viernes, 4 de marzo de 2011

Capítulo 22: Siegfried Schtauffen, El Paladín Germano

-¡¡No!!-le grité a Ganon. Este estaba a punto de matar a Link. Yo intentaba liberarme de las cadenas mágicas que me apresaban pero no podía. Hice tanta fuerza por liberarme que me hice sangre en las muñecas.
-¡¡No!!-volví a gritar viendo como Ganon iba a matar a Link delante de mis narices.
-Adiós niñato-dijo Ganon dirigiéndose a Link. Este bajó su arma y la clavó en el pecho del joven héroe. Este no pudo reprimir un grito de dolor.
-¡¡¡Nooooooo!!!-grité. En ese instante me desperté. Me senté en la cama rápidamente, mi respiración y mi pulso eran acelerados. Miré a mi alrededor y vi la habitación donde yo y Jin dormíamos. Me tranquilicé al ver que todo había sido solo una pesadilla. Suspiré aliviada y me llevé la mano izquierda a la frente. Cerré los ojos mientras limpiaba el sudor de mi cara. Cuando terminé me miré y vi que estaba empapada en sudor.
-Tendré que darme una ducha-dije. Miré a mi izquierda y vi que Jin seguía durmiendo. Era raro en él pues tenía un sueño muy ligero, pero esta vez no se había despertado. Me levanté de la cama lentamente para dejarle dormir y me asomé a la ventana. Por la posición de la luna eran las 4 de la madrugada.
-Lo que me faltaba, dormir poco y mal-dije. Suspiré algo cansada y me llevé las manos a la cara. Me refregué un poco la cara y los ojos para despejarme. Comprobé que Devil seguía dormida así que en resumidas cuentas estaba sola en esa habitación.
-Voy a ver si están todos bien-me dije a mí misma. Me puse la chaqueta morada de Jin y salí de la habitación sin hacer ruido para no despertar a nadie. Me puse a caminar sigilosamente. Mis pies descalzos apenas hacían ruido al pisar el suelo así que no me preocupé mucho. Decidí ir a ver a Link primero. No sé porqué soñé con que Ganon lo mataba pero sin duda no era buena señal. O estaba delirando o estaba obsesionada con Link. Fuera como fuese me fui a su habitación. Abrí la puerta sigilosamente y asomé un poco la cabeza. Vi a Zelda y a Link durmiendo plácidamente. Ella estaba abrazada a él. Me dio ternura la escena al igual que un poco de pena. Comprobé que ambos estaban bien y cerré la puerta lentamente. Volví a la habitación donde dormíamos. Abrí la puerta, entré y la cerré cuidadosamente. Dejé la chaqueta encima de la silla y me tumbé de nuevo en la cama con cuidado de no despertar a Jin. Me acoplé y cerré los ojos. Estuve una media hora dando vueltas y sin poder dormir. Al final me harté de estar allí sin hacer nada y me puse en pie. Me puse unos calcetines y me vestí con la chaqueta de Jin para no pasar frío.
-¿Le dejo una nota?-me pregunté en voz baja.
-No voy a tardar mucho-me dije. Salí de la habitación y me dirigí al exterior del castillo. A ver si me daba el aire y me entraba el sueño. Salí al patio de armas y vi a los soldados del turno de noche haciendo guardia. Noté como todos se ponían firmes al verme llegar.
-Buenas noches Diosa, ¿deseabais algo?-me preguntó uno de los soldados que custodiaba la puerta.
-No gracias-le dije. Seguí caminando hasta el establo y entré en el mismo. Vi que todos los caballos y pegasos dormían a pierna suelta. Hasta Spirit roncaba.
-Cómo ronca el condenado-dije en voz baja mientras sonreía. Salí del establo para no despertar a nadie. Miré al cielo y vi que la luna era llena, era preciosa.
-Hermosa luna...-dije mirándola. En ese momento un soldado se acerca a mí.
-¿Estáis bien?-me preguntó
-Sí, gracias por preguntar-le dije sonriendo
-¿Necesitáis algo?-me preguntó
-No gracias, estoy bien-le dije
-Sí queréis algo solo decidnoslo, estamos aquí para complacer vuestros deseos-me dijo
-Bien, lo tendré en cuenta-le dije. Se despidió de mi con cortesía y se fue de nuevo a su puesto de vigilancia.
-¿Y ahora qué? No tengo sueño...-me dije a mí misma. Me puse a pensar en qué podría hacer. Después de un rato pensando decidí ir al bosque de las afueras de la capital. Me fui sin decir nada. Caminé por entre las calles del pueblo y al cabo de media hora estuve a las afueras. Miré a mi alrededor y vi la gran explanada que vimos al llegar a la capital. Vi que había un bosque cercano así que decidí ir a dar un paseo por el mismo. Abrí las alas y me fui volando, así iría más rápido. Llegué pasados unos 20 minutos. Me adentré en el bosque. Estaba oscuro pero con mi visión de lobo no tuve problemas en esquivar los árboles y esas cosas. Seguí caminando por el bosque hasta que vi a un lobo aullando a la luna llena.

Le devolví el aullido y me miró. Al principio se asustó un poco pero luego vio en mi cara una sonrisa y se relajó. Vino a mi lado y lo acaricié.
-Hola, ¿cómo te llamas?-le pregunté mientras le acariciaba la cabeza.
-Soy Tristán-me dijo.
-Hola Tristán, me llamo Irina-le dije.
-Lo sé, eres la Diosa de la Guerra y con ello una jefa para nosotros los lobos-me dijo
-Bueno, si tú lo dices...-le dije
-¿Hay algo que pueda hacer por ti?-me preguntó
-La verdad sí, ¿hay algún lago cercano para poder bañarse?-pregunté
-Sí, hay uno cercano-me dijo
-¿Me puedes llevar?-le pregunté.
-Claro, sígueme por favor-me dijo. Se puso a caminar y yo le seguí. Estuvimos andando un rato mientras charlábamos. Al cabo de un rato llegamos a un lago muy hermoso con una cascada. Por el calor que hacía allí era agua de manantial.
-Wow...menuda cascada...-dije mirándola.
-Es lo más próximo que hay-me dijo Tristán.
-Me vale, muchas gracias-le dije
-De nada, ¿quieres que me vaya?-me preguntó
-¿Por qué iba a quererlo?-pregunté
-Vas a bañarte y no creo que te guste que te vean desnuda-me dijo él.
-Llevas razón-le dije
-Entonces me voy-me dijo mientras se ponía a caminar
-No hombre espera-le dije. Tristán se dio la vuelta y me miró.
-Vamos a hacer una cosa...-dije acercándome a él. Me puse de cuclillas frente a él y le acaricié la cabeza.
-Tú te das la vuelta, yo me quito la ropa y me tiro al agua y te bañas conmigo, el agua es opaca la suficiente como para que no me veas nada-le dije
-Está bien-me dijo. Se dio la vuelta y se sentó. Me quité la ropa rápidamente y me tiré al agua de cabeza. El lago era lo suficientemente profundo como para no darme contra el fondo. Estuve hundida un rato para limpiarme bien le pelo y la cara. Luego emergí de la superficie.
