viernes, 18 de marzo de 2011

Capítulo 25: La Traición De La Diosa De La Guerra

Me desperté al día siguiente abrazada al pecho de Siegfried. Había amanecido ya que la luz del sol se filtraba por las cortinas de la ventana. Me moví lentamente para no despertarle. Me levanté envuelta en la sábana. Caminé hasta la cómoda que había al lado derecho de la puerta y cogí mi ropa interior. Me quité la sábana y me vestí. Estaba medio en cueros pero al menos no se me veía nada de más. Cogí la sábana del suelo, me acerqué a la cama y la dejé a los pies de esta. Me acerqué al lado del que dormía Siegfried. Me quedé mirándole. "No le despiertes, déjale dormir. Después de lo de anoche se lo merece" me dijo Devil. "Nunca me he sentido así con un hombre a mi lado" dije. "Siempre hay una primera vez para todo" me contestó. "Lo sé" dije mientras miraba a Siegfried dormir. Me daba serenidad y paz verle dormir, como si ningún peligro nos acechase. Decidí asomarme a la ventana para ver qué hora era. Me acerqué a la misma y abrí un poco la cortina. Miré al cielo y vi que eran las dos de la tarde. "Ya es hora de comer" me dijo Devil. "Voy a despertarle, si está cansado que se eche la siesta" dije. Me acerqué a la cama y acaricié suavemente el pelo rubio de Siegfried. Este se movió un poco.
-Arriba mi amor-le dije con voz dulce. Él abrió los ojos y me miró
-¿Qué hora es?-me preguntó
-Ya es hora de comer-le dije acariciando su cara.
-No me apetece levantarme-me dijo desperezándose.
-No seas vago, vamos a comer y luego si quieres te echas una cabezadita-le dije
-No sé cómo lo haces-me dijo mirándome
-¿El qué?-pregunté mientras él extendía su mano izquierda y me acariciaba la cara
-Siempre consigues convencerme-me dijo sonriendo. Le devolví la sonrisa.
-Venga, que son las dos de la tarde-le dije
-Bueno, me levanto con una condición-me dijo
-¿Qué condición?-pregunté. Siegfried se levantó rápidamente, me cogió de la cintura y me empujó de forma que ambos caímos en la cama. Él quedó sobre mí.
-Que me des un beso-me dijo
-Sabes que te daré todos los que quieras-le dije sonriendo. Acercó su labios a los míos y nos besamos. Nos separamos y nos miramos a los ojos fijamente.
-Creo que deberías vestirte-le dije
-¿Por qué? ¿Acaso no te gusto así?-me preguntó
-Claro que sí, lo que pasa es que no creo que a los demás les guste verte el trasero-le dije sonriendo
-Todos tenemos uno-me dijo
-Ya lo sé, pero igualmente no creo que les guste-dije
-Bueno, entonces me vestiré, si es tu deseo...-me dijo
-Me alegra ver que entras en razón rápidamente-le dije.
-Siempre que tú quieras-me dijo
-¿Te traigo los calzones?-le pregunté
-Creo que sí-me dijo.
-Si me dejas levantarme...-le dije
-No sé...-me dijo
-Hombre, podemos quedarnos aquí todo el día, pero creo que con toda la noche de ayer nos bastó ¿no?-pregunté
-La verdad sí, no me sentí tan bien nunca en mi vida-me dijo
-Yo tampoco-le dije con tono triste
-¿Qué te ocurre?-me preguntó
-Nada, es que me alegro de saber al fin qué se siente, llevo toda mi vida pensando que nadie me amaría nunca-dije
-Yo también lo pensaba, pero mira, estamos juntos-me dijo
-Debe ser que cada uno que piensa que no tendrá pareja nunca luego encuentra otra persona que piensa lo mismo y al final se hacen felices mutuamente-le dije
-Seguro que sí-me dijo
-Bueno, voy a por tus cazones que están en la silla-dije
-Menudo sitio para que estén-me dijo
-¿Después de la noche loca de ayer que te esperabas? ¿Que estuviesen dobladitos en el cajón de la cómoda?-le pregunté
-No, la verdad ayer pensé que los perdería-me dijo. Ambos reímos.
-Vamos anda, que es hora de comer-le dije. Me lo quité de encima y me puse en pie. Me dirigí hacia la silla. Cogí sus calzoncillos y me acerqué a él.
