sábado, 5 de noviembre de 2011

Capítulo 33: La Alianza Del Mal

Poco a poco, todos fueron recobrando la consciencia. Yo no aparté la vista del edificio, había algo en su interior que me hacía sentir débil y delicada.
-Veo...-comenzó a decir Micaiah. Aguardamos en silencio mientras ella veía algo y, por la expresión de su rostro, no muy esperanzador.
-¿Qué has visto Micaiah?-preguntó Sothe
-Era Zelda, estaba encerrada junto con otra mujer...-. Nero y Link se interesaron mucho en lo que iba a decir a continuación.
-Ambas estaban encerradas en una celda envuelta en un aura rojiza, flotaban en el aire mientras sentía como sus vidas se apagaban-.
-¿Sus vidas se apagaban?-se exaltó Nero apretando el puño de su mano endemoniada.
-Calma muchacho-le toqué el hombro,-sea como sea hay que entrar y sacarlas de ahí, eso de que su vida se apaga no me gusta nada-confesé. Me giré y miré de nuevo el edificio. Esa sensación de peligro volvió a abordar mi mente pero algo en mi interior me dijo que tirara para adelante, como buena diosa que era. Suspiré y di un paso al frente mientras pensaba con rapidez.
-Está bien, tengo una idea mitad ingeniosa mitad corazonada-
-Miedo me da-se burló Jin para quitarle hierro al asunto
-Dante, no te conozco de nada pero por lo poco que he visto me he dado cuenta de que no eres normal, sin ánimo de ofender-sonreí
-Él siempre fue un poco subnormal, no temas decir la verdad-dijo Lady sarcástica
-Qué graciosa...-Dante acomodó a la mujer del pelo negro en sus brazos, -¿qué quieres que haga?-preguntó. Miré a mi alrededor y decidí rápidamente los que entraríamos y los que se quedarían fuera.
-Dante, Trish, Nero, Lady, Isma, Link y Darky...os venís conmigo, los demás quiero que os quedéis fuera vigilando-dictaminé con decisión
-¿Estás segura Irina?-dudó Siegfried
-Sí, totalmente-
-Como desees, pero ten cuidado-se acercó a mí
-Sabes que siempre tengo cuidado, aunque sea una cabra loca-reí.
Siegfried no añadió nada más, solo me besó. En ese instante de amor incondicional, algo atacó a Volug por la espalda, este fue capaz de esquivar el golpe a tiempo. Me separé de Siegfried rápidamente mientras miraba a mi alrededor, vi aparecer a unos caballeros de armadura blanca.

-Son ellos...-Trish sacó sus pistolas
-¿Ellos?-pregunté
-Los demonios que me secuestraron, qué alegría volver a verlos-sonrió Dante
-Debemos entrar a por Zelda-dijo Link haciendo caso omiso de la amenaza que representaban los demonios.
-Estoy de acuerdo con el niño de verde-anunció Nero
-Link, si no os importa-
-Nosotros os cubriremos, vosotros entrad en la fortaleza-Mitsurugi desenvainó su katana, preparándose para la batalla, -veamos si los demonios son un rival digno para mí-sonrió
-Ve con ellos, ten cuidado-le susurré a Siegfried. Este me miró y asintió mientras me acariciaba. Al segundo se puso en fila con los demás y desenvainó su arma. Soul Edge brillaba con fuerza, ansiosa por una buena batalla.
-¡Vamos!-ordené al grupo de siete que había convocado, algo me decía que debía llevármelos a ellos y a nadie más.
Dante dejó a la mujer del pelo negro, con mucha delicadeza, apoyada en la pared de la fortaleza y le acarició el pelo.
-Lucha un poco más, te lo ruego-susurró muy bajo, aunque mi oído de lobo pudo escucharlo. Entramos en el edificio rápidamente mientras el resto del grupo luchaba contra los demonios de armadura blanca.
-¿Y ahora qué?-cuestionó Isma mirando a su alrededor
-Isma: tú, Lady y Nero quiero que busquéis al hombre que nos atacó en el laboratorio subterráneo-ordené
-Agnus...-noté sed de venganza en la voz de Nero, -estaré encantado de matarle-
-Link, quiero que busquéis a Zelda-
-Lo haré-decidió con firmeza
-Dante, Trish y yo iremos en busca del jefe de este lugar-
-Sanctus, es un vejestorio pero da mucho por el culo-aclaró Dante
-¿Y yo Irina?-preguntó Darky
-Siento en mi interior que debo mandarte ir a por Ganon pero...-
-No importa-interrumpió, -iré y venceré, te lo prometo-apretó el puño con ira.
-Confío en ello-le acaricié el pelo que asomaba bajo el gorro con una sonrisa en los labios
-Una vez terminemos nuestro cometido ¿qué haremos?-preguntó Lady
-Volved aquí y esperadnos, si veis que no aparecemos marchaos con los demás-aclaré, -¿alguna otra duda?-
Hubo un corto silencio.
-En marcha pues, suerte a todos y mucho cuidado-advertí. Nos dividimos en los grupos acordados y salimos en busca de nuestros objetivos.
Mi grupo y yo caminamos durante unos largos minutos, buscando sin parar el paradero de Sanctus, pero sin éxito.
-¿Cómo se encuentra?-preguntó, de repente, Trish
-Está débil, si no consigo romper ese collar morirá-Dante quedó cabizbajo
No dije nada ya que no tenía idea de lo que hablaban pero algo me decía que se referían a la mujer del pelo negro.
-Seguro que se recupera, es muy fuerte-
-Lo sé, pero ahora depende de mí-
Me paré en seco, obligando a los dos a detenerse.
-¿Ocurre algo?-preguntó Trish
-Siento que alguien nos aguarda tras esa puerta-señalé la misma, la cual estaba frente a mí.
-Entonces vamos, tengo prisa-Dante se puso a caminar hacia la puerta y la abrió con desparpajo. Entramos en la sala y vi un hombre mayor jugueteando con un collar en forma de lágrima. Por unos segundos la tortura a la que me sometió Iska cruzó mi mente.

