domingo, 30 de enero de 2011

Capítulo 12: Link A Las Órdenes De Ganon...Un Peligro Para Todos

-Venga Irina arriba-dijo la voz de Jin. Noté como este me sacudía un poco de un lado a otro.
-¿Qué pasa Jin?-pregunté dormida y aún con los ojos cerrados.
-Debemos ayudar a Link con su problema-me dijo acariciando mi pelo.
-¿Está despierto?-pregunté abriendo los ojos y mirándole.
-No, pero hemos descubierto algo interesante-me dijo. Me senté en la cama y me froté los ojos, quitándome así las legañas y poniendo en marcha a mis ojos. Dejé de frotarme y vi a Darky medio en cueros.
-Madre mía, streptease desde por la mañana, ¡mola!-dije riendo y mirándole. Jin y Darky rieron.
-Aplícate el cuento bonita-me dijo Darky poniéndose la camiseta interior blanca típica de su traje.
-¿Como que me aplique el cuento?-pregunté poniéndome en pie.
-¿A quién no le gustaría verte sin ropa?-me preguntó cogiendo su túnica negra.
-No seas marrano anda, ya tengo suficiente con aguantar a Gatrie y a Shinon todo el día-dije caminando hacia la cama donde estaba Link aún encadenado e inconsciente.
-¿Por qué dices eso?-me preguntó Jin poniéndose su camiseta negra interior.
-Siempre que creen que no me doy cuenta me miran el culo, son unos descorteses y marranos como ningún otro-dije mirando a Link.
-Bueno, ya sabes que esos dos son así, no hay Dios que los cambie-me dijo Jin acercándose a mí mientras se bajaba la camiseta para que entrase bien en su cuerpo serrano.
-¡Aing omá, quién fuera camiseta pa' estar agarrá a ese cuerpazo tol día!-dije con un acento algo raro para mí. Jin rió con ganas.
-Cuando quieras te agarras que a mi no me importa-me dijo Jin pasándome la mano derecha por las caderas, albergando así mi cintura y apretándome contra él. Puse las manos en su pecho para no chocarme con él. Sonreí al igual que Jin.
-Huy...esto degenera-dijo Darky poniéndose las botas.
-Llevas razón, mira que le he dicho veces que no es mi tipo-dije riendo.
-Eso nunca me lo has dicho-me dijo Jin.
-Bueno, pues te lo digo ahora-dije separándome de él.
-Jin Kazama...no eres el tipo de hombre que me va-dije sonriendo y conteniendo mis ganas de reír.
-Claaro, por eso cada vez que me ves sin ropa de cintura para arriba te babeas-me dijo Jin.
-Yo no digo que no estés como un queso, solo que ya sabes que el hombre de mis sueños tiene que ser rubio, es el sueño desde mi niñez-dije.
-Bueno, pues soy todo lo contrario, moreno de ojos castaños-dije Jin.
-Y no digo que no seas guapo-dije. En ese momento oigo como Link comienza a moverse. Me giré rápidamente y le vi, tenía los ojos abiertos y sonreía malévolamente.
-Hola Irina...-dijo Link. Jin se puso delante de mí, supuse que para evitar cualquier posible incidente. Vi como Link se miraba las muñecas las cuales estaban encadenadas a la cabecera de la cama con las cadenas mágicas.
-Has sido previsora-dijo Link mirándome. Darky se acercó a Link e intentó dejarlo sin sentido de nuevo, pero no pudo, Link le golpeó con la cabeza y le dio en la nariz. Esta comenzó a sangrar abundantemente. Me acerqué a Darky corriendo.
-Tranquilo cariño, mira al techo-le dije. Darky obedeció, me acerqué a la cama donde dormí, cogí el pañuelo que tenía en el traje de combate desde hacía unos días y lo partí a la mitad, me acerqué a Darky e hice un par de churros con el pañuelo, los mojé en un balde con agua que había en la mesilla de la cama de Jin y los metí en los orificios de la nariz de Darky para que no sangrasen tanto.
-Ya está, dejarán de sangrar en un rato-le dije acariciándole la cara.
-Gracias-me dijo.
-De nada cielo-le dije sonriendo y acariciando su cara con ternura.
-¡¡¡Zelda!!!-gritó Link. Me lancé a por él y le tapé la boca con mis manos.
-Cállate idiota-le dije, Link rió. En ese momento la puerta se abre y veo a Zelda con Ike y Sothe. Los tres entraron en la habitación.
-¡¿Qué le estáis haciendo?!-preguntó Zelda malhumorada. Esta vino corriendo a mi lado y me apartó de Link con un empujón. Caí al suelo de culo. Zelda comenzó a liberar a Link.
-¡¡No Zelda!!-grité, pero era demasiado tarde. Link se liberó, saltó de la cama y golpeó a Zelda con fuerza, apartando a esta de su camino. Todos los hombres se lanzaron a por Link pero este los esquivó con agilidad. Link corrió hacia la puerta.
-¡¡No dejéis que escape!!-grité poniéndome en pie. Me puse a correr tras él. Bajamos las escaleras corriendo y llegamos a la tasca de Telma. La tasca ya había abierto pero no vi a Telma.
-¡¡Link detente!!-le grité.
-¡Cógeme si puedes!-me gritó. Cogió una botella de una mesa y me golpeó con ella en la cabeza, dejándome casi sin sentido. Caí al suelo y quedé tumbada de lado en este. No podía moverme pero aún podía ver un poco. Vi como Link abría la puerta para marcharse. Cuando pensé que se nos escaparía veo a Telma con un tablón de madera en las manos, golpeó a Link en la cabeza y lo dejó inconsciente.
-¡Te cogí!-dijo Telma soltando el tablón de madera en el suelo. Se acercó a mi corriendo pero perdí el conocimiento antes de que me pudiese decir nada.
Me desperté tumbada en la cama de la habitación donde los chicos y yo dormimos. Abrí los ojos lentamente y vi a Jin con un paño en la mano, me estaba limpiando la herida de la cabeza que supuse Link me habría hecho.
-¿Estás bien Irina?-me preguntó Darky, el cual estaba sentado al otro lado de la cama y me acariciaba las manos.
-Creo que sí-le contesté. Intenté incorporarme pero Jin me lo impidió.
-No te pongas en pie, reposa un poco-me dijo poniendo una mano en mi pecho.
-¿Por qué?-pregunté algo cansada.
-Ahora viene Rhys con su bastón y os cura la herida-dijo Ike. Miré bien y vi que todos estaban en la habitación.
-Irina...yo...lo lamento...-me dijo Zelda algo avergonzada y cabizbaja
-No importa Majestad, entiendo que os preocupéis por Link, pero la próxima vez controlad vuestro amor hacia él-la dije.
-Lo haré-me dijo. Al rato llega Rhys con su bastón en la mano, se acercó a mi y me curó la herida de la cabeza.
-Gracias Rhys, muy amable-dije sentándome. Me toqué la cabeza y comprobé que no había herida alguna.
-Bueno, veo que tienes la cabeza dura-me dijo Telma, la cual estaba allí también.
-Sí, la tengo. Gracias Telma por evitar que Link escapara-la dije poniéndome en pie.
-No te preocupes, ¿para qué están las amigas sino?-me preguntó mientras nos dábamos la mano.
-Irina, lo que descubrimos era esto-me dijo Jin. Me giré y vi que estaba al lado de Link. Este estaba encadenado de nuevo en la cama y totalmente inconsciente. Me acerqué a ambos y Jin me señaló su cuello. Aparté el pelo de Link, la camiseta interior y el gorro y vi un pequeño agujerito en su cuello, este se veía por la sangre coagulada.
-Parece el orificio de una jeringuilla-dije acercándome al cuello de Link y examinando de cerca el agujero.
-Lo es, Darky lo ha olido y dice que nuestra sospecha era cierta-me dijo Jin.
-Genial-dije incorporándome.
-¿Qué le ocurre?-preguntó Zelda.
-Rogamos todos que esta vez nos digáis la verdad-dijo Ike con dureza. Miré a Jin y luego a Darky.
-Veréis...lo que le pasa a Link es que...pues...-dije intentando buscar las palabras adecuadas para decirlo sin mucha brusquedad.
-¿Qué le pasa? Por favor decidlo ya-me dijo Zelda. Noté angustia en el latir de su corazón.
-Link está poseído por un veneno muy difícil de eliminar de un humano, está a las órdenes de aquel que se lo inyectó y algo me dice que ese alguien es Ganon-dije. Todos me miraron con sorpresa y algo de temor.