-Muy amable-me dijo poniéndose en pie. Se acercó a mí y los cogió de mi mano mientras me besaba.
-Yo también voy a vestirme-dije
-¿Dónde pusiste el traje?-me preguntó mientras se ponía su ropa interior
-En el suelo, exactamente donde me lo quitaste-dije acercándome a mi traje de combate. Lo cogí del suelo y le quité el polvo.
-Toma la cota de malla-me dijo Siegfried acercándose a mí con esta en la mano.
-Gracias cielo-dije cogiéndola. Siegfried me acarició la cara. Le miré a los ojos y vi tristeza.
-¿Qué pasa mi amor?-le pregunté
-Me estaba acordando de ayer-me dijo
-¿Tan mal estuvo?-le pregunté
-No, no es eso, me acordaba de cuando casi mueres en mis brazos-me dijo
-Oh Siegfried, no pienses más en eso-le dije acariciando su cara.
-No puedo Irina, creo que se me quedará en la memoria para siempre-me dijo
-Olvídalo, al final me curé-le dije
-Ya...-me dijo cabizbajo. Vi como una lagrimilla se le escapaba.
-No llores-le dije. Solté la cota de malla y el traje y me abracé a Siegfried.
-Lo siento, pensar que pude perderte me pone triste-me dijo apretujándome contra él.
-Siegfried, por favor, olvídalo, me curé y estoy viva, no le des más vueltas-le dije
-De acuerdo, perdóname-me dijo mientras nos separábamos
-Perdonado estás-le dije sonriendo mientras le secaba las lágrimas
-Me pregunto cómo pudiste curarte...-me dijo
-Yo tampoco lo sé, pero puede ser que fuera por nuestro primer beso de amor-dije
-Puede-me dijo
-Vamos a dejar eso, venga, vístete que nos vamos a comer-dije cogiendo mi traje del suelo
-A sus órdenes capitán, señor-me dijo
-Para ti señorita capitana-le dije. Ambos reímos. Dejamos nuestras tristezas a parte y nos vestimos. Le ayudé a ponerse la armadura y él me ayudó a ponerme la cota de malla. Una vez ambos estuvimos vestidos salimos de la habitación, no sin antes recogerla un poco. Si alguien entraba le iba a dar algo de lo desordenada que estaba. Salimos de la habitación y nos dirigimos al comedor. Abrimos las puertas y todos nos miraron.
-Buenos días bella durmiente-me dijo Jin
-Hola, ¿nos hemos perdido algo?-pregunté mientras me acercaba a mi sitio, al lado de Jin.
-Siéntate con Siegfried ¿no?-me preguntó Jin
-¿Por qué?-pregunté mientras me sentaba.
-No sé-me contestó
-Él es mi novio, pero tú eres uno de mis amigos del alma, no voy a dejarte tirado solo por que haya encontrado novio-le dije
-Gracias-me contestó
-De nada, ¿tardará mucho la comida? Me muero de hambre-dije cambiando de tema
-Estará al llegar-dijo el Emperador. En ese instante los sirvientes aparecen tras la puerta con la comida
-Sois adivino Majestad-dije. Todos reímos. Nos pusieron la comida y nos pusimos a comer como unos locos. Al terminar, como siempre, nos pusimos a hablar.
-Necesito una daga nueva, la mía está casi rota-dijo Isma
-Si quieres puedo ir al pueblo y comprarte una-le dije
-No, ya iré yo cuando pueda-me dijo. Me reí en una carcajada.
-¿De qué te ríes?-me preguntó Darky
-¿Isma ir a comprar? Eso tengo yo que verlo-dije
-Es verdad que no suelo ir a comprar, pero por una vez-me dijo
-Creo que iré yo, al final compras no que no debes y además te encasquetan cualquier otra cosa que no necesitas-le dije
-Bueno, eso es porque me da pena-me dijo
-Ya claro, tú deberías darte pena a ti mismo-le dije
-Bueno, está bien, ve tú si eres tan buena compradora-me dijo con tono de enfadado
-No te enfades Isma, solo intento evitar que compres cosas inútiles y gastes dinero a lo tonto-dije
-Ya lo sé, siempre lo haces todo por el bien de todos-me dijo
-Eso no lo dudes-dijo Jin. En ese instante alguien llama a la puerta.
-Adelante-dijo el Emperador. La puerta se abrió y tras esta vi a una mujer no muy alta, delgada y un tanto extravagante.