-Puedes venir, el agua está calentita-dije. Tristán se dio la vuelta, vino corriendo y se tiró al agua enérgicamente. Me salpicó entera pero me dio igual, yo ya estaba mojada.
-Voy a ver si me quito la suciedad, ahora vuelvo-le dije. Me sumergí en el agua y estuve buceando un rato. Luego volví a la superficie.
-Creo que voy a necesitar un poco de champú y gel...-dije pensativa. Silbé con fuerza y al rato aparece Eagle. Este se posó en una roca cercana, pues odiaba mojarse su plumaje.
-Necesito que vayas ya sabes dónde y me traigas champú y gel de baño-le dije. Él asintió y se fue volando.
-Bueno, creo que tardará un poco en volver, mientras ¿por qué no hablamos?-le pregunté a Tristán. Mientras esperábamos en regreso de Eagle estuvimos hablando de todo un poco. Al cabo de un rato Eagle volvió con las cosas de baño, me las dio y se marchó.
-Me voy a lavar un poco que confieso que estoy algo marrana-dije sonriendo. Tristán rió. Me lavé el pelo con el champú y el cuerpo con el gel. Me aclaré todo y salí del agua. Tristán, antes de nada, salió del agua y se giró para no verme nada. Me sequé con una brisa que hice correr, lavé mi ropa y me la puse. Olía a limpio y mi pelo estaba sedoso y suelto, sin apelmazar.
-Me encanta estar recién salida del baño-dije oliéndome a mí misma.
-Creo que ya es un poco tarde-me dijo Tristán mirando al cielo. Observé la luna entre las hojas de los árboles y vi que ya eran las 6 de la mañana.
-Un poco-dije. En ese instante me entraron unas ganas terribles de bostezar. No pude reprimirme.
-Qué sueño...-dije frotándome los ojos.
-Será mejor que duermas un poco antes del amanecer-me dijo.
-Sí, muchas gracias por todo Tristán, ya vendré a visitarte alguna vez-le dije
-De nada, esperaré ansioso tu visita, me ha gustado mucho hablar contigo-me dijo. Yo asentí mientras sonreía. Nos despedimos y cada uno nos fuimos por nuestro lado. Me puse a caminar hacia la salida del bosque. Cuando vislumbré un poco la llanura de enfrente del castillo un sueño enorme vino a mí. Me senté a la sombra de un árbol y, en poco tiempo, me quedé dormida.
Me desperté cuando ya era de día. Miré al cielo y vi que eran las 10 de la mañana. Me puse en pie y me froté un poco los ojos.
-¡¡Irina!!-gritó la voz de Jin. Al principio me asusté y salí corriendo en dirección a donde oí su voz. Cuando estaba en la explanada del castillo vi que todo el grupo estaba repartido en pequeñas agrupaciones.
-¡¡¿¿Irina dónde estás??!!-gritó Ismael haciendo un amplificador con sus manos.
-Me están buscando-me dije. Salí de detrás del último árbol del bosque e hice el conjuro ElFire para que todos me vieran. El grupo me miró y vi como Jin sonreía aliviado. Todos vinieron a mi lado corriendo. El primero en llegar fue Jin. Este me abrazó con fuerza.
-Pensé que te había cogido-me dijo mientras me apretujaba contra él.
-¿Y por qué pensaste eso?-le pregunté
-Vi que tus armas seguían en la habitación, tú nunca sales sin ellas a no ser que te obliguen-me dijo
-Bueno, pensaba regresar pero al final me entretuve más de la cuenta-le dije. Nos separamos y me besó en la mejilla con fuerza.
-Estábamos preocupados Irina-dijo Ike mientras se acercaba a mí.
-Os agradezco que os preocupéis por mí, pero no hacía falta-dije.
-Sois una más del grupo, no íbamos a dejaros a vuestra suerte-me dijo Sothe. Me quedé algo sorprendida con esa respuesta.
-Gracias, es la primera vez que alguien me considera una más del grupo y no una amiga temporal-le dije.
-¿Qué es eso de amiga temporal?-preguntó Boyd
-Es cuando alguien trabaja junto a otra persona por obligación y no por gusto-dije
-Creo que más o menos lo entiendo-dijo Geoffrey
-Todo se aprende con el tiempo-dijo Isma
-Tú y tus frases filosóficas-dije riendo
-Volvamos a casa, debes tener hambre-me dijo Jin
-La verdad es que sí que tengo un poco de gusa-dije sonriendo. Volvimos al castillo andando. Tardamos más de una hora en volver a entrar en el mismo. Al llegar nos dirigimos al comedor para desayunar. Nada más entrar me sorprendí al ver a Pelleas sentado en una silla presidiendo la mesa.
-Hombre, el rey de Daein vuelve a la carga-dije riendo mientras entraba por la puerta. Pelleas rió.
-Sí, más o menos-me dijo él. Todos nos sentamos y nos sirvieron la comida. No me entretuve hablando, me puse a comer como una loca. Cuando todos terminamos me acordé de Link.
-¿Se sabe algo de Link?-pregunté.
-Nada de nada-dijo Darky
-Esperemos que el antídoto haya hecho efecto-dijo Pelleas.
-Sí, esperemos...-dije algo desanimada mientras recordaba el mal sueño que tuve. En ese instante alguien abre la puerta con violencia. Todos nos giramos para ver quién era. Era Zelda. Esta vino corriendo a mi lado y me cogió de un brazo con fuerza. Me obligó a ponerme en pie y tiró, literalmente, de mí. Salimos del comedor y me llevó hasta su habitación. Ambas entramos y vi que Link estaba despierto. Miré a Zelda.
-No me ha dicho nada, he hablado con él pero...-dijo Zelda. No la dejé acabar.
-Te duele la garganta, ¿no es cierto Link?-pregunté mirándole. Este asintió.
-¿Cómo lo sabíais?-me preguntó Zelda.
-Lleva muchos días sin hablar, sin beber y sin nada, su garganta se resiente, es normal en cuanto beba un poco se le pasará-dije
-¿Cómo sabemos si es él?-me preguntó Zelda.
-De eso me ocupo yo-dije
-Como queráis-me dijo. Me acerqué a la mesilla, cogí un vaso con la mano izquierda, la jarra de agua con la derecha y llené el vaso.
-Bebed un poco-le dije a Link. Ayudé a este a incorporarse un poco y le di a beber. Cuando se terminó el vaso entero le tumbé de nuevo y dejé el vaso en la mesilla.
-¿Mejor?-le pregunté.
-Creo que sí...-me dijo él. Noté que su garganta aún estaba algo resentida al haber estado tanto tiempo sin hablar o beber.
-Bien, voy a haceros una pregunta, solo una, ¿de acuerdo?-le pregunté mientras me sentaba a su lado.
-Adelante...-me dijo
-¿De qué hablamos, vos, yo y Zelda en Kakariko?-pregunté.
-Hablamos de cuando Ganon me convirtió en su siervo, de que podía mover mi cuerpo, de que me dolía el pecho y la cabeza, de que el Soul Control me come desde dentro y recuerdo bien mi primer beso con el amor de mi vida-dijo Link mientras miraba a Zelda. Ambos sonrieron como unos bobos.