-¿Qué veneno es?-preguntó Rhys.
-Soul Control-dijo Soren con serenidad. Todos se giraron para verle.
-Veo que os disteis cuenta-dije sonriendo mientras miraba al suelo.
-Era fácil de saber, Link atacaba a seres conocidos, antes atacó a Zelda y casi se fuga, era muy obvio que estaba poseído, no imaginaba que era ese veneno pero se veía bien que enfermo no estaba-dijo Soren.
-¿Es peligroso?-preguntó Micaiah con delicadeza.
-Pues sí, Link no puede controlar su cuerpo pero si puede ver lo que hace. Es como si él mismo lo hiciera pero sin querer hacerlo-dijo Jin.
-Así que Link ve que nos hace daño pero no puede hacer nada por evitarlo-dijo Sothe.
-Exacto-dijo Darky. Zelda se acercó a Link y le acarició el pelo con cuidado y mucha delicadeza.
-¿Podría matarnos sin darse cuenta?-preguntó Zelda con los ojos húmedos mientras acariciaba el pelo de Link.
-No creo, solo tiene órdenes de matarme a mí, así que no creo que os ataque ni a vos ni a los demás-dije.
-¿Como vamos a eliminar el Soul Control de su cuerpo?-preguntó Nolan.
-Debemos ir a Tellius-dijo Jin.
-¿A qué?-preguntó Leonardo.
-El rey de Daein tiene un maneje de la Magia Blanca muy superior al de cualquiera, debemos ir con él para que ayude a Link-dijo Darky.
-Y aún así no es suficiente-dije colocando el cinturón de Link, pues estaba algo torcido.
-¿Cómo que no es suficiente?-preguntó Mia,
-También debemos ir a Begnion a por la Apóstol, ella también podrá ayudar a Link con sus conocimientos-dije.
-No nos dejan atravesar las fronteras de Begnion, el senador nos la tiene jurada-dijo Nailah.
-Pues habrá que entrar por la fuerza, no me voy a quedar de brazos cruzados mientras Link está así-dije con voz decidida.
-Sabes que iremos allí donde nos guíes-dijo Darky.
-Eso no lo dudes-me dijo Jin acercándose a mí.
-Gracias chicos, sé que puedo contar con vosotros-dije acariciando a Jin, -pero yo lo decía por los demás-dije mirando al grupo.
-¿Vendréis con nosotros?-preguntó Darky acercándose a mí y pasando su mano derecha por detrás de mi espada y apoyándola en mi cadera derecha. Jin puso su brazo izquierdo por encima de mis hombros. Puse ambos brazos agarrándolos a los dos y apretándolos contra mí. Esa era una señal de unión, fuerza, amistad, confianza, fidelidad y camaradería hasta la muerte. Todos los demás se miraron entre ellos.
-Yo voy con vos, Link es muy importante para mí-dijo Zelda poniéndose en pie.
-Gracias Zelda-dijo Darky
-¿Nadie más?-preguntó Jin esperando la respuesta de todos.
-Yo voy con vosotros-dijo la voz de Rolf. Este salió de entre sus hermanos y se puso delante de mí.
-Muchas gracias Rolf-le dije mientras le alborotaba el pelo.
-Yo también, ¡a la porra las advertencias del senador!-dijo Nailah acercándose a nosotros.
-Pero Nailah, eso es muy peligroso, el senador nos dijo que no fuéramos por allí nunca más-dijo Volug.
-Haz lo que quieras Volug, yo no te obligo a ir-dijo Nailah.
-Sabes que mi deber es protegerte y lo haré allá donde vayas y hasta la muerte-dijo Volug acercándose a nosotros.
-¡Yo también voy!-dijo Micaiah, esta se separó de su hermano y se acercó a nosotros.
-Micaiah...-dijo Sothe sorprendido.
-Sothe, sé que es peligroso pero tengo el presentimiento de que Irina nos ayudará a resolver los problemas entre países y razas, evitando así que el mundo sea destruido y además quiero ayudar a Link-dijo Micaiah.
-Tan tozuda como siempre, tendré que ir contigo-dijo Sothe acercándose a su hermana.
-Yo también voy-dijo Mist. Esta se adelantó pero Ike la cogió de un brazo.
-¡¿Estás loca Mist?! ¡No vas a ir!-dijo Ike.
-¡No eres papá!-dijo Mist apartándose de su hermano con brusquedad, -¡ya soy mayorcita y haré lo que quiera!-gritó enfadada. Ike la miró con cara de besugo, realmente no esperaba esa reacción por parte de su hermana. Mist se acercó a mi con malos humos y se puso cara a cara con su hermano.
-Le prometí a padre en su lecho de muerte que cuidaría de ti...-dijo Ike cabizbajo. Noté tristeza y sed de venganza en su corazón.
-Lo sé Ike, pero sé defenderme sola y sé que Irina no permitirá que nada malo me pase-dijo Mist mirándome. No dije nada, no me convenía meterme donde no me llamaban. Hubo un corto silencio muy incómodo.
-Iré contigo-dijo Ike al cabo de un rato. Este se adelantó y se puso al lado de su hermana.
-Veo que ya estás sacando el mal carácter de esta familia-dijo Ike. Mist y él se abrazaron. Me dio mucha ternura la escena.
-Ike, ¿debemos ir contigo?-preguntó Oscar.
-Haced lo que queráis, no os obligo a venir conmigo, aunque os lo agradecería mucho-dijo Ike mirando a todos. Noté como él y Mia se cruzaban una fugaz mirada. Noté complicidad en esa mirada.
-Yo voy contigo Ike-dijo Mia adelantándose. Se puso al lado de Ike.
-Gracias Mia-dijo Ike
-De nada jefe-dijo Mia riendo.
-¡Nosotros también vamos!-gritó toda la Brigada del Alba al mismo tiempo. Al cabo del tiempo todos se unieron a la misión de salvar a Link del control de Ganon.
-Bien, ¿cuando vamos a partir?-preguntó Boyd.
-Hoy tal vez-dije mientras me ponía el traje de combate.
-¿No sería muy tarde?-preguntó Volug
-Recordad que debemos atravesar de nuevo el Desierto-dijo Titania.
-Eso es verdad Irina, y además alguien deberá llevar a Link-dijo Jin.
-Creo que tengo la solución a eso-dije. Me puse a caminar en dirección a la puerta.
-¿A dónde vas?-me preguntó Darky.
-Voy a pedirle a un conocido que nos preste unos camellos para cruzar el desierto de nuevo-dije mientras abría la puerta.
-¿Vais a tardar mucho en volver?-me preguntó Zelda. Esta no se había despegado de Link ni un solo segundo.
-No, a esta hora ya debe de estar en la tasca, solo tengo que bajar y pedírselo-dije sonriendo.
-¿Puedo ir con vos?-me preguntó Rolf.
-Claro que puedes-le dije sonriente.
-También voy-dijo Mist. Esta se acercó a mi y los tres bajamos las escaleras. Vi a un par de hombres en una mesa hablando, eran demasiado refinados como para estar en una tasca de este calibre. Me detuve a mitad de la escalera y obligué a los chicos a pararse.
-¿Qué ocurre Irina?-me preguntó Rolf algo sorprendido.
-Calla Rolf-dijo Mist. No dije nada, solo me centré en aquellos dos hombres que no me inspiraban confianza alguna.
-Volved al cuarto y decidle a Ike, Sothe, Jin y Darky que vengan, daos prisa-dije. Ambos obedecieron. No quité la vista de esos hombres en ningún momento. Me oculté tras las el poco muro que ocultaba las escaleras y puse mi oído de lobo alerta. Ambos comenzaron a hablar en voy muy baja.
-Hemos cruzado el desierto, no hemos visto sus cadáveres por lo que siguen vivos, debemos apoderarnos de la muchacha y matar a los demás-dijo un hombre de pelo corto y morado, armadura a juego con el color de su pelo y una lanza envainada a su espalda, tenía cara de mala persona.
-Llevas razón Jarod, pero este lugar es muy grande, podrían estar en cualquier lugar-dijo el otro hombre. Tenía el pelo castaño y corto, su armadura era blanca con decorados dorados y tenía una espada envainada en el cintura. Tenía cara de galán y de mala persona.
-Ya lo sé Ludveck, no soy idiota, pero ¿donde vamos a buscar?-dijo el tal Jarod. En ese momento llegan los chicos a los que mandé llamar.
