jueves, 18 de agosto de 2011

Capítulo 30: El Secreto De Devil

-Irina-dijo la voz suave de Siegfried.
Abrí los ojos lentamente mientras sentía sus manos sobre mis hombros. Lo primero que vi fue su sonrisa.
-Hola-susurré
-Buenos días, ¿cómo estás?-
-Bien, me siento muy bien al verte de nuevo nada más despertarme-sonreí
-Estaba mirando el cielo y me preguntaba si te apetecería dar un paseo por el pueblo-
-Me encantaría-
-Entonces vamos, te invito a desayunar fuera-
Me incorporé rápidamente y le acaricié.
-¿Te ocurre algo? Pareces triste-comentó
-Estoy bien, vamos a pasear-me puse en pie. Tardé muy poco tiempo en vestirme y salir por la puerta agarrada de la mano de Siegfried.
Llegamos al pueblo y estuvimos paseando durante un buen rato hasta que llegamos a una posada donde nos dieron de comer. Desayuné como hacía mucho que no había desayunado. Me sentía feliz por tenerle al lado de nuevo. Después de comer salimos a disfrutar del maravilloso día de sol que hacía. Estuvimos caminando hasta que un cartel colgado de una puerta me llamó la atención
-Mira ese cartel, vamos a ver qué pone-dije. Tiré del brazo de Siegfried y lo "arrastré" hasta el cartel el cual decía:

-Es algo extraño lo que dice, ¿no crees?-preguntó Siegfried
-Pues sí, no entiendo qué quiere decir-. En ese instante sentí algo en mi interior. "No puede ser..." dijo Devil, la cual no había dicho nada desde hacía un mes. Me quedé muy extrañada con su reacción.
-¿Qué ocurre Irina?-
-Devil ha hablado, lleva un mes sin decir nada-
-¿Desde lo del Velo?-
-Sí-. En ese instante sentí un dolor muy agudo procedente de mi interior. No pude reprimir las ganas de echarme hacia delante.
-¡¿Irina qué te ocurre?!-dijo mientras me cogía con sus manos.
-Devil, ni se te...ocurra-sentía como mi diabólica amiga se apoderaba de mi cuerpo sin consentimiento.
-Irina-
-A...gárrame-al instante caí desmayada.
Me desperté rápidamente antes de caer al suelo. Me incorporé y clavé los ojos en el cartel que había colgado de la puerta.
-La Orden de la Espada...-
-¿Devil qué ocurre?-preguntó Siegfried
-Tenemos que ir allí-
-¿Allí dónde?-
-Hay que avisar a los demás-. Sin decir nada más salí corriendo hacia el castillo. Escuché como Siegfried corría tras de mí. Tras una carrera frenética llegué al castillo, abrí las puertas de par en par y corrí hacia la sala de reuniones. Vi que allí solo se encontraban Ike y Soren, estaban mirando un mapa
-¿Ocurre algo Irina?-preguntó Ike
-Si no sabes diferenciarme a mí de Irina mal vas-
-Disculpadme Devil-
-¿Dónde están los demás?-
-No sabría deciros-
-Reunidlos a todos aquí-
-Pero...-
-Estaré de vuelta en cinco minutos, si no estáis aquí todos para entonces podéis ir despidiéndoos de la Diosa de la Guerra, porque me largaré sola-amenacé
-Como deseéis Devil-. Asentí y salí de la sala. Me crucé con Siegfried en el pasillo pero pasé de largo.
-¡Devil!-me agarró un brazo
-¿Qué te pasa?-me giré para mirarle
-¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué te apoderaste así de Irina?-
-Eso no te incumbe-
-Devil, no sé que es lo que pasa pero por favor dime una cosa, ¿Irina está bien?-
Hubo un corto silencio, por un momento me acordé de...él
-Sí, Irina está bien-
-Si puedo ayudarte en alguna cosa, dímelo por favor-
-De acuerdo-me soltó el brazo
-¿A qué te referías con eso de ir allí?-
-Ya lo descubrirás, ahora ve a la sala de reuniones, ahora hablamos-
-Como quieras-. Él se fue a la sala y yo salí al patio de armas. Vi a casi todos los mercenarios y parte de la caballería real entrenando. Silbé con todas mis fuerzas y llamé la atención de todos.
