que ella os considera el mejor soldado de todo Begnion, no creo que rechace vuestra oferta-le dije
-¿Vos creéis?-me preguntó mirándome
-Si yo fuera ella no dudaría ni un segundo en decir que sí, daría lo que fuera por tener a un hombre como vos de guardaespaldas-dije sonriendo y con Devil dándome la lata de nuevo. Zelgius rió un poco.
-Supongo que sí...-me dijo
-Id a pedírselo, no perdéis nada por intentarlo, pero estoy segura de que dirá que sí-dije
-De acuerdo, gracias Irina-me dijo.
-De nada hombre, lo que sea por veros sonreír-dije
-Decidle a Devil que se controle un poco-me dijo sonriendo un poco. Algo raro para él.
-No puedo, ella es mucho más fuerte que yo en ese aspecto, yo al menos disimulo pero ella va a saco-dije sonriendo
-Bueno, creo que uno no puede luchar contra su naturaleza-me dijo. Noté algo de tristeza en su voz.
-Si claro, es prácticamente imposible-dije intentando descifrar qué recorría su mente, pero me fue imposible, sus ojos estaban realmente "cerrados" para miradas ajenas.
-Creo que me iré a entrenar un poco-me dijo.
-De acuerdo-le dije. Nos despedimos y se marchó.
-Irina...-me dijo. Me giré para verle
-¿Sí?-pregunté
-Me da igual lo que diga Soren, me apetece luchar contra vos-me dijo.
-En cuanto termine con los pegasos-dije
-De acuerdo, os esperaré-me dijo
-Preparaos para la paliza de vuestra vida-le dije riendo
-Tened cuidado, que las apariencias engañan...-me dijo con voz misteriosa. Se dio la vuelta y se fue.
-¿Qué habrá querido decir con eso?-pregunté. "No tengo idea pero ya sabes que tengo la sensación de que Zelgius es una caja de secretos" me dijo Devil.
-Todos tenemos algún secreto-dije viendo como el general se marchaba. "Ya lo sé, pero creo que los secretos del general son muy oscuros..." me dijo
-Dejémoslo en paz, bastante tiene ya con soportar las miradas del grupo-dije. "Verdad, ¿quién no le miraría a todas horas?" me preguntó Devil
-Mira que eres marrana-la dije mientras me dirigía hacia los pegasos. Cogí las riendas de ambos y los llevé a la cuadra. Les quité los arreos y cogí una almohaza, un cepillo, una esponja que cogí de las alforjas de Spirit y un pujavante del mismo sitio. Me puse a limpiar concienzudamente a los pobres animales. Estaban sudorosos debido al viaje. Con la almohaza quité la suciedad incrustada y con el cepillo eliminé el polvo. Luego empapé la esponja y les mojé un poco para que se refrescaran. A continuación les limpié los cascos con el pujavante y cambié las herraduras. Cierto que los pegasos vuelan pero al aterrizar gastan más las herraduras que los demás caballos. Cuando terminé, por la tarde, dejé a los caballos en el redil del bosque y les dije que no se rebozasen por el suelo, que sino los mataba. Ambos me hicieron caso y estuvieron comiendo los hierbajos salvajes de la maleza. Recogí todo y salí de la cuadra. Al cerrar la puerta y girarme vi a Zelgius mirándome. El resto del grupo, incluyendo a la Apóstol y a sus guardaespaldas, estaban allí también.
-¿Pasa algo?-pregunté
-¿Acaso habéis olvidado que os he retado a un duelo?-me preguntó Zelgius. Sonreí un poco.
-En absoluto-le dije.
-Me alegra saberlo, ¿no estaréis muy cansada para luchar?-me preguntó
-Yo nunca estoy cansada para una buena batalla-le dije.
-Bien, entonces vamos-me dijo. Desenvainó su arma y se preparó para la batalla. Yo hice igual.
-¿Cuáles son las reglas?-pregunté.
-Ruego que no os transforméis ni que uséis la magia-me dijo.
-De acuerdo, espada contra espada-dije acercándome a él.
-Exactamente-me dijo.
-En guardia general-le dije