-¿Qué ocurre Irina?-me preguntó Jin en voz baja.
-Aquellos dos hombres, creo que van tras nosotros-dije señalándolos.
-¡Maldita sea!-dijo Sothe en voz baja.
-¿Que ocurre Sothe?-le preguntó Darky.
-El de morado es Jarod, un soldado de Begnion. Va tras Micaiah para llevarla ante su general-dijo Sothe.
-¿Y por qué la quieren?-preguntó Ike.
-Por su capacidad de prever el futuro, creen que Micaiah puede verlo siempre que quiera pero no es así-dijo Sothe. Noté mucho nerviosismo en su tono de voz y vi como sus manos temblaban un poco.
-Calmaos Sothe, Micaiah está a salvo con todos nosotros aquí-le dije para calmarlo.
-¿Y qué dicen? Están muy lejos para que nosotros los oigamos-dijo Jin. Les conté lo que había oído.
-Quieren a Micaiah y pretenden matarnos a todos-dijo Sothe.
-Ese tal Ludveck...-dijo Ike pensativo.
-¿Qué pasa con él?-preguntó Sothe.
-Soy de Crimea y la reina me dijo en una carta que un tal Ludveck quería matarla para apoderarse del trono de Crimea, creo que es ese hombre de allí-dijo Ike.
-¿Cómo vamos a sacarles la información?-preguntó Darky.
-No creo que cuenten conmigo entre vosotros...-dije pensando un plan un tanto retorcido y descarado.
-Irina, hagas lo que hagas ten mucho cuidado, te lo suplico-me dijo Jin cogiéndome una mano.
-Lo tendré guapo, lo tendré-dije acariciando su cara con delicadeza. Esperé a que Telma me mirase y la hice una señal para que viniera. Esta subió las escaleras.
-Telma, voy a necesitar tus grandes dotes de actriz-la dije.
-Cuenta conmigo-me dijo emocionada. Telma, a parte de amistosa, era muy intrépida y un poco de tensión no la daba miedo. La conté el plan que tenía en mente.
-Así que tengo que hacer de tu jefa y tengo que mantener a los curiosos alejados de ti para dejarte pista para que engatuses a esos dos hombres, te los lleves a una habitación y les saques la información que quieres ¿no?-me dijo Telma.
-Exacto, has dado en el clavo y veo que lo entiendes bien-la dije sonriendo mientras me quitaba mi traje de combate. Me puse un vestido de sirvienta el cual me estaba muy ajustado y resaltaba mis curvas.
-Estás espectacular-me dijo Jin.
-Gracias cielo, tú también-le dije.
-Tened cuidado Irina, esos hombres no tienen piedad de nadie-me dijo Micaiah mientras se abrazaba a su hermano.
-Calmaos, soy una experta en ganarme la confianza de los hombres-dije agrandándome el escote para que nada más verme, tanto Jarod como Ludveck, quedasen encandilados.
-Vale Telma, te toca, recuerda parecer natural-la dije. Telma asintió y bajó las escaleras.
-Disculpad señora...-dijo Jarod levantando la mano. Telma se acercó a la mesa donde ambos hablaban.
-¿Si caballero?-preguntó Telma.
-Un par de aguardientes-dijo.
-Ahora mismo, pero será la nueva camarera la que os sirva-dijo Telma dándome entrada.
-¡¡María!!-gritó Telma.
-¿María?-preguntó Jin impactado.
-Es el primer nombre que se me ocurrió-dije comenzando a bajar las escaleras. Las bajé contoneándome con todas mis ganas. Noté como ambos me miraban casi babeándose. Cuando bajé las escaleras del todo me di la vuelta y me acerqué a Telma.
-¿Si jefa?-pregunté con cortesía.
-Atiende a estos nobles caballeros, dales todo lo que te pidan, ¿has entendido?-me preguntó Telma dando lo mejor de sí.
-Sí jefa-dije. Telma se marchó y mi precioso cuerpo entró en acción.
-Decidme caballeros ¿qué deseáis?-pregunté haciendo una reverencia, por lo que el escote acentuado hizo mucho efecto, incluso más del que me esperaba.
-Un...un...par de...-dijo Ludveck mirándome las "amigas" como un bobo.
-Aguardientes-dijo Jarod para evitar que Ludveck dijera cualquier otra cosa que no veía al caso.
-Ahora mismo mis señores-dije. Me di la vuelta y fui a la barra, mientras lo hacía noté como ambos me miraban el trasero.
-Bien Telma, ¿has puesto el somnífero en la bebida?-pregunté en voz baja mientras cogía una bandeja.
-Por supuesto-me dijo. Me dio los aguardientes, los puse en la bandeja y volví a la mesa. Puse un vaso delante de cada uno. Me agaché sobre la mesa.
-Caballeros, ruego os bebáis eso de un trago y que subáis conmigo a una habitación, mi jefa me ha dado permiso, nos divertiremos mucho los tres juntos...-dije con voz sensual. Me incorporé y, mientras me dirigía a las escaleras, le acaricié la cara a Ludveck. Caminé hacia las escaleras contoneándome con todas mis ganas.
-¿Vamos con ella?-preguntó Jarod mirándome el trasero.
-Podría ser una trampa-dijo Ludveck mirándome.
-Cómo va a ser una trampa, pero tú mira que cuerpo, qué curvas, qué trasero, qué par de...-dijo Jarod conteniéndose.
-Dale a la bebida compañero, un poco de alcohol no vendrá mal para esta fiesta-dijo Ludveck. Escuché como ambos se bebían el aguardiente de un trago. Me quedé al pie de las escaleras, puse mi mano derecha en la pared y la otra la pasé de arriba a abajo por mis caderas. Les guiñé un ojo y les hice una señal para que vinieran. Ambos se pusieron en pie y vinieron a mi lado.
-¿Dónde vamos?-preguntó Ludveck con nerviosismo.
-Olvidaos de eso, dejad que vuestro instinto os guíe...-dije acariciándole el pelo. Cogí una mano de cada uno y los llevé escaleras arriba. Subimos al piso de arriba y los llevé a la habitación del fondo del todo. Abrí la puerta y vi una habitación con una cama enorme, tenía poca iluminación pero se veían bien los muebles.
-Pasad nobles caballeros, pasad-dije con voz dulce. Ambos entraron y yo cerré la puerta con llave, pero ninguno se percató. Guardé la llave en una grieta del muro.
-Bueno, empecemos-dije. Ambos me miraron y me quité el traje de sirvienta, quedándome así en ropa interior. Noté como ambos se ponían tensos. Me acerqué a Jarod.
-Calmaos, no voy a haceros daño, todo lo contrario, os haré algo que no olvidaréis jamás-dije. Empujé a ambos hacia la cama y cayeron boca arriba en esta. Me senté encima de Ludveck y le acaricié la cara con delicadeza y suavidad.
-¿Sabéis que el aguardiente es muy buena?-pregunté.
-¿Para qué?-preguntó Jarod. En ese instante ambos cayeron profundamente dormidos.
-Es muy buena para meter somnífero en ella y que nadie se entere-dije. Me bajé de Ludveck y de la cama. Abrí la puerta y vi a todos esperando.
-¿Estás bien Irina?-me preguntó Jin.
-Estoy bien cielo-dije.
-Será mejor que te vistas-me dijo Darky dándome mi traje de combate. Me lo puse y encendí las antorchas con una bola pequeña de fuego. Todos entraron en la habitación.
-Bueno, voy a ver qué es lo que les trae por aquí-dije. Me acerqué a Jarod y puse mi mano en su frente. Cerré los ojos y me adentré en su mente. Vi muchos recuerdos pero fui a por los que más me importaban. Los encontré al cabo de un rato. Cuando terminé abrí los ojos.
-¿Qué es lo que quiere?-preguntó Sothe.
-Lo que pensábamos, quiere a Micaiah para llevársela-dije.
-Debemos protegerla-dijo Edward.
-¿A quién quiere entregársela?-preguntó Sothe abrazando a su hermana.
-La quiere para él, para que le prediga el futuro y así apoderarse de Daein y convertirse en rey-dije.
-Todos los hombres son iguales-dijo Titania.
-Vamos a ver qué quiere Ludveck-dije. Me fui al otro lado de la cama y le toqué la frente. Me adentré en su mente. Abrí los ojos cuando terminé.
-¿Y ese que quiere?-preguntó Ike.