-¡Ruego que todos vayáis a la sala de reuniones!-
Todo el mundo guardó sus armas y entró en el castillo.  Me dirigí hacia la galería de tiro con arco. Allí encontré a Darky, Rolf y Shinon.
-Hola Devil, ¿algún problema?-preguntó Darky tensando su arco
-Dejad los arcos, tenemos junta en la sala de reuniones-
-¿Y eso?-
-Luego te lo explico-. Todos dejaron sus arcos y se marcharon dentro de el castillo. Fui con ellos ya que los cinco minutos habían pasado. Al entrar en la sala de reuniones vi que todo el grupo estaba allí, hablando entre ellos.
-Hola, gracias por venir-
-No hay de qué, ¿de qué hay que hablar? Ya sabemos que tenemos que ir a Altea, a por el príncipe Marth, ¿qué más hay que saber?-preguntó Geoffrey
-No iremos a por Marth-
-¿Qué? ¿Entonces?-preguntó Lloyd
-Tendremos que ir a...otro lugar antes de ir a Altea-
-¿Y cual es ese "otro lugar"?-preguntó Ike
-No puedo contaros mucho ahora, pero es muy importante-
-¿Más que acabar con los Dioses Oscuros?-preguntó Xareni
-Sí-
-Yo me fío de ella-dijo Isma
-Pues ya somos dos-comentó Jin
-Tres-añadió Darky
-Cuatro pues-agregó Siegfried
-Gracias, me gustaría contar con la confianza de todos vosotros-dije
-Sabéis que así es, sois la jefa, nosotros solo obedecemos-comentó, de repente, Zelgius
-Os agradezco la sinceridad, pero yo no soy la jefa de nadie, Irina tal vez pero yo no-
-De acuerdo, como digáis-
-Necesito de verdad ir allí, es algo muy importante-
-Bien, partamos cuanto antes pues-anunció Jin
-Gracias a todos, de corazón-
-No hay problema, voy a preparar las cosas-.
Todos se marcharon a prepararse a excepción de Siegfried, este se acercó a mí.
-Devil, ¿va todo bien?-
-Sí, ¿por qué lo preguntas?-
-Has dado las gracias y no le has tirado los tejos a nadie-. No pude evitar reír.
-Yo...este asunto es un poco personal-me cogió las manos
-Cuenta conmigo para lo que quieras, eres como mi cuñada-sonrió
-Sí lo sé, gracias por tu apoyo-
-¿Lo que ponía ese cartel es tan grave?-
-Si es lo que pienso sí, la vida de un amigo podría correr peligro-
-De acuerdo, voy a prepararme-
-Bien, dile a los demás que os espero fuera-
-Vale, a tus órdenes jefa-bromeó. Soltó mis manos y se marchó. Estuve un rato en la sala, miré por la ventana y vi el montañoso horizonte.
-Espero que estés bien, no soportaría que te hicieran daño-
Estuve unos segundos contemplando la inmensidad de la Naturaleza, era tan hermosa y al mismo tiempo tan peligrosa...
Me dejé de tonterías y salí del castillo. Esperé durante unos minutos hasta que todo el grupo salió del castillo con sus equipamientos preparados.
-¿Estamos todos?-pregunté
-Sí, eso creo-dijo Ike
-Bien, voy a abrir un portal, ruego espacio-. Todos se alejaron de mí.
Me concentré y, con todo mi esfuerzo, pude abrir un portal hacia...allí. Era un portal espacio-temporal, como el último que cruzamos.
-Bien, vamos allá-. Cuando estaba a punto de cruzar un soldado se acerca a nosotros.
-¡Señor Siegfried!-
-¿Qué pasa soldado?-
-¿Qué vamos a hacer ahora sin emperador? ¡Necesitamos que se quede!-
-Lo siento pero yo no pertenezco a este lugar, no me voy a quedar-
-Pero, sin un emperador...-
-¡Nos da igual lo que le pase a este país, no volveremos nunca!-interrumpí
-Pero...-
-Ni pero ni pera, buscaos la vida-sin decir nada más crucé el portal.