-Estoy listo-me dijo
-Espero que esta batalla no sea como la última que tuvimos-dije sonriendo
-Eso espero yo también-me dijo. En acto seguido se abalanzó sobre mí con su espada al frente. Le esquivé fácilmente.
-Venga ya Zelgius, sé que podéis más, atacad como si fuera un enemigo-le dije.
-No creo que pueda-me dijo.
-Eso tengo yo que verlo-le dije. Le lancé una estocada pero desvió mi ataque con su espada.
-Buena defensa-le dije.
-Gracias-me dijo. Volvió a atacarme pero fui rápida y le esquivé, acto seguido le di una patada en la mano derecha, sin hacerle daño, y le desarmé. Su espada se clavó en el suelo y yo le apunté con la mía al cuello.
-Demasiado fácil-dije
-Parece ser que hoy no es mi día-me dijo
-No digáis eso ni en broma-dije. Guardé el escudo y me acerqué a su espada. La desclavé del suelo dispuesta a dársela de nuevo. Cuando la toqué una visión vino a mi mente. No sé porqué pero vi al Caballero Negro. Al segundo solté la espada y esta cayó al suelo. Yo me quedé mirando el horizonte.
-¿Estáis bien Irina?-me preguntó Zelgius acercándose a mí.
-S...sí-dije.
-¿Seguro?-me preguntó tocándome un hombro.
-Sí, disculpadme, es que me acabo de acordar de una cosa pero no es nada importante, sigamos-dije. Me agaché y cogí la espada del suelo. La limpié un poco con un soplido y se la di.
-¡En guardia!-le dije. Le lancé a por él. Mientras luchaba pensaba en la visión que tuve. ¿Por qué vi al Caballero Negro? No entendía nada, tal vez estaba perdiendo facultades o tal vez fuera una advertencia de mi subconsciente. No estaba segura de lo que era así que me olvidé de ello por el momento y me centré en luchar. Estuvimos luchando hasta el crepúsculo. Ambos estábamos cansados por igual. Teníamos algún cortecillo pero nada que Rhys no pudiese curar.
-Creo...que lo dejaremos...en empate-dije recuperando el aliento.
-Acepto...gustoso-me dijo él. Envainamos nuestras armas y nos dimos la mano en señal de amistad.
-Lucháis bien-dije con el ritmo cardíaco algo más relajado.
-Vos también, pero creo que no os habéis esforzado al máximo-me dijo
-No haría daño a un hombre tan atractivo como vos, no me lo perdonaría nunca-dijo Devil sin mi permiso. Todos se me quedaron mirando un tanto sorprendidos, sobretodo Zelgius.
-Perdón, Devil hace lo que quiere cuando quiere-dije un tanto avergonzada.
-No hay problema-me dijo él. Dejamos de darnos la mano y Rhys nos curó las heridas. Volvimos todos juntos al castillo. Yo me fui a mi habitación, me lavé un poco y me cambié de ropa. Dejé la rosa que me dio Jin en un jarrón con agua. Fui al comedor una vez había terminado. Vi a todos con el pijama puesto.
-Siempre me gustaron las fiestas del pijama-dije mientras me sentaba. Jin, Darky e Isma fueron los únicos que rieron.
-¿Qué es eso de la fiesta del pijama?-preguntó Mist
-Es una fiesta que se celebra entre amigos con el pijama puesto, se celebra en casa de alguien y luego todos se quedan a dormir en esa casa-dije
-Esto no es ninguna casa, pero creo que vale-dijo la reina.
-Por supuesto que sí-dijo Jin
-Bueno, será mejor que comamos un poco-dijo Leonardo mirando la comida
-¡Glotón!-dijimos todos casi al mismo tiempo. Reímos a carcajada limpia. Nos pusimos a comer en silencio. Pero luego nos pusimos a hablar. Cuando terminamos alguien abre la puerta. Vi a Pelleas.
-Venid Irina-me dijo. Me levanté y me fui con él. Nos pusimos a caminar por el pasillo.
-¿Pasa algo Pelleas?-pregunté
-Sanaki y yo ya hemos hecho el antídoto, queríamos que estuvierais presente cuando se lo diéramos a Link-me dijo.