-Lo que me dijisteis antes, quiere matar a la reina de Crimea para convertirse en rey-dije.
-¿Y por qué está aquí?-preguntó Jin
-También tiene pensado llevarse a Micaiah-dije acercándome a todos.
-Debemos irnos a Tellius cuanto antes-dijo Darky.
-Entonces vamos, voy a por el amigo ese a pedirle los camellos-dije dirigiéndome a la puerta.
-Bueno, al menos sabemos que el enemigo sabe que estamos aquí-dijo Soren.
-Eso es verdad, por lo que habrá que tener mucho más cuidado de ahora en adelante-dije saliendo por la puerta. Bajé a la tasca y le guiñé un ojo a Telma, esa era la señal de que todo había ido bien. Me fui a la habitación a parte que había en la tasca, esta estaba tapada por la cortina. Asomé la cabeza por esta.
-¿Se puede?-pregunté.
-¡Hombre Irina!-me dijo un viejo amigo poniéndose en pie. Crucé la cortina totalmente.
-Hola Perícleo, cuanto tiempo sin veros-dije abrazándole.
-Madre mía que hermosa estás-me dijo mirándome.
-Muchas gracias, vos os conserváis muy bien, sin ánimo de ofender-dije.
-No me ofendo, reconozco que soy algo mayor para esto-me dijo.
-Bueno Perícleo, he venido porque necesito que me hagáis un favor-le dije.
-Tú pide-me dijo.
-Necesito 23 camellos-le dije.
-¿Tantos?-me preguntó sorprendido. Yo asentí.
-¿Para qué los quieres?-me preguntó. Le expliqué la situación de Link y que debíamos viajar a Tellius y para ello debíamos cruzar el desierto de Gerudo y el de Hatari de nuevo.
-Bueno, mañana a primera hora los tendrás-me dijo apuntando algo en una libreta que sacó de su saco.
-Bien, muchas gracias Perícleo-le dije.
-¿Link se pondrá bien verdad?-me preguntó. Perícleo apreciaba mucho a Link, se veía en su cara.
-Sí, haré todo lo que esté en mi mano-le contesté, -gracias de nuevo-le dije. Le sonreí y salí de la habitación de la cortina. Subí las escaleras de nuevo y entré en la habitación.
-¿Qué?-preguntó Jin.
-Hasta mañana por la mañana no tendremos los camellos-dije sentándome en mi cama.
-¿Y qué haremos mientras tanto?-preguntó Zelda.
-El somnífero no durará eternamente-me dijo Telma.
-Tal vez debamos ir a Kakariko, allí no nos encontrarán ni nos darán alcance hasta mañana-dije.
-Entonces lo mejor será ponerse en marcha-dijo Darky. Todos recogimos nuestras cosas y bajamos a la tasca.
-Bueno Telma, nosotros nos vamos-la dije acercándome a la barra.
-Bueno, gracias por todo-me dijo.
-Gracias a ti-la contesté mientras nos dábamos la mano.
-Oh Dios mío...-dijo Jin. Me giré y vi que este estaba en la puerta de la tasca, esta estaba abierta y Jin miraba al exterior.
-¿Qué ocurre Moreno?-le pregunté.
-Mejor que vengas a verlo-me dijo con cara de impactado. Me acerqué corriendo a la puerta y me asomé. Vi a cientos de soldados de Begnion, seguramente serían la escolta de Jarod y Ludveck.
-Jin, cierra la puerta despacio-le dije. Jin obedeció y pudimos cerrar la puerta sin levantar sospechas.
-¡¿Cuántos soldados hay ahí afuera?!-preguntó Sothe nervioso.
-Calmaos Sothe, solo debemos ocultar a Micaiah-dije.
-Tal vez con una capa-dijo Ike. Este se quitó su capa y se la dio a Micaiah, la tapamos y Sothe la cogió en brazos para aparentar que esta estaba herida de gravedad.
-Bien, vamos allá, no os detengáis por nada del mundo ni os dejéis intimidar, ¿de acuerdo?-pregunté. Todos asintieron. Abrí la puerta y fuimos saliendo de dos en dos. Llegamos a la escaleras del callejón y los soldados nos dejaron pasar.
-¡Eh tú!-me dijo un soldado, todos se detuvieron.
-La chica del pelo castaño y corto-dijo el soldado acercándose a mí.
-Go on friends, I will meet you in a while-dije, todos obedecieron, se pusieron a caminar y llegaron a la calle que daba a la parte sur de la pradera de Hyrule y a la plaza de la ciudadela.
-A ver...-dijo el soldado. Este me cogió de un brazo con una mano y con la otra me agarró la cara con mucha fuerza. Me obligó a mirarle.
-Eres hermosa-me dijo.
-Gracias, disculpadme pero debo irme-le dije intentando contener a Devil.
-Creo que me voy a quedar contigo como premio-me dijo. Intentó besarme en los labios pero le di un buen puñetazo en la nariz, esta comenzó a sangrar.
-¡Serás hija de...!-gritó el soldado, me puse en guardia.
-¡Prendedla!-gritó el soldado. Todos vinieron a por mi pero me lié a darle puñetazos y patadas a todo Dios, al poco rato viene Jin a ayudarme. Quedamos luchando espalda contra espalda.
-Vete Kazama-le dije mientras dejaba a un soldado sin sentido.
-Jamás te abandonaré cuando estés en peligro Irina-me dijo mientras evitaba la lanza de un soldado.
-Eres un gran amigo Jin-le dije.
-Tú también-me contestó
-¿Sabes que te quiero mucho verdad?-le pregunté mientras le daba una patada a un soldado, le hice caer, luego le agarré del pelo, le puse en pie y le lancé varios metros hacia atrás.
-Lo sé, y yo te quiero mucho también-me dijo dejando fuera de combate a otro soldado. Estuvimos luchando un rato hasta que terminamos con todos los soldados. Ambos teníamos cortes y heridas pero estábamos bien.
-¿Estás herido Jin?-le pregunté recuperando el aliento.
-No mucho, ¿y tú?-me preguntó.
-Estoy bien-dije. Ambos nos sentamos en el suelo a descansar. Me apoyé en su hombro y le agarré el brazo con delicadeza.
-¿Estás bien seguro?-me preguntó.
-Estoy bien Kazama, gracias por no dejarme tirada-le dije.
-Te quiero demasiado como para dejarte tirada-me dijo. Me reí un poco.
-Yo a ti también-dije.
-Bueno, vamos con los demás-me dijo. Se puso en pie y extendió su mano hacia mí. La cogí y me puse en pie de un salto.
-¿Dónde están los demás?-pregunté.
-Los dejé en la pradera de Hyrule del sur, vamos con ellos-me dijo. Di un paso pero mi pierna falló y caí al suelo.
-Vaya por Dios, me tenían que herir en la pierna-dije mirándome un corte que tenía en el muslo.
-Yo te llevo-me dijo. Jin me cogió en brazos, puse mis manos alrededor de su cuello y apoyé mi cabeza en su hombro.
-Ahora Rhys nos cura-dijo Jin mientras subía las escaleras del callejón.
-Lo sé, es muy bueno tener un curandero en el grupo-dije. Fumos hasta la puerta de la ciudadela y salimos al exterior, fuimos a dar a la pradera de Hyrule del sur de la ciudadela, había dos plantas de escalones para bajar, entre tanda de escalones y tanda de escalones había una fuente. Bajamos hasta el final de las escaleras, había mucha hierba, a la derecha había una especie de torre, de frente una salida hacia la pradera de Hyrule y a la izquierda un precipicio que daba al Lago Hylia. Vi que todos estaban sentados en la hierba. Cuando nos vieron llegar se pusieron en pie y se acercaron a nosotros.
-Rhys, creo que vamos a necesitar de nuevo vuestro maravilloso bastón-dije. Rhys se acercó a nosotros y nos curó a Jin y a mí.
-Gracias Rhys-dije. Jin me dejó en el suelo y llamé a los CDA, nos montamos en ellos y pusimos rumbo a Kakariko. Llegamos allí y vi a Leonardo sentado en una silla con un Goron. Ambos hablaban con toda tranquilidad. Me desmonté de Spirit y me acerqué a Leonardo, el cual era el sacerdote del pueblo.
-¿Irina?-me preguntó mientras me miraba con cara de incrédulo.
-Hola Leonardo-dije sonriendo y abriendo los brazos. Leonardo se puso en pie y nos abrazamos.
-Cuanto tiempo-me dijo.
-Sí, la verdad sí-dije.