Al abrir los ojos vi un edificio con un cartel de neón brillante en rojo:

-¿Dónde estamos?-preguntó Lloyd.
-Donde yo quería-dije. Eché a correr hacia la entrada del edificio. Vi que la puerta estaba abierta, desenvainé mi arma y me preparé para una posible batalla. Crucé la puerta y vi que el interior de la sala estaba muy revuelto, todo estaba patas arriba y había signos de que había dado lugar una batalla. Incluso con armas de fuego...
-¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué es este lugar?-preguntó Siegfried observando todo a su alrededor.
-Allí hay dos cuerpos-dijo Mitsurugi señalando dos personas. Me quedé de piedra al ver quienes eran. Envainé la espada y salí corriendo junto a ellas. Me arrodillé a su lado y comencé a sacudirla.
-¡Lady! ¡Lady despierta!-dije enérgicamente. No hubo respuesta. Hice lo mismo con la otra persona pero ambas estaban inconscientes
-¿Son amigas tuyas?-preguntó Sophitia mientras se acercaba a mí.
-Sí-
-Parece que aquí ha pasado un huracán, lo mejor será dejarlas descansar-sugirió Taki
-Está bien-cedí.
Estuvimos un buen rato esperando a que ambas recobraran la consciencia. Cuando ambas despertaron se pusieron a la ofensiva.
-¿Quiénes sois?-preguntó Lady apuntándome con su arma, una pistola
-Lady no pasa nada, suelta la pistola por favor-pedí
-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Eres otro demonio?-puso el dedo sobre el gatillo
-¿No habéis tenido suficiente con el ataque de antes?-preguntó la otra mujer
-¿Qué ataque? ¿De que hablas Trish?-
-Es avispada, sabe nuestros nombres-
-Claro que sé vuestros nombres, somos amigas-
-Nunca sería amiga de un demonio-Lady se dispuso a dispararme
-Soy yo...-
-¿Yo quién?-preguntó Trish mosqueada. Hubo un silencio corto pero incómodo. Ambas nos apuntaban con sus armas de fuego y todo el grupo estaba sorprendido a excepción de Jin, Isma y Darky, los cuales sabían el peligro que significaban las pistolas.
-Soy...Roxanne-confesé en voz baja. Ambas me miraron con los ojos como platos.
-No...no puede ser..pero si tú...-se quedó impactada Trish
-Lo sé, pero estoy de vuelta-
-¿De vuelta? ¿De qué hablas Devil?-interrumpió Siegfried
-Calla Siegfried, esto no va contigo-amenacé.
-¿Devil?-preguntó Lady extrañada
-Ya sabéis lo que les pasa a los que son como yo-
-Entiendo, pensamos que no volveríamos a verte-Trish guardó sus armas
-Yo también lo pensé, pero he vuelto después de tanto tiempo-
-Sí, años ha-
-¿Qué ha pasado aquí?-ambas se acercaron a mí
-Unos demonios nos atacaron-comenzó a decir Lady
-Tenían forma de armadura azulada, parecían...ángeles-añadió Trish
-¿Un demonio con forma de ángel? Eso sí que es raro-me extrañé
-Y lo peor es que...-
-¿El qué?-
-Se lo han llevado-confesó Lady. Me quedé pálida y un tanto aturdida
-¿Cómo que se lo han llevado?-
-No sabemos quién ha sido pero conseguimos arrancar esta parte de la armadura a uno de los demonios-Trish extendió su mano con algo azulado. Era un fragmento de armadura, tenía un símbolo extraño:

-¿Qué significa?-pregunté observando el símbolo
-Creemos que procedían de La Orden de la Espada-
-La Orden de la Espada...¿no decía algo así el cartel que vimos en...?-
-Calla-interrumpí a Siegfried
-¿Cartel?-se extrañó Lady
-No hagas caso, ¿y sabemos donde está su cuartel general?-
-Creemos que en el Castillo Fortuna, más allá de la cordillera y la floresta Mitis-comunicó Trish
-Entonces vamos allí-
-¿Estás loca Roxy? Es peligroso-reprochó Lady, -llevas mucho tiempo sin luchar-
-Dos cosas, primera: llámame Devil; segunda: si queréis venir hacedlo pero sino echaos a un lado y dejadme pasar pues estaréis en mi camino-dije secamente
Hubo un silencio medianamente largo, en el que todos intercambiaron miradas.