-Hola Majestad, gracias por recibirme-dijo la mujer
-De nada Achlys, pasa-dijo el Emperador. La mujer cruzó el umbral de la puerta y cerró la misma. Al girarse vi como le echaba una mirada fugaz a Siegfried. "Verás esta, habrá que matarla, nadie mira a nuestro novio y sale viva para contarlo" me dijo Devil con cabreo. "Estoy contigo" contesté con enfado.
-Os presento a Achlys, es la nueva componente de vuestro grupo-dijo el Emperador
-Sin ánimo de parecer descortés, pero no hemos pedido ayuda de nadie-dije secamente
-Pensé que un aliado más os vendría bien-me dijo
-Sí, pero no queremos gente que no sea un héroe, si no es un héroe puede irse, aquí necesitamos gente que pueda blandir una espada sagrada sin quemarse-dije
-Sé usar una daga-me dijo la mujer
-¿Y a mí qué? Sothe e Isma también saben, con un par de personas que sepan manejarla nos basta y sobra así que ya puedes irte a tu casa bonita-dije duramente
-Irina, no seáis así-dijo el Emperador
-Yo seré como a mí me de la real gana que para eso soy una diosa, hago lo que quiero cuando quiero-dije con Devil a punto de salir a la superficie
-Os ordeno que no me habléis así-me dijo el Emperador
-Disculpa, ¿has dicho "te ordeno"?-pregunté
-Así es, soy el Emperador del Imperio Romano, estáis en mi castillo y acataréis mis órdenes-me dijo poniéndose en pie. Yo me puse en pie también.
-Veo que tendré que daros un buen escarmiento, con descuartizaros me valdrá-dije sonriendo malévolamente. Salté sobre la mesa mientras dejaba que Devil hiciera lo que quisiera.
-Me voy a reír de ti, pelele-dije.
-¡No Devil!-dijo Jin poniéndose en pie, pero llegó tarde. Me abalancé sobre el Emperador mientras me transformaba en lobo. Salté sobre él y ambos caímos al suelo. Yo quedé sobre él. Vi en su mirada el reflejo de mi yo asesino.