-¿Nada más?-le pregunté
-Me dijisteis que solo me haríais una pregunta-me dijo él. Sonreí un poco. Le cogí la cara con delicadeza y le obligué a mirarme. Me fijé en sus ojos. Vi que estaban limpios de todo mal y brillaban con ese brillo especial de los humanos. Le solté y me puse en pie. Comencé a desencadenarle. Cuando terminé ayudé a Link a ponerse en pie.
-No os preocupéis si os fallan las piernas, es normal después de la situación por la que habéis pasado-le dije mientras estiraba su túnica, la cual estaba un poco arrugada.
-Gracias Irina-me dijo él.
-De nada-le contesté.
-¿Es él de verdad?-preguntó Zelda
-Daría mis poderes al primero que pasase si Link no fuera él-dije sonriendo mientras me alejaba de él. Noté como la tristeza y la angustia que reinaba en el corazón de Zelda se esfumaba. Esta se lanzó a los brazos del héroe. Me alejé de ellos para dejarlos algo de intimidad y me acerqué a la ventana.
-Perdóname si te he hecho daño-dijo Link mientras apretujaba a Zelda contra él.
-No me has hecho nada Link, solo que estaba muy preocupada-dijo ella
-No temas, soy yo-dijo él. Se separaron un poco y se miraron fijamente a los ojos mientras no dejaban de sonreír. Al cabo de un rato se besaron. Fue la cosa más bonita que jamás vi. Un par de enamorados demostrándose su amor mutuamente. "Qué bonito" pensé. "Eres una blanda" me dijo Devil. "Si algún día nos enamoramos supongo que descubriremos por qué soy tan blanda" contesté. Los enamorados dejaron de besarse y me miraron.
-Gracias por todo Irina-me dijo Zelda
-No hay porqué darlas-dije
-Os estaré agradecido toda la vida-me dijo Link
-Toda la vida es mucho tiempo Link, con que me digáis "gracias" me vale-contesté.
-De acuerdo, gracias entonces-me dijo él sonriendo
-Link, creo que no te vendría mal un poco de agua-dijo Zelda
-Hay que ver cuánto me quieres que nada más verme me mandas al agua-dijo Link. Todos reímos un poco.
-Zelda lleva razón, lleváis mucho tiempo sin daros un agua y eso pasa factura-dije
-¿Y dónde puedo lavarme?-preguntó él.
-Hay un lago en el bosque de las afueras, mientras vos os dais un baño yo os puedo lavar la ropa-dije
-No tenéis porqué-me dijo él
-Estoy acostumbrada a lavarlo todo, así que no me resulta complicado lavar una túnica-dije
-De acuerdo, gracias de nuevo-me dijo él.
-¿Vais los dos?-preguntó Zelda
-Si vos me dejáis Majestad-dije sonriendo
-Claro que sí-me dijo ella
-Vámonos, cuanto antes vayamos antes volvemos-dijo Link acercándose a mí
-Muy cierto querido amigo-contesté sonriente.
-Volveremos en un par de horas más o menos-dije
-Bien, se lo diré a los demás-dijo Zelda. Los dos nos despedimos de ella y salimos de la habitación. Cuando cerré la puerta vi que todo el grupo estaba esperando.
-¿Cómo estáis Link?-preguntó Micaiah
-Bien, gracias a todos por ayudarme-dijo él
-De nada-dijo Jin
-Nos vamos al lago del bosque a darnos un agua, volveremos en un par de horas-dije cogiendo a Link por los hombros.
-De acuerdo, tened cuidado-dijo Isma
-No temas, prometo no comerme a nadie-dije riendo. Todos rieron. Link y yo salimos del castillo y nos dirigimos hacia la salida del reino. Estuvimos caminando por la ciudadela hasta que llegamos a la salida.
-Tardaremos más de 2 horas-dijo Link mirando el bosque.
-No creo-contesté. Link me miró algo sorprendido. Yo le sonreí y me transformé.
-¡Todo el mundo a bordo!-dije. Link se montó en mi y salimos volando hacia el bosque. Al cabo de media hora llegamos al lago de agua de manantial. Aterricé y Link se bajó de mí. Me transformé de nuevo en humana.
-Bueno, podéis quitaros la ropa allí, la dejáis en el suelo y mientras os dais un baño yo os lavo la ropa-dije señalando unos arbustos.
-De acuerdo-dijo él mientras se dirigía hacia los arbustos. Se escondió tras ellos y escuché como se quitaba la ropa.
-Voy a salir-dijo él. Me giré para no verle las "vergüenzas".
-Vale-dije. Oí como Link salía corriendo y se lanzaba al agua de cabeza. Me di la vuelta y me acerqué al arbusto, cogí toda su ropa y me arrimé a la orilla del lago. Cuando me arrodillé al lado de esta, Link emergió del agua. Noté que se sentía bien.
-¿Qué tal?-pregunté mientras metía la túnica en el agua.
-Genial, hacía mucho que no me sentía así de bien-me dijo él mientras nadaba hacia mí.
-Me alegra oírlo-le dije comenzando a frotar la ropa.
-¿Por qué laváis la ropa en el agua sucia?-me preguntó él.
-Soy capaz de hacer que el agua limpia se separe de la sucia y solo dejo a la primera acercase a la túnica-dije mientras Link se agarraba al borde
-Sois increíble-me dijo él
-Gracias-contesté. Elevé la vista de agua y miré a mi alrededor.
-¿Qué buscáis?-me preguntó él. Justo cuando iba a contestarle veo lo que andaba buscando.
-¿Podrías traerme ese bote de allí?-pregunté señalando el bote de gel con el que me lavé unas horas atrás.
-Claro-me dijo. Se puso a nadar y se acercó al bote. Lo cogió y volvió a mi lado.
-¿Qué es?-me preguntó mientras me daba el bote.
-Es gel, sirve para lavar el cuerpo-contesté mientras lo abría y esparcía el gel en la túnica.
-Y si es para lavar el cuerpo, ¿por qué lo usáis para lavar la ropa?-me preguntó
-Es lo único que tengo a mano y además también lava bien las manchas-dije mientras dejaba el bote en el suelo a mi lado y frotaba la ropa con ganas para eliminar la suciedad.
-Bueno, yo no sé mucho de lavar la ropa-me dijo sonriendo
-No importa, ya estamos las mujeres para ocuparnos de eso-le contesté
-No me gusta que las mujeres tengan asignadas de por sí ciertas tareas, son cosas que, si nos enseñarais, podríamos hacer también los hombres-me dijo Link
-Os lo agradezco Link, pero la gran mayoría de los hombres os cortaría el cuello si os oyese hablar así-le dije.
-Entonces creo que me callaré-dijo él.
-Opino igual-le contesté.
-¿Tenéis algo para lavar el pelo?-me preguntó
-Aquel bote de allí-dije señalando el bote del champú
-Bien, gracias-me contestó. Link se fue a por el bote y comenzó a lavarse el pelo mientras yo lavaba su ropa. Cuando terminé le di el gel y se lavó el cuerpo. Mientras lo hacía me puse en pie y sequé la ropa con una brisa que hice correr.