-Iré contigo-dijo Siegfried sin vacilar
-Gracias-le miré
-Todos nosotros estamos contigo-anunció Zelgius
-No permitiremos que vayas sola, además él también es nuestro amigo-dijo Trish
-Incluso algo más que un amigo ¿no?-pregunté
-Bueno...eh...yo-
-No temas, entiendo que necesitase compañía, además tú fuiste la primera-sonreí
-Si bueno, ¿podemos dejar el tema? tenemos trabajo-se puso a caminar hacia la puerta.
-Vale pero iremos a través de un portal, iremos más rápido así-
-Como quieras Rox...digo, Devil-
-Salgamos fuera, abriré otro portal-. Repetí la misma operación de antes y cruzamos todos juntos el portal que nos llevaría al Castillo Fortuna, donde supuestamente se lo habían llevado.
Nada más abrir los ojos vi que era de noche, me encontraba delante del Castillo Fortuna, lugar que me traía recuerdos.

-Menudo pedazo de castillo...-dijo la voz de Jin. Me giré y vi que todos habían cruzado ya el portal. Cerré este para evitar problemas espacio-temporales.
-¿Es aquí dónde había que ir?-preguntó Siegfried.
-Sí, vamos, debemos darnos prisa-comencé a caminar.
Al cabo de dar unos pasos sentí algo, me detuve al instante y observé mi alrededor.
-¿Ocurre algo Devil?-preguntó Darky
-Siento algo cercano...-
Antes de que pudiese decir nada más una luz negra nos rodea y nos cierra totalmente el campo de visión. Comenzó a dar vueltas a nuestro alrededor mientras levantaba un gran vendaval.
-¡¿Qué está pasando?!-preguntó Siegfried mientras se acercaba a mí.
-¡No lo sé!-berreé agarrándome a él para no perder el equilibrio. Cerré los ojos ya que el viento era tan fuerte que mi cuerpo me obligó a hacerlo.
Cuando los abrí de nuevo vi que estábamos en frente de la cordillera de Mitis, que lindaba con la floresta del mismo nombre.
-¿Dónde estamos?-preguntó con aturdimiento Nailah
-En la Cordillera Mitis, esa luz negra nos ha hecho retroceder, alguien quiere alejarnos del Castillo Fortuna-dije seriamente, con la mirada fija en la entrada de la cueva que atravesaba la cordillera.
-¿Y ahora qué vamos a hacer?-preguntó Astrid
-Tendremos que atravesar la cueva Mitis, es la única manera de volver al punto de partida-
-¿Es peligroso?-preguntó Micaiah
-No lo sé, nunca he estado en esta cueva, solo he oído hablar de ella-
-No hay más opción que entrar, si nos quedamos aquí podría ser más peligroso-comentó Jin
-Estoy de acuerdo, el truco consiste en no separarse-dijo Siegfried
-¿Y cómo vamos a ver ahí dentro? Es noche cerrada-protestó Shinon
-¿Y por qué no le pedís a vuestro amigo Soren que os alumbre con su hechizo ElFire?-pregunté sarcástica mientras caminaba hacia la entrada de la cueva, la cual era oscura y desprendía miedo al ambiente.
Todos pusimos rumbo a la entrada de la cueva. Antes de entrar Soren hizo el hechizo ElFire para alumbrar la parte trasera de la fila y yo, colocada al frente, alumbraba la parte delantera con la Soul Edge que, misteriosamente, Siegfried había recuperado. Al entrar todos sentimos un escalofrío recorriendo nuestro cuerpo de arriba a abajo. Caminamos todos juntos sin separarnos durante un rato hasta que, de repente, sentí algo bajo mis pies. Me detuve y miré el suelo pero no vi nada.