-Dile adiós al mundo-dije. Justo cuando iba a cargármelo, Siegfried salta hacia mí y me aparta del Emperador. Rodamos por el suelo. Me puse en pie rápidamente para acabar con mi faena. Cuando iba a ponerme en marcha Siegfried se arrodilla delante de mí y me abraza.
-Irina, cálmate por favor-me dijo. El aroma de su pelo, el olor de su piel y su calor corporal consiguieron dominarme. Me transformé en humana de nuevo y miré al Emperador por encima del hombro de Siegfried.
-Has tenido suerte, pero que te quede claro que como vuelvas a ordenarme algo te mataré-dije. En ese instante me desmayé. Me desperté abrazada a Siegfried. Este estaba arrodillado en el suelo.
-¿Estás bien?-me preguntó
-Creo que sí, ¿le he hecho daño a alguien?-pregunté
-No, pero casi-me dijo.
-Ayúdame a ponerme en pie por favor-dije. Siegfried me ayudó ya que yo estaba algo débil.
-Os habéis pasado Irina, espero que os controléis sino os echaré del castillo-me dijo el Emperador. Este estaba sentado en su silla.
-Lo lamento Majestad, no sé qué me ha pasado-dije mientras Siegfried me ayudaba a ir a mi sitio.
-Creo que he venido en mal momento-dijo la tal Achlys
-¡¡Cállate!!-grité sin saber por qué. Todos quedaron un poco impactados.
-¿Qué tienes contra esa mujer?-me preguntó Jin mientras yo me sentaba en la silla
-No lo sé...-dije.
-¿Quieres un poco de agua?-me preguntó Siegfried acariciando mi cara. Yo asentí. Mientras Siegfried llenaba un vaso de agua Jin se acercó a mí.
-A ti te pasa algo-me dijo.
-No sé lo que es-dije. Siegfried se acercó a mí y me dio el vaso.
-Gracias amor-dije.
-De nada-me dijo mientras yo me bebía el agua de un trago.
-Yo me voy, luego volveré-dijo Achlys
-Eso, vete a tu casa a hacer algo de provecho-dije con enfado
-Irina...por favor-dijo Siegfried
-Perdóname, no sé lo que me pasa-dije dándole en vaso
-Yo creo que sí lo sé...-dijo Jin. Este se acercó a Achlys y la puso a mi lado. Noté como mi ira iba aumentando. Jin se acercó a mí y me tomó el pulso en la yugular.
-Estás que ardes-me dijo Jin
-Apártame a esa zorra antes de que me la cargue y lo llene todo de sangre-dije
-Vale, vale-dijo Jin. Achlys se alejó de mí. En ese momento me empezó a doler mucho el pecho.
-¿Qué te pasa Irina?-me preguntó Siegfried preocupado.
-Me...me duele...el...pecho...-dije. En ese instante caí inconsciente.
Me desperté tumbada en mi cama. Jin, Darky, Isma y Siegfried estaban a mi lado.
-¿Cómo te encuentras?-me preguntó Siegfried, el cual acariciaba mis manos y mi pelo
-Bien, estoy bien-dije incorporándome.
-¿Qué te pasa con esa tía?-me preguntó Darky
-No lo sé, me siento muy mal y siento ganas de matar cuando estoy a su lado-dije
-Creo que deberías relajarte un poco-me dijo Jin
-Sí, que te de un poco el aire-me dijo Siegfried. En ese momento me acordé de algo.
-¿No necesitabas una daga Isma?-pregunté
-Sí, ¿por?-me preguntó
-Voy al pueblo a que me de el aire y ya de paso te compro la daga-dije.
-Buena idea-dijo Jin. Me puse en pie y besé a Siegfried con ganas.
-Volveré en un rato-dije.
-Vale, pero ten cuidado-me dijo él.
-No temas, voy bien armada-dije. Le besé de nuevo y me despedí de todos. Salí por la puerta corriendo como si acabase de levantarme. Estaba fresca como una rosa. Corrí por todo el castillo hasta la salida. Al salir me encontré con Spirit.
-Hola cielo-dije mientras se acercaba a mí.
-Hola, ¿adónde ibas con tanta prisa?-me preguntó
-Iba al pueblo a comprarle una daga a Isma-le dije acariciando su suave morro
-¿Quieres que vaya contigo?-me preguntó
-No cielo, necesito estar sola un rato-le dije
-¿Te has peleado con Siegfried?-me preguntó. Me reí un poco
-No, solo que necesito que me de un poco el aire-dije
-Bueno, como quieras-me dijo
-Nos vemos luego-le dije. Nos despedimos y yo bajé la colina sobre la que estaba el castillo. Al llegar al pueblo me acordé de los mercados que me enseñó Siegfried cuando le conocí y me dirigí a uno. Al llegar vi que estaba cerrado.
-Vaya, que mala suerte-dije.
-¿Buscabais algo?-me preguntó una mujer. Me giré y vi que era una anciana.
-¿Qué le ha pasado a este mercado?-pregunté
-Se ha trasladado a otro lugar, si queréis os indico donde-me dijo
-Os lo agradecería-dije. Ella me explicó con pelos y señales el camino a seguir.
-Gracias, muy amable-dije. Me puse a caminar en la dirección que me dijo la anciana. Al cabo de un rato llegué al lugar que me dijo la vieja. Estaba todo desértico
-Aquí no hay nada, la edad es muy traicionera-dije. Me giré y al hacerlo vi a un montón de Demonios con forma de lagarto.