-Hola hijo de Sparda, volvemos a vernos-dijo el viejo
-Nunca te cansas de recibir hostias ¿verdad?-Dante sacó sus pistolas, listo para la batalla.
-Cuida tu lengua jovencito, te recuerdo que la vida de tu amiga está en mis manos-señaló el colgante con una sonrisa en la cara. Dante se aguantó la ira que inundaba su ser poco a poco.
-Vaya, la Diosa de la Guerra, todo un honor conoceros al fin-me miró
-No sé quién eres pero no me gustas nada-desenvainé Soul Calibur, lista para la batalla.
-Serás de gran ayuda en mis planes-sonrió
-Los carcas como tú deberíais estar en casita tranquilitos, sin sobresaltos-Dante le apuntó con sus armas.
Un segundo más tarde abrió fuego a una velocidad vertiginosa. Sorprendentemente, el viejales quedó intacto.
"Tiene un aura de protección, no podremos rozarle siquiera" pensé.
-Tienes una mente prodigiosamente rápida y avispada, me encanta-sonrió
-Muy halagador, es una pena que no seas mi tipo-me burlé sin bajar la guardia
-Y además tiene sentido del humor-
-Basta de cháchara, dame el collar-Dante se puso serio, más de lo que me pude imaginar.
-Si tanto lo deseas, ven y cógelo por la fuerza-el viejales hizo desaparecer el collar, supongo que para mantenerlo alejado de las manos de Dante. 
Este, sin mediar palabra, se lanzó a por el viejo con espada en mano. Yo y Trish le seguimos.
Nuestra forma de atacar era sencilla, Trish le disparaba con las pistolas y yo y Dante golpeábamos la barrera que lo protegía pero resultaba casi imposible quebrarla, casi...
"Tal vez si consigo despistarle y atacarle por la espada con ese conjuro..." pensé rápidamente mientras esquivaba uno de sus ataques.
Aproveché el momento en el que Dante le atacaba de frente para ejecutarlo pero algo en mi interior me habló.
-Darky...-susurré. Envainé mi arma y salí corriendo de la sala, dando la espalda a la batalla.
Corrí y corrí todo lo que mi corazón me ordenó hasta que me detuve frente a una puerta. La abrí de golpe y vi que Darky estaba arrodillado frente a Ganon, este tenía su espada en la mano. Pensé que lo mataría.
-¡¡No!!-grité, llamando así su atención. Ambos me miraron y el Señor de las Tinieblas me miró sonriente.
-Mira quién ha venido Darky, ¿por qué no le das la bienvenida?-
Darky se puso en pie, desenvainó su arma y se encaminó hacia mí.
-¿Darky qué...?-no pude acabar. Me lanzó la espada la cual rozó mi hombro derecho, haciéndome un corte superficial. Me alejé y miré fijamente a mi amigo.
-¿Qué te parece Irina? Dark Link vuelve a sus orígenes-rió Ganon
-No puede ser...-desenvainé Soul Calibur con el corazón en un puño. Darky era mi amigo y no deseaba herirlo pero no había más opción si quería salir con vida...
-Darky...-
Este le miró, esperando una orden.
-Mátala...-sonrió
Me quedé pasmada, no seria capaz de hacerme daño, o sí...
Mientras me debatía interiormente acerca de lo que le pasaba a Darky, me atacó con su espada. Logré esquivar el golpe pero de puro milagro.
-Darky, te lo pido por favor, vuelve en ti-supliqué. No quería hacerle daño.
-Te...mataré-apretó la empuñadura de su arma. Había dolor en su mirada.
Volvió a atacarme pero esquivé fácilmente. Estuvimos así un buen rato, yo no le atacaba por temor a herirle, solo esquivaba para cansarlo, cosa que logré al poco tiempo.
-¡¿A qué esperas necio?! ¡¡Mátala!!-gritó Ganon fuera de sí.
Darky se detuvo a recuperar el aliento, apoyó la punta de la espada en el suelo para no cargar con ella.
-Darky, amor...-me acerqué unos pasos. Él elevó la cabeza y me miró fijamente a los ojos.
-Alé...jate...-
-Suelta la espada por favor, soy yo Irina-me miró extrañado
-¿Irin...a?-
Yo asentí y, para no parecer enemiga, solté la espada y la dejé caer al suelo.
-Soy Irina, soy tu amiga-me acerqué un par de pasos más.