-Bueno, creo que he terminado-dijo Link
-Bien, os ayudaré a secaros-le dije. Link me miró y palideció un poco
-No penséis mal, yo me giro y hago correr una brisa caliente, no temáis que no voy a veros nada que no deba-le dije riendo. Link rió también, liberando un poco de tensión en esa risa.
-Salid del agua-le dije mientras me giraba. Escuché como salía de la misma y se ponía a caminar por la tierra.
-¿Listo?-pregunté
-Sí-me dijo él. Hice correr una brisa cálida para secarle sin que pasase frío. Cuando terminé le fui lanzando la ropa. Se la puso y, cuando terminó, vino a mi lado.
-Gracias-me dijo
-De nada-le contesté. Vi que tenía el gorro torcido así que se lo coloqué
-Odio el gorro-me dijo él
-Pues a mí me encanta-le dije
-Os lo regalo pues-me dijo
-No, es parte del las ropas del héroe-dije
-Bueno, está bien-me dijo.
-Será mejor que volvamos al castillo-dije
-¿Cuánto tiempo hemos tardado?-me preguntó
-Pues menos del esperado-dije mirando al sol
-¿Una hora?-me preguntó
-Pues sí-le contesté
-Volvamos, quiero estar con Zelda-me dijo él con voz de bobo.
-El amor, ¿qué tendrá de especial?-pregunté mientras me transformaba en lobo
-Es algo inexplicable, sientes algo por dentro que te obliga a estar cerca de esa persona y a protegerla con tu vida, es algo raro pero sienta bien-me dijo mientras se montaba en mi lomo.
-No os esforcéis en explicármelo Link, esa sensación jamás la sentiré...-dije con tristeza mientras elevaba el vuelo. Link no me dijo nada supuse que para no herir mis sentimientos. Me puse a volar por encima de los árboles. Estuvimos volando otra media hora hasta que llegamos al castillo. Entramos por la puerta y Zelda se lanzó a por Link como si ambos tuvieran imán. Me transformé de nuevo en humana
-Ahora sí que hueles bien-dijo Zelda
-Hombre gracias, pensé que me darías calabazas solo por no oler bien del todo-dijo él. Ambos volvieron a besarse.
-Yo me voy, si necesitáis algo decidlo-dije. No me contestaron pero interpreté su silencio como un sí. Me fui a mi habitación y vi la rosa que Jin me regaló. Me acerqué a la misma y la toqué un poco.
-Me alegra ver que te ha gustado-me dijo alguien. Me giré y vi a Jin apoyado en la pared.
-Hola-dije
-Hola, ¿qué tal el paseo?-me preguntó mientras se acercaba a mí
-Bien, Link vuelve a ser él y no hay indicios de que esté aún controlado-dije
-Me alegro por él-me dijo Jin
-Yo también, la verdad estaba algo preocupada por Link-dije
-¿Por?-me preguntó
-No lo sé, ya sabes que yo me preocupo mucho por mis aliados-dije
-Lo sé, ¿qué me vas a contar que yo no sepa?-me dijo. En ese instante alguien llama a la puerta. Esta se abre y veo a Ike.
-¿Qué ocurre Ike?-pregunté
-¿Alguien a visto a Soren?-preguntó. Jin y yo nos miramos.
-No, ¿por qué?-preguntó Jin
-No le he visto desde que Link se puso bien-nos dijo
-Estará en algún lugar del castillo-dije
-Lo he supuesto y todos nos hemos puesto a buscarle-dijo
-Vamos con vos a buscarle-dije. Los tres salimos de la habitación y nos pusimos a caminar hacia el comedor. Lugar donde quedamos en encontrarnos una vez hubiéramos buscado por los lugares que nos tocaba buscar. Al entrar vi que todo el grupo estaba allí
-No está en la cocina-dijo Oscar
-Ni en el patio de armas-dijo Geoffrey
-En la cuadra tampoco-dijo Sigrun
-En mi habitación tampoco-dijo Pelleas
-¿Dónde puede haberse metido?-preguntó Lucía.
-¿Dónde se mete un estratega de su categoría?-pregunté con la respuesta ya preparada
-En la biblioteca-dijo Zelgius
-Veo que no soy la única que usa el sentido común-dije mirándole.
-¿Cómo no se me ha ocurrido?-dijo Ike.
-Vamos, debe de estar leyendo algún libro o algo por el estilo-dijo Titania. Todos fuimos corriendo hasta la biblioteca. Al abrir la puerta vi a Soren totalmente ensimismado en un libro que tenía en las manos.
-Menudo susto nos has dado Soren-dijo Mia. Soren no dijo nada, siguió leyendo
-¿Soren?-preguntó Boyd
-Está muy centrado en lo suyo, no creo que podamos arrancarlo de ahí-dijo Ike
-Hey Majesty-dije. Al segundo Soren me miró y palideció un poco.
-¿Qué pasa?-preguntó este mirándonos a todos
-¿Cómo lo habéis hecho?-me preguntó Ike asombrado
-Siempre que esté así de embobado decid "Majesty", volverá en sí en segundos-dije acercándome a Soren.
-Ruego que no me volváis a llamar así-me dijo en voz baja.
-De acuerdo, pero procurad que cuando alguien os llame le hagáis caso-dije.
-Vale, pero no me llaméis así nunca más-me dijo
-De acuerdo, palabra de diosa-dije elevando la mano derecha.
-Bien-me dijo volviendo a mirar el libro
-¿Qué leéis?-le pregunté
-Estoy a punto de descubrir dónde se halla el próximo héroe y como se llama-me dijo leyendo a una velocidad de vértigo.
-Bien, me alegra oírlo-dije sonriendo.
-Estoy a punto así que no os marchéis, no tardaré mucho en dar con su paradero-me dijo
-Bien, como digas-dijo Ike.
-¿Podemos ir ayudándote en algo?-preguntó Oscar
-A lo mejor-dijo Soren
-¿Qué hay que buscar?-preguntó Kieran
-Dónde se sitúa Viena-dijo el estratega
-Nunca he oído hablar de Viena-dijo Sothe pensativo
-Viena no se encuentra en este mundo-dije. Todos me miraron
-¿Cómo que no se encuentra en este mundo?-preguntó Rafiel
-Es como Hyrule, está ligado a este mundo-dijo Jin
-¿Hay que atravesar otra vez el desierto?-preguntó Rolf
-No, no lo creo-dije pensando la forma más fácil de llegar a Viena
-¿Y dónde se encuentra?-preguntó Nailah
-En Europa, en el centro-dije mirando el libro que Soren leía
-No tengo idea de donde está eso-dijo Zelgius
-Ya os dije que es otro mundo, nadie aquí presente puede conocerlo-dije
-A excepción de vos misma-dijo Nolan
-Exacto-dije mirándole y sonriendo
-Lo encontré-dijo Soren señalando una línea del libro
-¿Cómo se llama?-preguntó Link
-Siegfried...-dijo
-¿Qué más?-preguntó Isma
-No consigo leerlo-dijo Soren
-Dejadme ver-dije. Cogí el libro y Soren me señaló el nombre del héroe. Era un nombre que nunca antes había oído pero por la forma en la que estaba escrito ese héroe era germano.