-¿Qué os trae por aquí?-me preguntó. En ese momento Jin desmontó de su caballo y cogió a Link en brazos.
-¿Qué la pasa a Link?-preguntó Leonardo algo preocupado, por lo que Midna me dijo Link había salvado las minas de los Goron y había salvado Kakariko y la Montaña de la Muerte, así que todos respetaban y apreciaban mucho a Link.
-Mejor te lo cuento por el camino a Templo-le dije mientras caminábamos hacia el templo de Kakariko. Todos entramos en el mismo y le conté a Leonardo lo que le pasaba a Link.
-Así que Link está poseído por el Soul Control y debéis ir al país que está unido por el desierto para salvarle-dijo Leonado.
-Exacto, por eso necesitamos que nos dejes dormir aquí-le dije.
-No hay problema con eso, lo sabes-me dijo.
-Entonces acomodaos chicos, mañana al amanecer partiremos-les dije a todos. Cada uno se marchó del templo y se fue a las diferentes casas de Kakariko a acomodarse y descansar. Yo me fui y me tocó dormir con Darky, Jin y Link. Dejamos a Link encadenado y le dimos más somnífero que nos dio Telma para que no despertara. Salí junto a Darky y Jin a dar un paseo para despejarme. Nos sentamos frente a la fuente de Eldin.
-¿Estás bien Irina? Pareces agotada-me dijo Darky
-Estoy cansada y esto no ha hecho más que empezar-dije tumbándome en el suelo.
-No te preocupes, devolveremos a Link a la normalidad-me dijo Jin
-Lo sé, pero aún vamos solo por Link, recuerda que aún debemos ir a por alguien que pueda derrotar a Nightmare y a por otro que pueda derrotar a Medeus y Gharnef, esta búsqueda se me hará eterna no tengo duda alguna-dije mirando al cielo.
-Todos estaremos juntos Irina, no habrá nada ni nadie que nos separe-me dijo Darky tumbándose a mi lado y abrazándose a mí.
-Gracias Darky, sé que los dos estaréis siempre a mi lado-le dije. Jin se tumbó a mi lado también y los tres nos abrazamos. Estuvimos todo el día en Kakariko. Llegó la noche y todos nos fuimos a dormir, aquella noche dormí en la cama junto a Jin pues tenía un frío inexplicable. Me dormí en poco tiempo. Mañana sería el día en el que iríamos a Tellius a pedir ayuda a Pelleas, el rey de Daein, y a Sanaki, la apóstol de Begnion. Sería un viaje peligroso pero algo me decía que, tras el peligro, habría una oportunidad de encontrar más aliados para nuestra misión, y si ese algo me lo decía por algo era...

jueves, 27 de enero de 2011

Capítulo 11: ¡Al Rescate De Link!

Me desperté al día siguiente con Jin abrazado a mí. Miré a mi alrededor y vi a Ike despierto y totalmente vestido. Me giré en la cama y acaricié el pelo de Jin para despertarle.
-Hola Jin, venga arriba-le dije con voz suave. Jin gruñó un poco, comenzó a moverse y se abrazó más a mí.
-Vamos Jin que ya es de día-le dije. Jin abrió sus ojos castaños y estos me miraron.
-Buenos días-me dijo con voz de dormido.
-Hola guapo, venga arriba que hay muchas cosas que hacer-le dije acariciando su cara. Jin me sonrió, me besó la mejilla y se puso en pie.
-Venga arriba que tenemos un amigo que salvar de las garras del Mal-me dijo extendiendo su mano derecha hacia mí. La cogí y me puse de pie con un salto. Cogí mi traje de combate del suelo. Este estaba algo aplastado pero estaba como nuevo, yo era muy cuidadosa con esas cosas. Mi traje y mis armas estaban siempre impolutas. Cogí mi traje y me lo puse, Jin me ayudó a atar el cordón de atrás. Al poco rato ambos estábamos vestidos y listos para irnos de aquel lugar al que Ganon nos envió.
-Bueno, habrá que despertar a los demás-dije mirando a todos mientras dormían.
-Todos los días hago lo mismo-dijo Ike despertando a su hermana. Entre los tres despertamos a todos lo demás y todo el mundo se vistió rápidamente.
-¿Cómo vamos a salir de aquí?-preguntó Sothe.
-Este pozo tendrá que llevar a algún lugar-dijo Soren mirando el mismo.
-Da al Lago de Hylia pero nadie tiene tanta capacidad pulmonar como para aguantar el tirón hasta la superficie del lago-dijo Zelda
-Si tuviéramos un Zora por aquí...-dije
-¿Zora?-preguntó Micaiah curiosa.
-Un Zora es una raza de por aquí que puede nadar y bucear sin ahogarse-dijo Jin
-Pueden respirar bajo el agua como los peces-dije.
-Este mundo es el más extraño que jamás imaginé-dijo Shinon poniéndose el carcaj.
-Es solamente algo diferente al vuestro-dije.
-¿Y a dónde da esa puerta?-preguntó Gatrie señalando la puerta que había al final de las escaleras, detrás del interruptor colgante.
-Se dice que esto es el Santuario del Lago, aquí vienen los Zora a venerar a sus dioses-dijo Zelda mirando la puerta.
-Pues creo que no vamos a tener más opción que ir a través del Santuario, alguna salida debe haber-dijo Leonardo.
-Yo me sé el camino, vine aquí con Link una vez-dijo Midna, esta salió de mi sombra y se puso a caminar hacia la puerta.
-Bueno, entonces serás nuestra guía-dijo Jin
-Sí, eso parece-dijo Midna sonriendo. Todos caminamos hacia la puerta y vimos que estaba bloqueada por unos barrotes.
-¿Cómo se supone que vamos a abrirla?-preguntó Boyd.
-Aquel interruptor, hay que saltar y agarrarse a él para poder accionarlo-dijo Midna señalando el interruptor colgante, el cual tenía forma de estribo de silla de montar a caballo.
-Que salte Oscar que es el más alto-dijo Soren
-Me ha tocado-dijo Oscar sonriente. Le dio su lanza a Boyd y saltó hacia el interruptor, se quedó colgando en este pero no pasó nada.
-Mmm...-dijo Midna pensativa.
-Es posible que Oscar no pese lo suficiente-dije
-Entonces alguien más debe agarrarse al interruptor-dijo Sothe.
-¿Quién es el segundo más alto?-preguntó Edward
-Creo que Shinon-dijo Ike
-Yo voy a colgarme de ahí, podría hacerme daño en la muñeca y a ver quién usa el arco después-dijo con arrogancia.
-Vamos Shinon, no seáis prepotente y agarraos al interruptor-dijo Nailah sin cortarse un pelo.
-¡He dicho que no y punto! No me voy a arriesgar a hacerme daño en las manos-dijo Shinon.
-Por favor Shinon...no seáis así os lo suplico-dije con voz dulce. Estaba dispuesta a usar mi cuerpo para engatusarlo si era necesario. Shinon se me quedó mirando algo embobado. Me acerqué a él contoneándome como la otra vez, pero es esta ocasión en vez de robarle le obligaría a hacer algo que él no quería. Cuando llegué frente a él le acaricié la cara con dulzura.
-Shinon, ¿me haríais un favor?-le pregunté con voz suave y seductora. Él asintió como un perro faldero.
-¿Podríais agarraros al interruptor para que podamos continuar? Me haríais la mujer más feliz del mundo-le dije acariciando su pecho con delicadeza.
-Como deseéis-me dijo hipnotizado totalmente. Caminó hasta el interruptor, saltó con fuerza y se agarró al mismo. Entre el peso de Oscar y el de Shinon el interruptor cedió y los barrotes que cubrían la puerta se abrieron. Oscar y Shinon bajaron del interruptor y este último se acercó a mí.
-¿Queréis que haga algo más por vos bella dama?-me preguntó con cortesía.
-No Shinon, gracias-dije. Chasqueé los dedos y Shinon volvió en sí.
-¿Qué ha pasado?-preguntó este echándose la mano derecha a la frente.
-Nada importante, ¿continuamos?-pregunté sonriente señalando la puerta con la mano abierta.
-Vamos anda, no tengo tiempo que perder aquí-dijo Shinon con su carácter totalmente restaurado.
-¿Cómo lo habéis hecho?-me preguntó Ike en voz baja mientras cruzábamos la puerta.