Por lo que me explicó Siegfried eran unos muy difíciles de abatir. Desenvainé mi arma y me lancé al ataque. Estuve luchando un buen rato. Eran muchos y fuertes. No paraban de brotar como las setas. Llegó un momento en el que me arrinconaron contra la pared. En ese justo instante algo me da en el cuello. Me quedé algo bloqueada. Cogí lo que me había dado en el cuello y vi una especie de dardo. Olí la punta y vi que contenía somnífero. En ese instante perdí el conocimiento.
Me desperté encerrada en una celda y encadenada a la pared. Observé mi alrededor pero no reconocí la celda.
-¿Dónde estoy?-me pregunté en voz alta
-Bienvenida a mi castillo Diosa de la Guerra-me dijo una voz. Miré a mi alrededor pero no vi a nadie.
-¿Quién eres?-pregunté. Al segundo un hombre un tanto raro aparece ante mi.

-Barbaros...-dije contemplándole
-Hola Irina, enhorabuena por el noviazgo-me dijo sonriendo. Me quedé algo sorprendida. ¿Cómo podía saber que había empezado una relación con Siegfried?
-¿Qué quieres de mí?-pregunté
-Quiero que te unas a mi ejército-me dijo
-Ni muerta-le dije. Barbaros rió a carcajada limpia.
-No eres tú la que morirá si no aceptas mi petición-me dijo aún riendo
-¿A qué te refieres?-le pregunté
-Seguro que te preguntas por qué te sentías tan mal cuando estabas al lado de Achlys-me dijo. Tragué saliva y comencé a sudar
-¿Por qué?-pregunté
-Es una espía, yo la contraté y la envié a Viena-me dijo
-¿Por qué lo hiciste?-le pregunté
-Quería tener vigilada a cierta persona-me dijo
-¿Por qué querías vigilar a Siegfried?-pregunté
-Eres astuta, cada vez me gustas más-me dijo sonriendo y acercándose a los barrotes.
-Contéstame...-le dije
-Si no te unes a mí...ordenaré Achlys que mate a tu querido Siegfried-me dijo
-No serás capaz-le dije. "Sí que es capaz" me dijo Devil.
-Claro que soy capaz y bien lo sabes-me dijo
-Me uniré a ti con tal de que no le hagas daño a Siegfried, pero a cambio envía la Soul Calibur a Viena-le dije
-Creo que no-me dijo
-Una cosa a cambio de otra, es lo más justo-le dije
-Sabes que yo no soy un hombre de justicia-me dijo
-No hace falta que me lo jures-dije
-Te unirás a mí sin más-me dijo
-Soul Calibur a cambio-le dije
-No-me contestó
-Si no hay Soul Calibur olvídate de que me una a ti-le dije
-No creo que te convenga-me dijo. Sacó un saquito de debajo de la cota de malla y me lo enseñó.
-¿Qué es eso?-le pregunté con la mirada fija en el saco.
-Una cosita que nos permitirá ver, sobretodo a ti, a nuestros queridos amigos-me dijo con una sonrisa en la cara. Cogió una antorcha que colgaba de la pared y echó los polvos que contenía el saco en la llama. Esta creció un segundo y luego se volvió transparente. Al cabo de un rato pude ver el Castillo de Viena en el interior de la llama. Era como una bola de cristal.
-Esto es lo que está pasando ahora en el castillo, ¿te apetece ver a tu amor?-me preguntó. Hizo un movimiento con la mano y la imagen que mostraba la llama cambió. Vi a todo el grupo en el patio de armas. Vi a Siegfried luchando contra Ike. Supuse que sería un entrenamiento.
-¿Alguien ha visto a Irina?-preguntó Darky. En ese momento Siegfried e Ike dejaron de luchar.
-No, desde que se fue al pueblo no he vuelto a verla-dijo Jin
-¿Creéis que puede haberle pasado algo?-preguntó Siegfried. Noté preocupación en su voz.
-Yo la he visto en el mercado hace un rato-dijo Achlys, la cual había aparecido de la nada.
-¿Estaba bien?-preguntó Siegfried
-Sí, me dijo que iba a tardar más de lo esperado porque no sabía que daga comprar-dijo ella con voz de ángel, como si no hubiera roto un plato en su vida. "Mentirosa" dijo Devil con ira.
-Bueno, espero que no tarde mucho-dijo Siegfried volviendo a la batalla.
-No temáis, seguro que vuelve esta tarde-dijo ella. Al segundo me miró. Me sorprendí mucho al mismo tiempo que me asusté al ver que me miraba fijamente a los ojos. Rozó la empuñadura de su daga y sonrió. "La muy guarra sabe que la estamos mirando" dijo Devil con enfado. En ese instante la llama volvió a la normalidad. Barbaros dejó la antorcha en su sitio y se acercó a los barrotes. Los cogió con sus manos.
-Dime Irina, ¿te unirás a mí o no?-me preguntó. Suspiré abatida. Estaba entre la espada y la pared. No tenía más opción.
-Sí...-dije tímidamente.
-¿Qué has dicho? No te he oído bien-me dijo
-Sí-dije con voz clara
-¿Sí qué?-me preguntó sacándome de mis casillas
-¡Sí me uniré a ti a cambio de nada!-dije
-¡Ese es el espíritu!-me dijo sonriente
-Me arrepentiré toda mi vida...-dije cabizbaja.
-Partiremos en una hora-me dijo
-¿Partir adónde?-pregunté levantando la cabeza y mirándole.
-Nos vamos a Viena-me dijo sonriendo. Se rió y se marchó.
-No...-dije agachando la cabeza. En ese momento una lágrima recorrió mi mejilla derecha.
-No quiero hacerle daño a nadie-dije. "No temas, tengo una idea para no sufrir muchos daños" me dijo Devil
-¿Qué idea?-pregunté. "Ve a por Ike" me dijo