-Siegfried Schtauffen-dije
-Totalmente ilegible-dijo Jin
-No del todo hombre, si sabes un poco de alemán todo se arregla-dije devolviéndole el libro a Soren
-¿Alemán?-preguntó Leonardo. Me quedé un poco bloqueada. Había dicho algo que no debía haber dicho
-Nada, cosas mías-dije intentando salir del apuro. Nadie preguntó nada más así que había salido del problema sin incidentes.
-¿Y cómo vamos a llegar hasta el Sigfrido ese?-preguntó Shinon
-Se dice Siegfried, no es igual-dije
-Bueno vale, señorita perfecta-me dijo Shinon
-No os enfadéis, solo os he corregido un poco-le dije. Noté como Shinon me miraba con odio.
-Da igual como se diga, lo importante es que ese tal Siegfried nos ayude-dijo Ike viendo venir otra pelea entre el arquero y yo.
-Opino igual-dijo Jin cogiéndome de los hombros.
-¿Y cómo llegaremos a Viena? ¿Cómo se accede a Europa?-preguntó Edward
-Yo me ocupo-dije.
-De acuerdo, si necesitáis ayuda aquí estamos-dijo Soren guardando el libro en su sitio
-Bien, gracias-dije. Todos salimos de la biblioteca.
-Voy a necesitar la ayuda de Jin, Darky e Isma así que todos arreando para mi habitación-dije.
-¡A sus órdenes general!-dijeron los tres al mismo tiempo.
-Mira que sois bobos-dije riendo. Los cuatro nos fuimos a mi habitación. Cerré la puerta con llave y echamos las cortinas. Nos quedamos medio a oscuras pero con los candiles que había podíamos ver bien
-¿Y cómo vamos a ir a Austria?-pregunto Jin
-Buena pregunta Kazama-dije sentándome en la cama
-No podemos usar la tecnología del 21-dijo Darky
-Y aún no existen los transportes aéreos-dijo Isma
-Tenemos un problema...-dije suspirando
-Venga Irina, seguro que hallamos la manera de llevarlos a todos al centro de Europa-dijo Jin intentando animarme.
-Tal vez con un portal...-dijo Darky
-Sí, es posible-dijo Isma
-¿Del 16?-pregunté
-Sí, si el SCL está en lo cierto Siegfried vive en el 16-dijo Jin
-Bien, entonces me voy a prepararlo, tardaré un poco-dije poniéndome en pie.
-¿Dónde vas a prepararlo?-preguntó Darky
-Aquí, no quiero que nadie me moleste, esto es algo complicado-dije
-¿Cuánto tiempo tardarás más o menos?-me preguntó Isma
-Unos 5 minutos, no mucho-dije
-Bien, avísanos cuando acabes-dijo Jin mientras caminaba hacia la puerta.
-Lo haré-dije. Los tres se fueron y me dejaron a solas en la habitación.
-Bien Devil, vamos a darle caña a esto-dije. "A tus órdenes jefa" me contestó. Me reí un poco. Cerré los ojos y me centré en pedir permiso a mis jefes para que hicieran un portal desde Nevassa a Viena. Al cabo de 2 minutos pude hablar con ellos. Estuve los otros 3 minutos restantes contándoles el porqué de la cuestión y al final de todo accedieron a hacer un portal que comunicase este mundo con el otro. Les di las gracias y abrí los ojos. Cuando lo hice un portal azulado apareció ante mí.

-Bien, ya hemos terminado, hay que avisar a los demás-dije. Abrí la puerta y vi a Jin, Isma y Darky esperando.
-¿Ya lo has abierto?-me preguntó Darky
-Sí, vamos a avisar a los demás-dije comenzando a caminar. Pero Jin me impidió avanzar.
-Tú quédate vigilando el portal, nosotros vamos a por el grupo-me dijo
-De acuerdo-dije. Los tres se fueron corriendo y yo me metí de nuevo en la habitación. Estuve esperando un rato hasta que alguien llamó a la puerta. La abrí y vi a todo el grupo con sus cosas ya recogidas. Estaban todos listos para marcharse.
-Pasad, no os acerquéis al portal-dije abriendo la puerta del todo. Todos entraron en mi habitación y miraron asombrados al portal.
-¿Tenemos que ir por ahí?-preguntó Rolf
-Sí, pero no tengas miedo, no es peligroso-le dije.
-Irina, yo me quedaré aquí, no creo que me convenga ir con vos-me dijo Pelleas
-De acuerdo, igualmente no tenía intención de que vinierais-le dije.
-Mejor entonces-me dijo él.
-Bien, ¿vamos?-pregunté. Nadie me dijo nada. Supuse que estaban algo aterrados.
-No temáis de verdad, no es peligroso-dije
-¿Habéis viajado ya en uno de esos?-preguntó Sothe
-Sí, varias veces y aquí estoy-dije
-Bueno, vamos-dijo Jin. Este se adelantó y atravesó el portal sin dificultad.
-¿Veis? Solo hay que caminar hacia él-dije. Darky e Isma fueron los segundos en cruzar. Al cabo de un poco de tiempo todos había ya cruzado menos yo.
-Gracias por todo Irina, os debo la vida-me dijo Pelleas
-De nada, pero no os despidáis, esta no será la última vez que nos veamos-le dije
-¿Cómo estáis tan segura?-me preguntó
-Tengo ese presentimiento-le dije sonriendo. El sonrió también y crucé el portal. Aparecí en un callejón sin salida. Vi a todo el grupo esperándome. Al salir completamente el portal se cerró, evitando así posibles conflictos espacio-temporales.
-Bueno, vamos a buscar a ese Siegfried-dije caminando hacia la salida del callejón. Al salir del mismo vi que estábamos en un pueblo de Viena. Vi a un montón de gente corriendo de un lado a otro. Trajinando.
-Cuánta gente-dijo Ike mirando a su alrededor.
-Mira Irina-me dijo Jin. Miré hacia el lugar donde me señalaba y vi un gran castillo que se erguía altivo sobre una colina. Viendo así todo el pueblo y velando por su seguridad.
-Es increíble-dijo Link
-El castillo de Hyrule también es grandecito-dije.
-Cierto-dijo Zelda
-¿Crees que ese Siegfried vivirá ahí?-me preguntó Isma
-No tengo idea-dije
-Lo mejor será preguntar a alguien-dijo Darky
-Bien, entonces vamos-dije caminando hacia una anciana que descansaba sentada sobre un porche.
-Buenos días señora, ¿sabéis vos dónde se halla el héroe llamado Siegfried Schtauffen?-pregunté
-Sí joven, trabaja bajo las órdenes del Emperador Máscara, en el castillo-me dijo ella señalando el castillo que vimos antes con su bastón. Miré al castillo y luego la miré a ella.
-Muchas gracias-dije. Ella asintió, me di la vuelta y me puse a caminar
-De nada Diosa de la Guerra-me dijo. Me paré en seco al oír que me había reconocido. Me giré lentamente y la miré.