-Es cuestión de práctica, soy capaz de meterme en su mente y obligarlo a hacer cosas que no quiere y lo mejor es que luego no se acuerda de nada-dije sonriendo
-Sois peligrosa-me dijo Sothe con desconfianza.
-Depende de mi humor, de la situación en la que nos encontremos y de a quién tenga que hacérselo-le contesté. Cruzamos la puerta y vimos una sala enorme con varias cascadas de agua en los laterales, varias enormes estalactitas colgando del techo y una puerta al final de unas elevaciones del terreno.
-Aquí hay que tener cuidado, las estalactitas pueden caerse a la mínima-dijo Midna.
-¿Y cómo vamos a evitar que nos aplasten?-preguntó Micaiah
-Tal vez con el arco...-dijo Leonardo.
-Vale, pero no tenemos flechas cerebrito-dijo Shinon
-No hacen falta los arcos...-dijo Soren
-Con una piedra basta-dije cogiendo una piedra del suelo. Me acerqué a una distancia considerable y se la lancé a la estalactita. Esta, con el impacto, cayó al suelo y se clavó en el mismo, haciendo así un escalón para poder acceder a la puerta.
-Buen disparo-me dijo Jin
-Muchas gracias-dije sonriendo.
-Coged piedras y lanzadlas a las rocas colgantes-dijo Ike cogiendo una piedra. Entre todos pudimos tirar todas las estalactitas asesinas. 
-Parece que ya no quedan más-dijo Sothe mirando al techo.
-No, vamos, debemos continuar-dije. Nos pusimos a bajar una rampa que había nada más entrar en la sala y luego fuimos subiendo los escalones que formaron las estalactitas al clavarse en el suelo.
-Esto más bien son rocas gigantes en vez de estalactitas-dijo Ike
-Cierto, una buena manera de calificarlo Ike-dijo Soren mientras subíamos un escalón alto. Tuvimos que ayudar a Gatrie, pues con su pesada armadura le costaba mucho subir los escalones. Cuando al fin pudimos subirle todos nos sentamos en el suelo a descansar.
-Gatrie, que os quede claro que a la próxima vos solo os subiréis, estoy algo mayor para estos trotes-dije recuperando el aliento y sonriendo.
-De acuerdo-dijo él. Estuvimos un rato descansando. Me puse en pie de un salto y extendí mi mano hacia Jin, este la cogió y se puso en pie. Su cara quedó muy cerca de la mía, tanto que podía notar su respiración.
-Disculpa, me estás respirando encima-dije sonriendo y mirándole fijamente a los ojos.
-Discúlpame, he calculado mal la fuerza al levantarme, así que me he pasado-me dijo, noté un tono burlón en su voz. Noté como todos nos miraban con intriga. Me reí un poco y me separé de él.
-Bueno, lo mejor será continuar-dijo Ike poniéndose en pie. Todos nos acercamos a la puerta que había e intentamos abrirla pero no se movió ni un poco.
-¿Por qué no se abre?-preguntó Sothe algo molesto. Se notaba que no le gustaba estar allí.
-Si os digo la verdad no tengo idea-dije observando la puerta con detenimiento.
-No lo entiendo, esta puerta se abría sin problemas-dijo Midna algo desconcertada. Estaba claro que no esperaba que la puerta no se abriese.
-Habrá que buscar algún tipo de mecanismo para abrirla-dijo Zelda.
-Bien, vamos a buscar. Pero tened cuidado, nunca se sabe lo que te puede aguardar tras una roca-dije bajando un escalón. Todos nos pusimos a buscar alguna especie de botón o una palanca oculta, pero lo hicimos en vano pues no encontramos nada.
-¡¿Alguna novedad?!-grité desde una esquina de la sala.
-¡Por aquí nada!-dijo Leonardo
-¡Nada!-gritó Nolan
-¡Nada!-gritó Sothe
-¡Más de lo mismo!-dijo Ike. Todos dejamos de buscar y nos juntamos en el centro para pensar en alguna alternativa.
-¿Alguna otra idea?-preguntó Boyd. Todos miraron a Soren. Este estaba observando la puerta con minuciosa cautela.
-No veo nada que la impida abrirse...-dijo Soren.
-Tal vez solo necesite un buen golpe-dijo Gatrie.
-¿Vos lo resolvéis todo a base de golpes?-le pregunté.
-Normalmente sí-me dijo. No dije nada, prefería no sembrar más cizaña ni echar más leña al fuego.
-A lo mejor Gatrie lleva razón-dijo Jin.
-Odio tener a un karateca cerca, siempre lo resuelve todo a golpes-dije sonriendo y mirándole.
-¿Y es culpa mía saber defenderme o arrearle un buen golpe a alguien cuando se lo merece?-me preguntó. Noté que estaba bromeando para animarme un poco.
-Te advierto que yo también se kárate chaval-le dije bromeando.
-Porque yo te enseñé-me dijo acercándose a mí.
-Eso ya lo sé, aunque no me hubieses enseñado igualmente te hubiese arreado con todas mis fuerzas, sabes que soy muy polifacética-le dije riendo.
-Bueno, pero no está de más saber algo de defensa personal, saber defenderse con el cuerpo está bien-me dijo.
-Sí, pero igualmente...-dije, pero algo no me dejó terminar, noté una presencia tras de mí y puse todos mis sentidos alerta por si era un enemigo. Noté como Nailah y Volug también sentían eso cerca.
-¿Notáis eso?-les pregunté. Ambos asintieron.
-¿Qué ocurre Irina?-preguntó Sothe
-Hay algo o alguien cerca, lo siento...-dijo Micaiah. Si ella sentía esa presencia significaba que era un enemigo.
-Os recomiendo que desenvainéis vuestras armas y que os preparéis para luchar. Si Micaiah siente algo es porque es un enemigo-dije desenvainando mi Master Sword. Todos hicimos el mismo círculo que hicimos en el castillo. Estuvimos un rato en guardia pero no ocurrió nada.
-¿Y qué es lo que tenemos que quitar del medio?-preguntó Shinon con la cuerda de su arco tensada y con una flecha preparada para atravesar cualquier cosa que se pusiera en su camino.
-No lo sé exactamente Shinon, no soy adivina, pero igualmente no bajéis la guardia-dije mirando en todas direcciones. En ese momento el techo tembló un poco y una roca cayó. Pudimos esquivarla a tiempo, pero el arco de Rolf quedó bajo la roca.
-Mi arco...-dijo Rolf mirando la piedra con tristeza.
-¡¿Cuántas veces te he dicho que no sueltes el arco?!-preguntó Shinon con dureza.
-Dejadle en paz, el pobre chaval se salvó a sí mismo. Es el instinto del ser humano-dije defendiendo a Rolf.
-¡Me da igual lo que sea! ¡Este grupo de mercenarios no es muy rico que digamos y no podemos permitirnos el lujo de perder un arco!-me gritó enfadado.
-Shinon...yo que vos no hablaría así a Irina...-dijo Jin mirándome y temiéndose mi reacción hacia Shinon. Se notaba mucho que éramos amigos desde hacía muchos años.
-¡Yo la hablaré como quiera!-gritó. Se acercó a mí y me empujó. Caí de culo al suelo.
-¡¿Te crees mejor que yo solo por ser la Diosa de la Guerra?!-me preguntó.
-No es que lo crea Shinon...-dije levantándome, -es que lo soy-dije levantando la vista. Vi terror en la mirada de todos. Devil Irina me había prestado de nuevo su fuerza y mal carácter. Extendí ambas manos hacia Shinon rápidamente.
-¡Impulerit!-grité, al segundo Shinon salió despedido hacia la pared y se dio con la espalda en esta. Mientras volaba soltó su arco. Me acerqué hasta él y le agarré de la pechera.
-¡No debéis soltar vuestro arco Shinon! ¡Eso es de mal arquero!-grité. Le solté y cayó de culo al suelo. Me di la vuelta y me acerqué al grupo.
-Disculpadme Ike, pero ya sabéis que mi otro yo no tolera idiotas a mi alrededor-dije.
-Comprendo, no pasa nada-dijo. Muy disimuladamente se colocó frente a Mist, temiendo que la hiciese daño.
-Jamás podría hacerla daño, es muy buena persona, así que no temáis Ike-le dije acercándome a Jin.
-Deberías calmarte-me dijo este mientras me pasaba la mano por la espalda.
-Sabes que no puedo...-dije. Me abracé a él para calmarme.
-Creo que me has roto algo...-dijo Shinon poniéndose en pie.