-De acuerdo, gracias-le dije. Fuimos a la habitación de Link y Zelda. Vi a esta junto a la Apóstol. Link seguía encadenado y totalmente inconsciente.
-¿Debemos dárselo mientras duerme o hay que despertarlo?-preguntó Zelda
-Mientras duerme-dije.
-¿Se lo dais vos?-me preguntó Sanaki extendiendo su mano hacia mí. Vi que tenía un frasco en la mano.
-De acuerdo-dije. Lo cogí y me acerqué a Link. Le abrí la boca con algo de dificultad y le di a beber con cuidado, no quería que se atragantase y se ahogase. Al cabo de 10 minutos se había bebido todo el contenido del frasco.
-Bien, solo queda esperar-dije alejándome de la cama pero sin dejar de mirar a Link.
-¿Cuánto tardará en hacer efecto?-preguntó Zelda
-Mañana debería estar curado-dijo Sanaki
-Ruego a las Diosas que así sea-dijo Zelda.
-Nosotros nos vamos-dijo Pelleas.
-Si necesitáis algo Zelda llamadnos, os recomiendo que no liberéis a Link hasta que estemos totalmente seguros de que vuelve a ser él-dije previniéndola de cualquier posible amenaza.
-De acuerdo, no lo haré-me dijo. Yo asentí y los 3 salimos de la habitación. Nos pusimos a caminar hacia el comedor.
-Gracias a los dos, Zelda estaba destrozada-dije.
-Ya lo sé, veo que se quieren-dijo Pelleas.
-Sí, la verdad es que Zelda lo descubrió hace poco-dije
-¿No sabían que se amaban?-preguntó Sanaki
-Sí lo sabían lo que pasa es que no se dijeron nada-dije
-Si no le dices a la otra persona lo que sientes puede que te quedes solo para siempre-dijo Pelleas.
-Sabias palabras-le dije
-Lamento si os he ofendido o algo-me dijo preocupado
-No temáis, no me habéis ofendido-le dije. Los tres fuimos al comedor y abrimos la puerta. Vi a todos levantados.
-¿Adónde vais?-pregunté
-Íbamos a dormir-dijo Isma
-Bien, la verdad es que es tarde, ya deberíamos estar durmiendo-dije.
-Entonces vamos a dormir, mañana será un día lleno de aventuras-dijo Ike
-No lo dudo-dije sonriendo. Todos nos despedimos y nos fuimos a dormir. Me fui con Jin a su habitación. Nos tumbamos en la cama y nos pusimos a hablar de lo que pasó esta mañana. Jin seguía pidiéndome perdón pero yo le dije que ya lo había perdonado. Al final de todo nos quedamos dormidos. Esperaba y deseaba que el antídoto que Pelleas y Sanaki prepararon curase a Link. El pobre casi no había hecho nada con nosotros y Zelda estaba muy preocupada. Pero algo en mi interior me decía que Link se recuperaría y que volvería a ser el de antes y si mi interior lo decía era porque era verdad...

7 comentarios:

  1. Oooouuuuu que eternura, este capitulo es el mas lindo, mas romantico y mas encantador que e leido!

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  2. opino lo mismo que Xare pero,¿que es ese portal que no puede ser descubierto?

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  3. lo siento pero eso no puede ser descubierto, por el momento...

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  4. cuando sacaras el próximo

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  5. estoy ahora mismo escribiendo, lo pondré mañana o pasado

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  6. XD
    ¡super!
    capítulos expres XD
    es verdad, este capitulo a estado perfecto!!
    Todo lleno de sentimientos....y misterios que ya se iran descubriendo.
    ¡me a encantado!
    muchas gracias por darnos a leer esta gran historia.

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  7. de nada, si eres de caballow dime tu nombre de usuario y hablamos de ella por Mensaje Privado. yo soy loca por caballos

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