-No entiendo-dije intentando secar mis lágrimas. Me fue imposible ya que las cadenas apresaban mis manos por encima de mi cabeza y casi no me dejaban moverme. "Si te vas a por Ike te será imposible hacerle daño, Ike es un gran espadachín y no es muy amigo tuyo, así que no tendrá problemas en luchar contra ti, como se cubre tan bien y tú eres también buena guerrera, no os haréis daño mutuamente" me dijo Devil
-¿Por qué tengo que luchar?-pregunté. "Seguramente el viejales ese te estará vigilando de cerca para ver que atacas a matar, así que habrá que darle realismo a la cosa" me dijo
-Es una buena idea-dije. "Esperemos que no te obligue a luchar contra Siegfried" me dijo Devil
-Eso espero...-dije algo desanimada y angustiada. "Será mejor que durmamos un poco, hoy será un día duro" me dijo.
-Estaría bien, lo malo es que en esta postura me va a ser complicado-dije mirando los grilletes que me apresaban las manos con fuerza. "El sueño puede con todo" me dijo.
-Eso es verdad-dije. Me acomodé como pude, cerré los ojos e intenté serenarme. Al cabo de un rato me dormí. Me desperté con el sonido de la celda al abrirse. Miré a ver quién era y vi a Barbaros entrando en la celda.
-Buenos días bella durmiente-dijo mientras se acercaba a mí. Me fijé en que llevaba algo en la mano. No pude distinguir qué era. Cuando estuvo cerca de mí intentó tocarme la cara, hice un movimiento brusco para alejarme de él.
-Cálmate, solo voy a quitarte los grilletes-me dijo
-No es por nada pero los grilletes están en mis manos no en mi cara-dije enfadada.
-Buena observación-dijo sonriendo mientras cogía mi mano derecha.
-¿No tienes miedo de que, al liberarme, me escape?-le pregunté mientras metía la llave en la cerradura del grillete.
-Sé que no lo harás, puesto que la vida de tu amigo depende de si te portas bien o no-me dijo liberándome la mano derecha. Le lancé una mirada de odio. Me liberó de los grilletes y me puse en pie.
-Bien Irina, vamos al patio de armas-me dijo. Me cedió el paso y ambos salimos de la celda. Me guió hasta el patio de armas. Me di cuenta de que todo estaba desértico. Solo había una persona encapuchada, la cual al vernos se acercó a nosotros.
-Irina, te presento a tu nuevo compañero-me dijo Barbaros. El hombre se quitó la capucha. Pude reprimir una exclamación de puro milagro.
-Te presento a Dark Knight-dijo Barbaros
-Encantado Diosa de la Guerra-dijo ese hombre. No daba crédito a mis ojos.
-Bien, no os mováis de aquí, voy a por los caballos-dijo Barbaros. Este dio media vuelta y se marchó a la cuadra. Cuando cerró la puerta me dirigí hacia el tal Dark Knight
-¿Qué haces aquí Isma?-le pregunté sorprendida
-¿No te alegras de verme?-me preguntó.
-Claro que me alegro-dije abrazándome a él.
-Ten cuidado, no vaya a ser que Barbaros nos vea-me dijo Isma separándose de mí
-¿Cómo sabías que estaba aquí?-le pregunté
-Cuando Achlys nos dijo que la habías visto en el mercado comencé a sospechar-me dijo
-¿Por qué?-pregunté
-Si te la hubieras cruzado en el mercado la hubieses matado-me dijo
-Eso es verdad. Es una espía, por eso me sentía tan mal cuando estaba a mi lado-le dije
-Lo sé, se intenta arrimar a Siegfried pero este es listo y no se deja-me dijo
-Me alegra saber que no se deja engatusar-dije
-Te ama solo a ti-me dijo
-Lo sé-dije acordándome de la noche anterior.
-Cuidado, ahí viene-dijo Isma volviendo a su papel de hombre malvado. Al poco rato Barbaros estaba a nuestro lado con un par de caballos.
-Tú monta en el negro-me dijo. Me dio las riendas del mismo. Acaricié el cuello del caballo y noté maldad en su interior. Me monté en la silla de un salto. Barbaros se montó en el otro.
-Dark Knight, tú irás a pie para atacarlos por sorpresa-dijo Barbaros
-Sí, Mi Señor-dijo Isma haciendo una reverencia. Al instante se puso a correr y desapareció entre los árboles del bosque de enfrente del patio de armas.
-Vámonos a Viena-dijo Barbaros. Puso a su caballo al galope y el mío, sin que yo le dijera nada, se puso a galopar tras Barbaros. Al poco rato de estar galopando nos detuvimos. Me fijé en que nos habíamos detenido en un claro del bosque.
-¿Qué pasa?-pregunté
-Cállate-me dijo secamente. Me enfadé pero no dije ni hice nada. Barbaros cerró los ojos y elevó las manos hacia el cielo, como esperando un milagro. "¿Qué estará haciendo?" preguntó Devil. "No tengo idea" contesté. En ese instante el cielo se nubla. Miré hacia arriba y vi una especie de agujero negro. Antes de que me diese cuenta estaba siendo absorbida por el agujero. Cuando abrí los ojos vi que estaba frente a la entrada del pueblo de Viena.
-Venga, levántate-me dijo una voz. Miré tras de mí y vi a Barbaros en pie. Me miré y vi que estaba tumbada en el suelo boca abajo. "Menudo aterrizaje" pensé mientras me ponía en pie. Sacudí el polvo de mi traje y miré al castillo en lo alto de la colina. Vi que en parte estaba destruido, algunas almenas ardían y el olor a sangre impregnaba el ambiente.