-¿Ocurre algo Devil?-preguntó Siegfried, el cual iba pegado a mí
-Siento que hay algo bajo nuestros pies pero no veo nada-
-¿No habrá ninguna trampilla verdad?-preguntó, inquieto, Rolf
-No creo Rolf, las cuevas no tiene trampillas-le calmó su hermano Oscar
-Lleváis razón Oscar, no hay motivos para creer eso-dije. Seguimos caminando durante un rato hasta que sentí como el suelo cedía. Intenté abrir las alas pero ya era tarde. Caí al piso inferior junto con todos los demás. Quedé tumbada en el suelo boca abajo. Escuché el gritar de Mist.
-¡¿Qué ocurre Mist?!-preguntó Ike con nerviosismo
-Eso es una...calavera...-se abrazó a su hermano.
-No temas, tranquila-. Me puse en pie y vi que estábamos metidos en una celda subterránea.
-¿Estáis todos bien?-preguntó Link mientras ayudaba a Zelda a ponerse en pie
-Sí-dijeron todos al unísono.
-¿Qué hace una celda bajo el suelo de una cueva?-preguntó Jin sacudiéndose el polvo de su chaqueta morada
-No lo sé, igualmente no me gusta nada-confesé
-¿Crees que es una trampa?-preguntó Siegfried acercándose a mí
-No lo sé, estoy algo confusa-
-Tal vez necesites un descanso-
-Tal vez...-suspiré
-Esta cerradura no es muy resistente, si me dais unos minutos podré abrirla-dijo Sothe examinando la cerradura.
-Os echo una mano-se ofreció Isma.  Ambos se acercaron a la puerta y se pusieron a hacer de las suyas.
-Oye Devil-Siegfried me agarró de los hombros.
-Dime-me giré para mirarle
-¿Te importaría mucho dejarme ver a Irina? Solo un rato mientras ellos abren la cerradura, por favor-rogó
-No tienes por qué rogar-sonreí-agárrame-.
Siegfried me cogió y dejé a Irina el control de su cuerpo.
Me desperté sentada en un suelo de tierra, sentí como alguien me acariciaba el pelo. Miré hacia arriba y vi a Siegfried.
-Hola, ¿cómo estás?-
-Me duele mucho la cabeza-me toqué la frente
-Devil me ha dejado hablar contigo un rato, solo hasta que Ismael y Sothe abran la celda-
-¿Celda? ¿Estamos presos?-
-No temas, no estamos en terreno enemigo-. Siegfried comenzó a contarme que Devil estaba muy exaltada no sé sabe exactamente por qué, que había dos mujeres nuevas en el grupo y que nos dirigíamos hacia el Castillo Fortuna para salvar a alguien.
-Esto ya está-Sothe abrió la puerta la cual cedió sin dificultades.
-Vaya, ahora que habías despertado-protestó Siegfried
-No te preocupes, volveré pronto-
-Te quiero-
-Yo a ti también-. Me besó en los labios y, mientras lo hacía, sentí como Devil volvía a salir a la superficie.
Desperté mientras Siegfried me besaba, le aparté de mí con brusquedad.
-Disculpa, eres muy guapo pero no eres mi tipo-me incorporé
-Perdóname pero me estaba besando con mi novia-
-No es culpa mía que compartamos cuerpo-me puse en pie y me dirigí hacia la salida.
-Gracias ladronzuelos-bromeé
Todos salimos de la celda y nos pusimos a caminar por la segunda planta de la cueva. Estuvimos una media hora caminando, no sabía por qué pero tenía la sensación de que andábamos en círculos.
-¿No os parece que hemos pasado por aquí más de diez veces?-pregunté
-Sí, ya he visto estos símbolos varias veces-dijo Soren acercándose a la pared.
-¿Qué símbolos?-preguntó Lady. Me acerqué a la pared y vi unos símbolos muy extraños grabados en ella.

-¿Qué se supone que pone ahí?-preguntó Shinon con desconcierto
-Parece una guía-dijo Soren
-¿Podéis descifrarlo?-pregunté
-Creo que sí, si me dais un segundo-. Soren estuvo mirando los símbolos hasta que se puso a caminar.