-Espero que no le hagáis daño, el joven héroe trabaja con ahínco para protegernos de los Demonios-me dijo la anciana
-No temáis, solo queremos hablar con él-dije
-Bien, entonces que los dioses os protejan-me dijo. Asentí con una sonrisa un tanto forzada y me puse a caminar hacia el grupo.
-¿Qué os ha dicho? Os habéis quedado pálida-me dijo Micaiah
-Me ha dicho que Siegfried está bajo las órdenes del Emperador Máscara en el castillo-dije
-¿Y a qué ha venido eso de ponerse pálida?-me preguntó Jin
-La anciana me ha reconocido-dije
-Vaya, si que está avispada la tercera edad-dijo Isma. Él, yo, Jin y Darky reímos un poco ya que fuimos los únicos que entendimos la broma.
-¿De qué os reís?-me preguntó Sothe
-Da igual, vamos al castillo-dije. Nos pusimos en marcha hacia el mismo. Al cabo de una hora llegamos a la entrada del mismo. Los soldados que custodiaban la entrada nos impidieron pasar.
-¿Qué buscáis?-me preguntó uno mientras me apuntaba con su lanza.
-Solo queremos hablar con el Emperador Máscara-dije. Los soldados se miraron entre sí.
-Esperad aquí-me dijo uno. Este entró en el castillo. Al cabo de un rato sale y se pone delante de mí.
-Seguidme, el Emperador os espera-me dijo. Todos nos pusimos a seguir al soldado. Este nos guió por los pasillos del castillo hasta que llegamos frente a unas puertas enormes.
-Esta es la sala de audiencias-dijo el soldado. Un par que vigilaban la puerta nos la abrieron y todos entramos. Al entrar vi una sala enorme, con un balcón a la izquierda del trono. Este estaba situado al final de unas escaleras. Sentado en el trono estaba el Emperador Máscara.
-¿Quiénes sois?-me preguntó.
-Soy Irina, estos son mis amigos, queríamos hablar con Siegfried-dije caminando hacia el comienzo de las escaleras.
-¿Por qué queréis hablar con él?-me preguntó
-Necesitamos su poder para que nos ayude a salvar el mundo-dije parándome al pie de las escaleras.
-Lo lamento pero Siegfried ha salido-me dijo
-Vaya, ¿y cuánto tardará en volver?-pregunté
-Dos meses-me dijo.
-¡¿Dos meses?! Eso es mucho-dije impactada
-Lo lamento pero ha salido a por ciertas cosas que necesita-me dijo
-Bueno, ¿podemos quedarnos aquí hasta que regrese?-pregunté
-Por supuesto, como si fuera vuestra casa, Diosa de la Guerra-me dijo
-Veo que aquí todo el mundo me conoce-dije algo molesta
-Sois famosa querida, dicen que vuestro poder no conoce límites-me dijo. Noté algo raro en su voz pero no supe apreciarlo.
-Bueno, todo tiene un límite-dije.
-Es posible-me dijo. En ese instante un soldado irrumpe en la sala. Estaba sudoroso y respiraba rápidamente.
-Majestad, nos atacan los Demonios-dijo el soldado. El Emperador se puso en pie rápidamente.
-¿Por dónde?-preguntó este
-Por la puerta norte-dijo el soldado
-Ordena que los soldados más cercanos a esa puerta la protejan con sus vidas, ¡que no pase ni un solo Demonio! Haced llamar cuanto antes a Siegfried-dijo el Emperador con energía.
-¡Sí Majestad!-dijo el soldado. Este se fue tan rápido como vino.
-Lo lamento, estamos atravesando un mal momento-me dijo el Emperador.
-Si hay algo que podamos hacer para ayudaros...-dije
-Tal vez Diosa, necesitamos que cubráis la entrada norte, allí los Demonios atacan-me dijo
-Bien, nos pondremos en marcha-dije
-Gracias Diosa-me dijo
-Llamadme Irina-dije
-Como deseéis-me dijo. Todos salimos de la sala de audiencias y nos dirigimos a la puerta norte del reino. Al llegar vi que un montón de soldados hacían fuerza para que la puerta no se abriese. Había monstruos saltando por encima de la muralla.
-¡Bien chicos, dispersaros! ¡Cubrid el mayor terreno posible!-dije. Todos me hicieron caso y se dispersaron. Yo me fui a ayudar a los soldados. Usé ElWind para hacer presión sobre la puerta.
-¡¡Mirad!! ¡¡Es la Diosa de la Guerra!!-gritó uno de los soldados que sujetaba la puerta. Todos me miraron y quedaron impactados.
-¡¡Olvidaos de eso y sostened la puerta!!-les grité. Todos los soldados parecieron volver en sí e hicieron fuerza para evitar que la puerta se viniera abajo. Cada segundo que pasaba me costaba más hacer fuerza. La presión que ejercían los Demonios era muy fuerte. Al cabo de un tiempo la puerta se abrió de par en par, dejando que los Demonios campasen a sus anchas. Una jauría de cientos de miles entró por la puerta en poco tiempo. Desenvainé mis armas y me lancé al ataque. Estuve un rato luchando, aniquilando Demonios y ayudando a los soldados heridos. Al cabo de una hora todo el terreno en el que me encontraba estaba despejado.
-Bien, ya no quedan más por aquí-dije. Me di la vuelta y vi algo o alguien un tanto escalofriante

Me quedé bloqueada unos segundos pero al ver que aparecían tres más me puse en guardia. Esos 4 monstruos se abalanzaron a por mí. Pude esquivar su ataque en grupo. Luego los fui eliminando uno a uno. Cuando había abatido a esos bichos me relajé y guardé mi arma. Estaba empapada en sudor. En ese justo momento algo me golpea por la espalda. La fuerza con la que me dio era tal que me lanzó por los aires. Aterricé boca abajo en el suelo. Me giré y vi otro de esos bichos acercándose a mí. Intenté moverme pero me había dado un buen golpe en la espalda de forma que no pudiese moverme. Cuando estuvo cerca de mí elevó su lanza hacía mí. Pegué la cara al suelo y me cubrí la cabeza con los brazos. Era un acto reflejo humano. Escuché como bajaba su lanza a toda velocidad hacia mí. Cuando pensé que me heriría algo golpea al bicho y lo mata. Este desapareció en humo negro.
-¿Estáis bien?-me preguntó una voz que jamás había oído antes. Dejé de cubrirme, elevé un poco la cabeza y miré tras de mí. Vi a un hombre alto, con armadura plateada, pelo rubio y largo, ojos azules y una espada enorme en su mano izquierda. Jamás vi hombre tan atractivo. "Madre...mía..." dijo Devil casi babeándose.
-¿Estáis bien?-me preguntó envainando su arma a su espalda y arrodillándose a mi lado.
-Si, creo que sí-le dije. Me ayudó a sentarme en el suelo y le miré fijamente a los ojos. Me quedé totalmente hipnotizada al ver la hermosura del color azulado de los mismos.