-Bien Irina, quiero que vayas al castillo y que mates a uno de tus compañeros, me da igual el que elijas-me dijo mientras desenvainaba una espada de plata y se acercaba a mí
-Te estaré vigilando Irina, si veo que no haces lo que te he ordenado mataré a tu novio-me dijo dándome la espada. La cogí con rabia por no poder darle un buen porrazo y con miedo por si mataba a Siegfried.
-Nos vemos más tarde-me dijo sonriendo. Dio media vuelta y se marchó. Envainé la espada en mi cinturón. Me giré y me quedé mirando las puertas que protegían el pueblo y que daban acceso al interior de la muralla. Las puertas estaban tiradas en el suelo. Me acerqué a las mismas y vi que tenían marcas de garras, dientes y espadas.
-¿Quién puede haber echo esto?-me pregunté en voz alta mientras me ponía de cuclillas frente a una de las puertas. "Seguramente los Demonios esos que nos capturaron" me dijo Devil
-Es lo más probable-dije pasando mi mano izquierda por las marcas de la puerta. "Bueno, vamos a por Ike" me dijo
-Sí, cuanto antes vayamos antes volvemos-dije poniéndome en pie. Me puse a caminar por las calles del pueblo. Casi todas las casas estaban destruidas y algunas eran devoradas por las llamas. La gente huía despavorida. Era una escena horrible pero a mi parte malvada le encantaba ver el sufrimiento ajeno y la destrucción de un reino. Me puse a correr para llegar más rápidamente a las puertas del castillo. Corrí durante un rato hasta que estuve a los pies de la colina sobre la que se alzaba el castillo, el cual estaba siendo asediado por Demonios. Abrí las alas y volé hasta el campo de batalla, el cual se encontraba alrededor del castillo. Al llegar vi a todo el grupo luchando contra los Demonios.
-¡¡Irina!!-gritó una voz. Miré a mi izquierda y vi a Ike corriendo hacia mí.
-Aquí está-dije en voz baja. Una vez Ike estuve frente a mi se detuvo para recuperar el aliento.
-Menos mal que estáis aquí Irina, estábamos preocupados-me dijo. No contesté.
-¿Qué ocurre Irina? Ayudadnos por favor-me dijo. Me alejé de él un par de pasos.
-¿Qué hacéis Irina?-me preguntó sorprendido. Desenvainé la espada que me dio Barbaros y le apunté.
-Lo lamento pero debo mataros-le dije. Ike se me quedó mirando con cara de besugo. Parecía que había visto un fantasma pues estaba algo pálido y tenía los ojos muy abiertos.
-¿Por qué Irina?-me preguntó
-No tengo más opción-dije mientras él desenvainaba su arma.
-¿Por qué no tenéis opción?-me preguntó
-Si vos no morís lo hará Siegfried, lo lamento pero no puedo consentirlo-le dije
-Entiendo-me dijo
-Lo siento Ike-le dije
-No cantéis victoria, pretendo salir vivo de esta aventura y, creedme, lo haré-me dijo con voz firme y decidida. Al segundo nos lanzamos el uno a por el otro. Luchábamos como si fuéramos enemigos de toda la vida. Yo le hería pero él a mi también, así que estábamos en empate. Estuvimos un rato luchando a muerte. Llegó un momento en el que ambos estábamos agotados y nos dimos una pequeña tregua para descansar y recuperar el aliento. Estábamos a un par de metros de distancia. "¿Qué puedo hacer? Si lo mato no me lo perdonaré y si él me mata dejaré solo a Siegfried" dije. "No lo sé, llevo pensado un rato en cómo podemos escapar de esta encerrona pero no se me ocurre nada" me dijo Devil. "Supongo que habrá que luchar hasta que uno caiga" dije. "Es la única opción que veo" me contestó
-Irina...-me dijo Ike. Le miré a los ojos.
-¿Qué ocurre Ike?-le pregunté
-¿Por qué queréis matarme?-me preguntó
-Ya os lo he dicho, si vos no morís lo hará Siegfried, le amo demasiado como para dejar que muera-le dije. Ike rió un poco. Noté amargura y melancolía en esa risa.
-¿De qué os reís?-le pregunté.
-Yo estuve a punto de morir por querer proteger a mi padre-me dijo
-¿Qué le ocurrió?-pregunté
-El Caballero Negro le mató delante de mí-me dijo
-¿Venganza?-pregunté
-No lo sé...-me contestó
-¿Por qué lo mató delante de vos?-le pregunté
-Mi padre me ordenó que volviese al castillo mientras él se iba a pasear por el bosque, hice caso pero antes de entrar al castillo di media vuelta y le seguí ya que algo me decía que algo no iba bien, cuando di con él vi que se estaba enfrentando al Caballero Negro, intenté ayudar a mi padre pero él no me dejó, quedó herido de gravedad tras una ardua batalla, pude llevarlo hasta el castillo pero murió al poco tiempo-me dijo
-Lo lamento Ike-le dije
-Lo he superado más o menos, solo me queda pendiente una cosa-me dijo. Noté sed de venganza en su tono de voz.
-Matar al Caballero Negro para vengar a vuestro padre-dije
-Exacto-me contestó
-Bueno, para matar al Caballero primero deberéis matarme a mí-le dije
-Así lo haré-me dijo. Cuando íbamos a reanudar la batalla oigo un grito desesperado de dolor. Antes de que me diera cuenta una espada enorme cae a mi derecha. Eché un vistazo rápido y vi que era la Réquiem de Siegfried. Mi corazón comenzó a latir con fuerza.
-Irina...-dijo Ike. Le miré y vi que estaba mirando al cielo. Miré en la dirección en la que él lo hacía y vi a un monstruo gigante.