-¿Adónde vais?-pregunté mientras le seguía
-Los símbolos dicen que hay que ir por aquí, iré caminando mientras los descifro-
-Como deseéis, si necesitáis un descanso decidlo-. Nos pusimos a caminar tras Soren mientras este nos guiaba, con mucha maestría y rapidez, según decían las runas.
-Vaya...-comentó Soren en cierto momento.
-¿Qué pasa Soren?-preguntó Ike
-Estas runas de aquí dicen que hay un monstruo que ronda esta cueva-comenzó a leer el estratega
-¿Monstruo? ¿Qué clase de monstruo?-
-Una especie de lobo envuelto en sombras, dice que es peligroso-
-No me creo eso de que haya un monstruo por aquí rondando, continuemos-ordené
Antes de dar un paso hacia delante una cuchilla enorme viene volando hacia mí, directa al cuello. Pude esquivarla a tiempo, dejando que se clavase en la pared. Sentí como todo el grupo se ponía en guardia.
Al segundo, la cuchilla se desclava de la pared y una aura oscura la rodea. Cuando se disipó vi una especie de dientes de sable.

-Vale, ahora si me creo que haya un monstruo rondando-cedí
-¡Tenemos que acabar con él antes de que acabe con nosotros!-se exaltó Geoffrey mientras desenvainaba su lanza.
-Haced una barrera a vuestro alrededor, yo me encargo del gatito-sonreí desenfundando la Soul Calibur
-Ten cuidado Devil-pidió Siegfried
-Vale, vale-me puse a caminar hacia el monstruo mientras los demás hacían una barrera alrededor de Soren, el cual seguía ensimismado con las runas
-Ven gatito, gatito, gatito-me burlé. El "gatito" se transformó en una cuchilla y salió volando hacia mí. La bateé con mi espada como si fuera una pelota de tenis y la clavé en la pared de enfrente. No me había dado cuenta de que estábamos en una sala circular. Estuve manteniendo al monstruo a raya durante bastante tiempo, no conseguía herirle ni un poco debido a que el aura de sombras que le rodeaba no se iba nunca.
-¡Devil, ya sé como derrotar a vuestro gatito!-anunció Soren
-¡¿A qué cuernos esperáis para decírmelo?!-dije sarcástica mientras bloqueaba al gatito, el cual intentó morderme.
-¡Debéis golpearlo repetidamente para que su núcleo quede al descubierto, así podréis herirlo!-me explicó
-¡Muchas gracias cerebrito!-bromeé. Acto seguido me puse a golpear sin tregua al dientes de sable. No le di tiempo a reaccionar y dejé su núcleo al descubierto, era una esfera rosada. La golpeé con todas mis fuerzas y pude romperla sin dificultad, se partió a la mitad. Cuando cayó al suelo se volatilizó y el dientes de sable se esfumó.
-Devil uno, gatito cero-me burlé. Envainé mi arma y me acerqué al grupo.
-¿Estás bien Devil?-preguntó Siegfried
Antes de poder contestarle sentí como algo se movía tras de mí. Me giré rápidamente y vi que el gato de sombras se había convertido en una boca gigante. Cuando me di cuenta me había comido. Sentí un dolor horrible, procedente de mi interior. Grité con todas mis fuerzas y todo se volvió oscuro.
Abrí los ojos y vi que el cuerpo de Irina estaba tirado en el suelo, Siegfried estaba a su lado y me miraba. No sabía por qué pero me alejaba de ella. Tenía la sensación de que volvía a ser yo...
Me desperté en brazos de Siegfried, este me miró con pánico
-¿Estás bien Irina?-preguntó
-Sí, ¿qué ha pasado?-
Siegfried me contó que el dientes de sable me había comido pero que me había separado de Devil. Me sentí extraña, realmente me sentía vacía por dentro.
-Debemos ir a ayudarla-me incorporé.
-¿Adónde debemos ir?-preguntó Jin
-A ese Castillo Fortuna, tengo la impresión de que se la han llevado allí, junto con el amigo misterioso-
Todos salimos corriendo tras el rastro de sombras que había dejado ese bicho que, asombrosamente, nos había separado...