-Me llamo Siegfried, ¿y vos?-me preguntó
-Soy...Irina-le dije aún atontada
-Hola Irina, ¿estáis herida?-me preguntó
-No...solo es un corte en la espalda...nada importante-le dije sin dejar de mirar sus ojos como una boba.
-¿Tengo algo en la cara?-me preguntó. En ese instante mi cerebro me dijo "¡¡despierta!!" y volví en mí.
-Ehh no, disculpadme, el golpe me debe haber dejado un poco alelada-dije excusándome mientras me tocaba un poco la frente
-Debe haber sido eso sin duda-me dijo sonriendo. Su sonrisa era hermosa. La más bonita y perfecta que jamás vi.
-Me ha dicho el Emperador que me estabais buscando-me dijo
-Sí cierto, necesito vuestra ayuda-le dije
-Será mejor que lo hablemos en el castillo, hay que curar esa herida-me dijo.
-Claro, por supuesto-le dije. Me ayudó a ponerme en pie.
-¿Podéis caminar?-me preguntó
-Sí, eso creo, aunque si me doy un leñazo contra el suelo ruego que me levantéis-le dije sonriendo. Él rió un poco. Quedé aún más alelada al verle reír.
-No temáis, lo haré-me dijo. Di un paso al frente sin complicaciones así que no me había golpeado en mal sitio.
-¿Puedo preguntar por qué me buscabais?-me preguntó mientras caminábamos hacia el castillo.
-Se dice que sois el único que puede acabar con Nightmare-le dije. Siegfried se paró en seco y palideció.
-¿He dicho algo malo?-le pregunté preocupada. Él no me contestó.
-Siegfried, lamento si os he ofendido o algo-le dije preocupada. En ese instante Siegfried volvió en sí.
-Disculpad, es que tengo malos recuerdos cada vez que dicen ese nombre-me dijo
-Vaya, lo siento, no tenía idea-le dije
-No importa, lo pasado pasado está-me dijo él
-Cierto-le dije. Seguimos caminando en silencio el resto del camino. Al llegar al castillo fuimos directos a la sala de audiencias. Al entrar vi a todo el grupo más otro pequeño.
-¿Estás bien Irina?-me preguntó Jin mientras se acercaba corriendo a mí
-Estoy bien Moreno-le dije
-Estaba preocupado-me dijo
-Con razón, si no llega a ser por Siegfried ahora estaría más muerta que viva-dije
-Gracias-dijo Jin mirando a Siegfried
-No hay de qué-dijo él
-Irina, os agradezco vuestra ayuda-dijo el Emperador, el cual estaba sentado en su trono.
-De nada-dije
-Increíble...-dijo un hombre más o menos de mi altura, de pelo corto y muy despeinado, ojos castaños y vestimenta un tanto rara.
-¿El qué es increíble?-pregunté
-¡Sois la Diosa de la Guerra!-dijo. Suspiré algo molesta.
-Disculpadme si os he molestado-me dijo
-No os preocupéis, no suelo tener tantos admiradores, más bien todo el mundo me teme cada vez que me ve-dije. El hombre se acercó a mí y extendió su mano
-Me llamo Lloyd Irving, pero llamadme solo Lloyd-me dijo mientras cogía su mano
-Encantada, soy Irina-dije
-No está mal del todo-dijo otro hombre. Parecía oriental.
-Mitsurugi a vuestro servicio-me dijo
-Hola-dije
-Me llamo Sophitia-dijo una mujer rubia.
-Soy Ivy-dijo otra mucho más mayor.
-Taki-dijo otra
-Iska a vuestro servicio bella dama-me dijo otro hombre.
-Aquel de allí es Astaroth-dijo Siegfried señalando a un coloso. Me quedé impactada al verle
-Parece malo pero no lo es-me dijo Jin. Él y yo reímos un poco. En ese instante la espalda me dolió un poco.
-Rhys, ¿podríais curarme la espalda?-pregunté
-Ahora mismo-me dijo. Se acercó a mí y me curó con su bastón.
-Prodigioso-dijo Sophitia
-No es nada del otro mundo...o sí...-dije. Isma, Darky, Jin y yo reímos a carcajada limpia.
-¿De qué se ríen?-preguntó Mitsurugi
-Hoy llevan todo el día riéndose así, solo entre ellos-dijo Ike
-Bueno, será mejor que comamos un poco, ya es hora de almorzar-dijo el Emperador. Todos le dimos la razón y fuimos al comedor. Era más o menos como el de Nevassa. Comimos en silencio y al final de la comida nos pusimos a hablar.
-Así que necesitáis mi ayuda para acabar con Nightmare, uno de los Dioses Oscuros que se escapó del Medallón...-dijo Siegfried pensativo
-Exacto, de ahí que hayamos aparecido así sin más-dije
-¿Nos ayudaréis?-preguntó Jin
-Lo haría encantado...-dijo
-¿Pero?-pregunté
-Debo recoger los fragmentos de la Soul Edge para resucitarla y acabar así con Barbaros-me dijo. Me puse en pie y me acerqué a él. Extendí mi mano derecha.
-Os ofrezco, en mi nombre y en el de mis amigos, nuestra ayuda para recogerlos cuanto antes para que así podáis venir con nosotros después de que hayáis hecho lo que debáis-dije sonriendo. Noté como Siegfried se me quedaba mirando algo alelado. Al cabo de un rato se puso en pie y cogió mi mano.
-Acepto la oferta-me dijo sonriendo. Yo sonreí también. Ambos nos quedamos mirándonos el uno al otro un rato.
-¿Y dónde se encuentran esos fragmentos?-preguntó Soren
-Uno lo guarda Fafnir, el otro el Pirata Cervantes, otro Geki y Maki y el otro lo guarda Ammon-dijo Taki
-Veo que vamos a tener mucho trabajo-dijo Darky
-Siempre hemos tenido mucho trabajo-dijo Lloyd
-Eso es verdad-dijo Ivy. Mientras ellos hablaban Siegfried y yo no paramos de mirarlos el uno al otro con la mano todavía dada. Noté como todos se callaban y nos miraban.
-Irina-dijo Jin. No le hice caso. Sentía unas ganas irrefrenables de mirar a Siegfried sin descanso.
-¿Siegfried?-preguntó Lloyd. Él también hizo caso omiso.
-Están como hipnotizados-dijo Isma
-Llevas razón-dijo Ivy
-¡Paladín Germano!-dijo Iska. En ese instante Siegfried volvió en sí al igual que yo.
-Disculpadme, no sé que me ha pasado-me dijo Siegfried.
-Tranquilo, yo tampoco sé con exactitud qué es lo que acaba de pasar-dije. Volví a mi sitio y me senté. No dejé de darle vueltas a por qué no podía dejar de mirarle. ¡¿Qué es lo que me pasaba con él?!
-Será el cansancio-dijimos él y yo al mismo tiempo. Nos miramos de nuevo pero dejamos de hacerlo en segundos.
-Será eso-dijo Darky
-Bueno, creo que deberíamos ir a instalarnos en las habitaciones-dijo Link
-Sí, será lo mejor-dijo Jin poniéndose en pie. Todo mi grupo y yo nos fuimos a escoger las habitaciones. Yo me quedé en la misma que Jin. Me acerqué a la cama para comprobar cuán blandos eran los cojines.