-Me da igual Shinon, ajo y agua como se dice en mi tierra-dije enfadada, intentando que el calor corporal de Jin calmase mis humos.
-Creo que todos deberíamos calmarnos-dijo Edward. Suspiré algo más calmada. Rhys se puso a caminar hacia Shinon.
-Dejadlos Rhys, ya voy yo...-dije. Caminé hasta Shinon y miré su espalda. Tenía un corte importante y sangraba. Le toqué un poco las costillas y vi que le había roto una. Puse mis manos sobre las heridas.
-Caelestis remedii-dije. Al segundo una luz salió de mis manos y pude curar a Shinon.
-Espero que no volváis a meteros con nadie. Y mucho menos con Rolf y conmigo, ¿estamos?-pregunté. Shinon asintió. Noté enfado en su respiración. Se acercó a su arco y lo cogió de malas maneras. "Es un niño mal criado" pensé. Shinon se acercó a Rolf.
-A ver cómo te defiendes ahora, lo tuyo no son las espadas-dijo Shinon. Vi como Rolf se ponía colorado de vergüenza. Me acerqué a él.
-¿Cómo es el arco de tus sueños Rolf?-le pregunté.
-Pues no sé...tiene que ser bueno y que no se rompa-me dijo. Pensé un momento, miré al techo y cerré los ojos. Me concentré bien en pedir cierta cosita a mis jefes
-¿Qué hace?-preguntó Ike a Jin
-Está pidiendo algo a sus jefes, pero no me preguntéis el qué-contestó.
-Arc heros-dije. Al poco tiempo un cilindro de luz sale del techo y se acerca a mis manos. Luego la luz se marchó y en mis manos quedó un hermoso arco capaz de destruir todo cuanto tocase. Me acerqué a Rolf y se lo di.
-Se llama Arco del Héroe, pero eso da igual, lo importante es que es totalmente indestructible y, como puedes ver, su cuerda está muy tensa, por lo que nada podrá parar la flecha que lances. Esta será capaz de atravesar escudos de metal y armaduras, así que cuidado a donde apuntas-le dije. Rolf lo cogió con suma delicadeza y lo miró con fascinación.
-Gracias Irina-me dijo. Le alboroté un poco el pelo.
-De nada-le dije sonriente.
-Bueno, vamos a abrir la puerta que ya estoy harta de esta sala-dije. Abrí las alas y me fui junto a la puerta. La observé detenidamente.
-Soren está en lo correcto, no hay nada que impida que se abra, por lo que no entiendo porqué no se abre-dije. Todos volvieron a subir hasta la puerta, pero esta vez Gatrie subió solo con un poco de ayuda de Oscar.
-¿Entonces no vamos a poder salir de aquí?-preguntó Mia. Cuando me disponía a responderla oigo algo tras nosotros. Me giré rápidamente pero no vi nada.
-¿Qué pasa Irina?-me preguntó Volug.
-Creo que aquí hay alguien que se está divirtiendo con nosotros-dije con mis sentidos alerta.
-¿Y quién puede ser?-preguntó Boyd
-No tengo idea-dije. En ese instante la puerta, como por arte de magia, se abre. Me quedé totalmente pasmada.
-Y ahora se abre, este Santuario está como una cabra-dijo Jin. Cruzamos la puerta y vi un pasillo con una puerta al final.
-Vamos, por allí se va a la sala principal-dijo Midna. Abrimos la otra puerta y vi una sala enorme, circular, una fosa con agua con una escalera en el medio y dos pisos, nosotros estábamos en el piso alto. Me fijé en que había más interruptores colgantes y un montón de puertas.
-Pregunta...¿por dónde?-pregunté.
-El nivel del agua sigue siendo el mismo, vamos, hay que ir al pilar de debajo de las escaleras-dijo Midna.
-Espera, ¿y cómo van a ir los de armadura?-preguntó Jin. Todos miramos a Gatrie.
-Mmmm...-dijo Midna.
-Lux Bridge-dije, mi Master Sword soltó una luz amarillenta y un puente de luz apareció frente a nosotros, este conectaba la segunda planta con la parte de abajo de las escaleras, donde, según Midna, había una puerta que nos llevaría a la salida. Cruzamos el puente sin problemas y llegamos a el pilar de decía Midna, era el soporte de las escaleras, este tenía una puerta grande y en el suelo había un candado enorme.
-Veo que el candado sigue aquí-dijo Midna mirando el mismo.
-¿Y a dónde da esa agujero?-preguntó Nailah señalando un agujero enorme que había en el centro de la sala circular que había dentro del soporte de las escaleras.
-Da a la sala del jefe, pero Link ya se ocupó de él en su momento-dijo Midna.
-Me alegra que Link derrotase a Ganon hace tiempo, pero igualmente no lo remató del todo, sino no estaríamos aquí-dije entrando en la sala.
-Bueno, espero no darme un leñazo de aquí te espero-dije riendo.
-¡¡¡Jerónimo!!!-grité tirándome por el agujero. Estuve cayendo unos segundos y luego vi una sala enorme circular, era mucho más grande que cualquier sala que hubiese visto antes. Vi que no había agua ni nada, por lo que me pegaría la de Dios, así que abrí las alas y cogí al primero que cayó el cual era Jin. Lo bajé al suelo y poco a poco fueron cayendo los demás. Hubo uno que se me escapó pero cayó en un charco profundo de agua, por lo que se empapó entero.
-¡Jajaja!-reí, -¿que pasa Shinon? Un baño no viene mal-dije riéndome de él.
-Muy graciosa-me dijo saliendo del agua. Se detuvo en la orilla, se escurrió el pelo y la ropa y salió totalmente del agua.
-Calma, ahora os seco no temáis por eso-le dije acercándome a él.
-No me lancéis por los aires como la última vez-me dijo con algo de rencor.
-Prometo no hacerlo-dije sonriendo y dirigiendo mi mano derecha hacia él, -aura-dije, una suave pero consistente brisa corrió y Shinon se secó en poco tiempo.
-No entiendo por qué me mojé yo y no los demás-dijo peinándose, realmente era presumido a parte de prepotente.
-Será el Karma-le dije.
-¿Qué es eso?-me preguntó Micaiah.
-En algunas religiones de la India, energía derivada de los actos que condiciona cada una de las sucesivas reencarnaciones, hasta que se alcanza la perfección-dijo Soren
-No me he enterado de nada-dijo Sothe.
-Algunos creen que el Karma es una fuerza que da castigo a alguien por haber hecho algo malo a alguien sin motivo, la Naturaleza te devuelve las malas jugadas-dije.
-Yo no creo en esas cosas-dijo Shinon con aire de importante.
-Bueno, cada uno es libre de pensar lo que quiera-dijo Jin.
-¿Y ahora como salimos de aquí?-preguntó Mist
-Por aquella grieta de la pared-dijo Midna.
-¿Cómo dices?-pregunté, -por ahí no entramos ni de guasa-dije
-Lo siento, antes podía teletransportarme pero ahora no-me dijo Midna.
-¿Y por qué?-preguntó Jin
-Eso me gustaría saber...-dijo Midna dirigiéndose a la grieta que había en una de las paredes de la colosal sala. Todos nos acercamos a la misma, pero por ahí no entraba ni Mist que era la más pequeña y delgada.
-¿A dónde la la grieta?-preguntó Titania.
-Según mi olfato da al Lago Hylia-dije.
-¿Y cómo se supone que vamos a cruzar?-preguntó Edward
-A lo mejor Zelda sabe-dije girándome, la miré y vi que estaba con la vista fija en la otra punta de la sala. Me acerqué a ella.
-¿Qué ocurre Majestad?-pregunté.
-Noto una presencia muy familiar aquí...-me dijo.
-A lo mejor es algún fantasma-dijo Boyd sarcástico.
-No bromeéis con eso os lo ruego-dije.
-Disculpadme pues-me dijo. En ese momento una flecha me da en el costado izquierdo, haciéndome una herida profunda. Caí de rodillas al suelo y todos se pusieron en guardia. Jin se acercó a mí y me puso tras Gatrie. Mi herida sangraba a mares y Jin la taponó con sus manos.
-Déjalo Jin...no creo que puedas...detener la hemorragia-le dije. Me puse en pie, sobreponiéndome al dolor y desenvainé mi espada y saqué  mi escudo. Me puse por delante de todos.
-¡Da la cara cobarde!-grité. Al segundo una figura aparece entre las sombras, poco a poco esa figura se fue acercando más hasta que vi perfectamente quien era.