Me fijé en que tenía algo en las manos. Miré bien y vi que era una persona, era Siegfried. Este se retorcía de dolor y gritaba ya que el monstruo le apretaba entre sus manos. Si alguien no hacía nada Siegfried moriría aplastado. ¿Qué debía hacer? ¿No hacer nada y dejar que muriese a manos de ese bicho o salvarle y arriesgarme a que Barbaros lo matase después por haber desobedecido sus órdenes?...

24 comentarios:

  1. que misterio es lo del final que decidira y por casi mata al emperador por una espia que no sabia que lo era y como Ismael pudo infiltrarse si barbaros sabe quien son los camaradas de la diosa guerrera

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  2. Hey! tu tambien me robas el comentario òó, mira loka, Ike NO VA A MORIR, No seran amigos del alma, ¿Pero matarlo?, que despiadadas cosas se te ocurren, y solo por... Sigfried, agh, dame un mes y te consigo algo mejor, el principio estavan en "pelotas", es la verdad esto es lo que yo digo, "Si tu sales en pelotas, va a ser desagradable para ti y para el publico, y talves ya no quieran venir a ver lo que tengas que ofreser. Y Ike no va a morir... Esero... o vooy a tu pais y me encargo personal mente de eso xD.

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  3. de mola Ike, te mola Ike, te mola Ike, confiésalo!! te gusta Ike y por eso no quieres que lo mate ¬¬ que se te ve la pluma!!! xD

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  4. Mugre loka! prefiero a Link, pero ya me lo robaron, asi que prefier a su copia!!

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  5. xD, ok, ya te dije que llamaré a Darky en cuanto pueda, pero no creo que Zelda te deje a Link...
    xD

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  6. Aaa, con unas buenas pataditas me la cargo xD.

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  7. xD, que Zelda es dura de pelar en lo relacionado con Link, yo que tú tendría cuidado que una mujer celosa es MUY peligrosa...

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  8. .... Ella nunca a peleado con el!!:..

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  9. Zelda con Link? si se aman como se van a pelear?? no sé si te acuerdas pero Link estuvo a punto de palmarla, normal q ahora no se separen ni para ir al baño y mucho menos dejar a Link a su rollo con otra...

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  10. Jajaja xD, ya e dicho que me quedo con Darki!... claro vercion Twilight.

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  11. ok, Darky dice que te invita a cenar mañana a un restaurante caro pero que pagas tú porque él está sin blanca porque apostó no sé qué con Jin
    xD

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  12. Jajaja, tas loka!, y cual restaurante?

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  13. dice que lo elijas tú y que le envíes la dirección para que lo busque en el Google Maps

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  14. xD, creo que lo mejor es dejarlo que me va a explotar la bandeja de entrada del Hotmail con tanto mensaje...

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  15. Jajaja, que bueno, Ummm... un Toks!

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  16. tardaré un poco más de lo pensado en escribir el próximo capítulo, lo siento...

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  17. ... Aaa... pff... que mal... queria leer...

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  18. cuando sacaras el siguiente

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  19. estoy en ello, el problema es que casi no tengo tiempo e inspiración pero haré lo que pueda ya que un buen amigo mío me ayuda un poco y me echa una mano, así que no creo que tarde mucho pero igualmente no os hagáis ilusiones...

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  20. ... Yo estoy muy inspirada!!! Te ayudaria si me dejaras, y no dijeras que estoy chalada... Y por fin aprendi a teclear sin ver el teclado!!

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  21. xD, veo que estás lanzada. Yo digo que estás un poco pa' llá pero nada más, ¿tú no sabes que no existe lo raro (ni lo chalado) sino lo diferente? (frase por cortesía de un gran amigo)
    dime tus ideas (por caballow) y yo ya las valoraré y veré si son buenas o no...

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  22. Ok... en lo que sesa que acabas de decir... Entonces yo soy muy rara!! xD

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  23. lo siento, sé que estoy tardando de más. Tengo un problema de inspiración y tiempo así que este capítulo va para muy largo, lo lamento...

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