-¿Qué te ha pasado?-me preguntó
-¿Cuándo?-le pregunté
-No te hagas la loca, cuando le diste la mano a Siegfried-me dijo
-Me quedé pensando en mis cosas-dije intentando dejar la conversación
-Veo que no quieres hablar así que no meteré el dedo en la llaga-me dijo
-Creo que será lo mejor-dije. En ese instante alguien llama a la puerta.
-Adelante-dijo Jin. La puerta se abrió y vi a Siegfried.
-Hola, ehh, me preguntaba si podría hablar con Irina-dijo mirándome
-Claro, ahora mismo voy-dije.
-Os espero fuera-me dijo. Yo asentí. Cerró la puerta con cuidado de no dar un portazo.
-Te gusta ¿eh?-me dijo Jin
-¡No seas bobo!-le dije tirándole un cojín de la cama a la cabeza.
-No soy bobo, es lo que me das a pensar, te quedas como una tonta mirándole-me dijo cogiendo el cojín del suelo.
-No me gusta y punto-le dije caminando hacia la puerta. Me detuve frente al espejo que había al lado de la cama. Me coloqué un poco el pelo y el traje.
-Ahora se pone guapa para ir con su chico-me dijo Jin riendo
-¡Ya vale!-le dije enfadada
-Bueno bueno, no te enfades-me dijo. Pasé de él olímpicamente y salí de la habitación. Cerré la puerta y me giré. Vi que Siegfried me esperaba.
-¿Qué queríais?-le pregunté acercándome a él.
-Me preguntaba si...bueno, que tal vez...-me dijo con timidez
-Decidlo Siegfried, no os voy a comer-le dije sonriendo. Siegfried rió un poco pero seguía igual de nervioso. Su pulso le delataba.
-Me preguntaba si querríais ir a dar un paseo por el pueblo conmigo...-me dijo algo cabizbajo.
-Me encantaría-le dije con voz dulce
-Bien, entonces vamos-me dijo. Extendió un poco su brazo derecho hacia mí, invitándome así a cogerlo. Lo cogí con gusto y ambos salimos del castillo. Nos pusimos a caminar en dirección al pueblo. Bajamos la colina sobre la que estaba situado el castillo y llegamos al pueblo. Nos pusimos a pasear por las calles del pueblo de Viena. Siegfried me enseñó un montón de comercios y mercados.
-Es precioso-dije mirando a todas direcciones.
-Sí, pero últimamente con los ataques de Barbaros es muy difícil que haya paz-me dijo
-¿Quién es Barbaros?-pregunté
-Es el Sultán del Imperio Otomano-me dijo
-Así que podemos calificarlo como vuestro enemigo-dije
-Exacto, él usa a los Demonios como ejército, es casi invencible-me dijo
-Por eso estáis vos aquí-le dije
-Si-me dijo. En ese instante vi un puesto de flores y me detuve a mirarlo. Obligué a Siegfried a parase al pararme yo.
-¿Os gustan las flores?-me preguntó
-Sí, sobretodo las rosas-dije
-¿De qué color?-me preguntó
-Las lavanda, son la moradas, son preciosas-le dije mirando un ramo de rosas lavanda que colgaba de un poste del toldo.
-Sí son bonitas, pero hay mujeres mucho más hermosas-me dijo. Le miré.
-¿Cómo quién?-pregunté
-Estoy mirando a una en este justo instante-me dijo sonriendo. Me sonrojé un poco y le sonreí.
-Gracias por el cumplido-me dijo
-No era un cumplido-me dijo
-Oh...pensé que sí...-le dije algo desilusionada
-Era una realidad-me dijo. Me sonrojé aún más y me reí.
-Está anocheciendo, será mejor que volvamos al castillo-me dijo mirando al cielo
-Sí, será mejor-dije. Nos pusimos a caminar hacia el castillo. Al llegar nos dirigimos al comedor. Nos sirvieron la cena y comimos como reyes. Al terminar nos pusimos a hablar de la misión que teníamos entre manos.
-Bueno, creo que me voy a ir a dormir, estoy agotada-dije levantándome de la silla.
-Cierto, en verdad todos deberíamos irnos a dormir-dijo Sothe. Todos nos pusimos en pie y nos despedimos unos de otros.
-Buenas noches Irina-me dijo Siegfried.
-Buenas noches Siegfried-le dije. Se despidió de mí con una reverencia y se fue. Me quedé mirándole hasta que desapareció en la lejanía del pasillo.
-Lo dicho, te gusta-me dijo Jin.
-Ya te he dicho que no, solo es un amigo-le dije mientras nos poníamos a caminar hacia la habitación
-Ya claro y yo he nacido en Rusia-me dijo sarcástico. Me reí un poco. Entramos en la habitación y nos cambiamos de ropa. Me tumbé en la cama.
-Estoy agotada-dije.
-Pues ya somos dos-me dijo Jin mientras se metía en la cama.
-Otra vez habrá que ayudar al héroe para que luego nos ayude a nosotros-dije con cansancio
-No creo que te moleste ayudar a Siegfried-me dijo Jin. Noté bien por dónde iban los tiros
-No vayas por ahí, ya te he dicho mil veces que solo es un amigo-le dije
-Dale tiempo al tiempo-me dijo. Me quedé algo sorprendida con su respuesta. Se giró y sopló la vela que iluminaba la estancia.
-Buenas noches Irina-me dijo.
-Buenas noches Jin-dije. Me giré y me quedé dormida. Mañana nos pondríamos en marcha con lo de los fragmentos de la Soul Edge la cual Siegfried portaba. No era la Soul Edge completa así que no era igual de poderosa. Igualmente arrasaría con todo. Debíamos ayudar a Siegfried lo más rápidamente posible para evitar que los Dioses Oscuros hicieran de las suyas. No sabía por qué me quedaba tan alelada cuando Siegfried estaba presente, pero fuera como fuese debía dejar a un lado mi tontería para mantenerme serena, aunque razón llevaba Jin, "Dale tiempo al tiempo"...

7 comentarios:

  1. un capitulo un poco ciencia ficcion tambien gracioso y ala vez emocionante

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  2. no hay palabras para decir lo genial que está por que es más, mucho más que eso, sigue escribiendo ;)

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  3. "Irina tiene novio, Irina tiene novio" "y yo estoy loka!"Este capitulo esa genial, no hay palabras para explicar lo de Zelda y Link... bueno pero tu ya las as explicado... buenisima tu historia!

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  4. piesno igual que Xare, XD, alomejor podrá conocer lo que es el amor....

    Aunque quedé bien perdida con lo del viaje a nuestro mundo. ¿y en qué epoca se supone que están?, ¿siglo 21?, ¿y cómo esque hay caballeros castillos y demonios?, tal vez deberías explicar un poquillo.....
    además de eso, me encantó el capitulo!!!

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  5. no, el viaje que hicimos fue desde Nevassa, siglo 7, a Viena, siglo 16

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  6. Aaaaa (bosteso), ¿cuando vas a hacer la otra?

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