Darky se incorporó totalmente sin dejar de mirarme.
-Irina-dijo con firmeza
-¿Sí Darky?-pregunté con amabilidad y voz dulce
-Lo siento, yo...no sé qué...-antes de terminar cayó desplomado al suelo.
-¡Hija de...!-Ganon me lanzó una bola de energía y me mandó a volar por los aires. Caí al suelo de espaldas, por lo que me hice daño. Intenté incorporarme pero puso un pie en mi pecho y seguidamente pisó mis manos.
-Lo siento Irina, tu viaje termina aquí-alzó su espada, apuntándome al corazón. Esa espada era una espada de luz usada para el Mal por lo que no sabía si podría matarme, pero dejarme inconsciente seguro.
Cuando iba a clavármela algo se abalanza sobre su espalda. Ganon soltó el arma e intentó liberarse del que le atacó. Me puse en pie y cogí la Soul Calibur.
Miré la batalla entre Ganon y...
-Darky-me sorprendí. Ambos forcejearon hasta que Darky cayó al suelo agotado. Ganon le dio un golpe muy fuerte en la cara y Darky quedó aturdido. Le agarró por el cuello, lo elevó del suelo y empezó a asfixiarlo.
-¡Suéltale!-ordené. Salí corriendo y le atravesé con la Soul Calibur. Soltó a Darky entre gritos. Se giró y me miró.
-Volveré-
Elevó sus manos y desapareció en un aura oscura. Envainé la Soul Calibur y miré a Darky. Estaba tendido en el suelo, respiraba forzosamente y tenía una herida en el labio. Me acerqué a él y me arrodillé a su lado.
-Irina...yo-le puse una mano en el pecho
-No pasa nada, recupera el aliento-sonreí. Después de varios minutos descansando, le ayudé a sentarse. Me miró y quedó cabizbajo
-Lo siento-noté arrepentimiento en su voz
-No temas Darky, no eras tú-le abracé
-¿Me perdonas?-
-Claro que sí bobo, ¿estás bien?-me separé de él y le examiné la herida del labio
-No es nada, me pondré bien-sonrió.
-Vámonos de aquí, cada vez me gusta menos este lugar-nos pusimos en pie.
Salimos de la sala y caminamos durante unos minutos hasta dar a la sala principal. Vi que todos lo demás estaban allí. Link con Zelda; Nero con una mujer en brazos, seguramente esa tal Kyrie; Dante y Trish e Isma y Lady. Todos parecían estar bien.
-Ya nos íbamos sin vosotros-rió Isma
-Calla anda, que hemos tenido una odisea-nos acercamos a ellos
-¿Por qué te fuiste en mitad de la batalla?-Dante parecía enfadado
-Perdona, sentí que mi amigo estaba en peligro y no iba a dejarle de lado-
-Si no llega a ayudarme probablemente hubiera muerto-Darky argumentó mi disculpa
-Sea como fuere, ¿conseguiste lo que querías?-
-Sí, ya lo he roto-Dante se puso a caminar hacia la salida
Le miré un tanto extrañada mientras se alejaba pero no dije nada. Todos salimos de aquel lugar.
Al salir el sol me acarició la cara y una suave brisa movió mis cortos cabellos. Respiré profundamente al ver que no había rastro de los demonios que nos atacaron a la entrada.
-Irina-la voz de Siegfried sonó cercana. Miré a mi izquierda y vi a este acercándose.
-Hola-le abracé
-¿Ha ido todo bien?-
-Sí, pero eso de que Ganon haya llegado a este mundo no me gusta-le apreté más contra mí
-Si se juntan dos mundos podría ser peligroso-aclaró Jin
-¿Cómo de peligroso?-se interesó Micaiah
-Mucho. Sería como una alianza del mal, además, si viajan de un lado a otro podrían romper las líneas que separan el tiempo-suspiré derrotada.
-No pasará nada, por lo demás ¿fue todo como pensabas?-insistió Siegfried
-No, no hemos encontrado a Devil, yo al menos no-me separé de él y miré al suelo
-No temas, seguro que está bien-me acarició
-Sí, estoy bien-dijo una voz femenina. Miré a la derecha y vi a la mujer que Dante cargaba.
-¿Nos conocemos de algo?-me sorprendí
-¡Claro que nos conocemos!-rió
La miré con extrañeza, no sabía quién era.
-¡Soy yo! ¡Devil!-

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