-Link...-dijo Zelda pasmada. Esta dio un paso al frente pero la agarré de un brazo y la empujé tras de mí.
-Irina, es Link-me dijo Zelda algo impactada por mi reacción.
-No es él. Sí es su cuerpo pero su mente no responde a sus órdenes-dije poniéndome en posición de ataque.
-¡Preparaos para la batalla Mercenarios!-gritó Ike con su voz de mando mientras el sonido del acero del filo de su espada al desenvainarse cortaba el aire. Todos se pusieron en posición defensiva. Protegían a los arqueros, magos, curanderos y a Zelda haciendo un círculo. Me puse en el centro de este y me acerqué a Rhys.
-Si hacéis el favor de curarme...-le dije. Rhys sacó su bastón y me curó en un abrir y cerrar de ojos.
-Gracias Rhys-le dije. Él me sonrió y me puse delante de todos. Me acerqué un poco a Link, esperando que él viniera a por mí. Pero se estuvo quieto en el sitio. "No te acerques Irina, no me gusta que Link no venga a atacarte" me dijo Devil, "estoy contigo loca" la dije amistosamente. En ese momento oigo como una barrera de maldad encierra a todos los demás, dejándome a mí fuera del círculo. Me acerqué corriendo a la barrera.
-¡¿Estás todos bien?!-pregunté preocupada.
-Sí, pero ten cuidado Irina, sabes que Ganon va a por ti-me dijo Jin. Vi miedo en su mirada.
-Tendré cuidado Morenito-le dije con cariño. En ese instante la barrera me lanza una especie de onda expansiva, lanzándome así varios metros hacia atrás. La funda de mi espada se rompió debido al impacto de la onda, por lo que perdí la espada durante el vuelo. Aterricé de espaldas, me senté e intenté quitarme el aturdimiento. Llamé varias veces a mi Master Sword, pero hizo caso omiso de mí por alguna extraña razón. Cuando estuve bien de nuevo levanté la vista del suelo y vi a Link, mi corazón se encogió un segundo. Link me golpeó con su escudo y me hizo una herida en la ceja derecha. Quedé aturdida de nuevo y Link aprovechó la situación para coger su espada y herirme en la espalda. Le di en el pie y le hice caer al suelo, me puse en pie rápidamente y me transformé en lobo, pues no tenía nada más con lo que defenderme.
-Lo siento Link...-dije. Salté, caí encima de él y le mordí en el brazo, destrocé medio protector de su antebrazo izquierdo pero me golpeó de nuevo con el escudo en el hocico y me quitó de encima suya. Mi nariz comenzó a sangrar. Link se puso en pie y comenzó a lanzarme cuchilladas las cuales esquivaba como podía. "Soy demasiado lenta siendo lobo" pensé. Abrí las alas y aleteé con todas mis fuerzas. Lancé a Link hacia atrás. Mientra este se levantaba me transformé en humana y le lancé una bola de luz para eliminar la maldad de su cuerpo, pero la esquivó con facilidad.
-¡Maldita sea!-exclamé enfadada.
-No podrás derrotarme Irina...-me dijo. Noté mucha maldad en su voz.
-Prometo salvaros Link...-me dije en voz baja. Miré a sus ojos y vi algo extraño pero que me resultó familiar.
-Ese brillo...-dije. En ese momento Link se lanza a por mí, caímos al suelo y rodamos por el mismo. Conseguí quitarle el escudo pero tenía la Master Sword bien agarrada, como si estuviera pegada a su mano. Rodamos y rodamos y al final él quedó encima de mí. Intenté quitármelo pero fue inútil. Link me golpeó con la empuñadura de su arma, me hizo un corte en el labio y quedé aturdida, tanto que, cuando Link se levantó, no pude ponerme en pie. Link se puso de forma que sus pies pisaban mis manos. Elevó la Master Sword, el filo de esta apuntaba a mi corazón. Eso no era buena señal. Link elevó su espada por encima de su cabeza. Era obvio que las órdenes que tenía eran de matarme. Cuando pensé que Link me atravesaría de un lado a otro con su arma, algo salta hacia él y me lo quita de encima. Me giré como pude y vi que ese algo era un amigo mío.
-Darky...-dije. Mi amigo era, sin duda alguna, Dark Link. Este y Link rodaron por el suelo. Ambos se pusieron el pie y prepararon sus armas para combatir.
-Creo que no has hecho bien en meterte con Irina...-dijo Darky. Los dos se pusieron a caminar en círculos pero sin dejar de mirar al contrincante.
-¡Apártate, no va contigo el tema!-gritó Link, este se lanzó a por Darky y ambos se pusieron a combatir encarnizadamente. Se herían mutuamente, realmente luchaban a vida o muerte. Llegó un momento en el que ambos se detuvieron para descansar, pero no dejaban de mirarse con odio y su posición era ofensiva.
-Creo que deberías retirarte, es por tu bien Link-dijo Darky haciendo bailar su arma en su mano.
-Tengo órdenes muy estrictas, así que no abandonaré hasta que La Diosa de la Guerra muera-dijo Link. Estaba realmente poseído o dominado por el poder oscuro de Ganon. Ambas opciones no eran buenas ni para él ni para nosotros.
-Entonces creo que no me queda más opción que dejarte sin sentido-dijo Darky. Con la velocidad del rayo se lanzó a por Link. Este le esquivó ágilmente pero Darky fue rápido de reflejos y se montó en la espalda de Link. Este se movía con violencia para quitarse a Darky de encima, pero lo hizo en vano. Darky dejó caer su Master Sword y, con su mano izquierda, se agarró a Link y con la derecha le tocó y hizo presión en una parte de la nuca, dejándole totalmente inconsciente. Link cayó al suelo y Darky con él. Este se puso en pie, estaba sudando y su respiración era acelerada. Darky cogió su arma y se acercó a mí.
-¿Estás bien Irina?-me preguntó arrodillándose a mi lado.
-Sí, eso creo. Solo que me sangra la nariz, el labio y la ceja. Por lo demás estoy bien-le contesté. Darky sacó algo del saco de su cintura, lo vi bien y era una poción roja. Era una poción que te curaba las heridas. Era como el bastón de Rhys. Darky me agarró con cuidado, me sentó en el suelo y me dio a beber. Mis heridas desaparecieron al poco tiempo. Darky se sentó delante de mí.
-¿Estás mejor?-me preguntó guardando la botella medio vacía en su saco.
-Sí, gracias cielo-le contesté sonriente. Me lancé a sus brazos pues hacía mucho tiempo que no le veía.
-Me alegra mucho verte de nuevo-le dije apretujándolo contra mí.
-Yo también me alegro de verte Irina-me dijo él.
-Disculpad, ¿podríais sacarnos de aquí?-preguntó Sothe algo incómodo por la "encerrona". Darky y yo nos pusimos en pie y nos acercamos a la barrera del maldad que aprisionaba a todos.
-Yo no puedo tocarla, me quemaría-dije mirando a Darky.
-De eso me encargo yo-dijo este sonriente. Darky, al ser un ser oscuro, era capaz de tocar todo lo relacionado con el Mal sin ser herido. Darky metió la mano en la barrera y la atravesó sin problemas.
-No es muy fuerte, pero para un humano o alguien no oscuro sería nefasto-dijo Darky sacando la mano de la barrera.
-¿Cómo vas a romperla?-le pregunté.
-Con un buen golpe todo se arregla-me dijo.
-¡Al fin alguien que comparte mi opinión!-dijo Jin. Todos reímos un poco.
-¿Y con qué vas a golpearla?-pregunté.
-Creo que con una buena estocada de la Master Sword servirá-dijo Darky desenvainando su arma. Se alejó un poco de la barrera. Yo me alejé también y me puse tras él. Con un solo roce de un fragmento de la barrera podría quedar herida de gravedad. Darky apuntó con el filo de su arma a la barrera. Todos los que estaban dentro se alejaron del lugar de impacto para no resultar heridos.
-Ten cuidado Darky, no te hagas daño-le dije. Me miró por encima del hombro y me sonrió. Darky fue corriendo e hizo un ataque con salto. Un corte volador que se llamaba. Golpeó con mucha fuerza la barrera y, del impacto, salió disparado hacia atrás. Cayó cerca de mí. Me acerqué a él para ver si estaba herido.
-¡¿Estás bien Darky?!-le pregunté mientras le ayudaba a sentarse en el suelo.
-Creo que sí-me dijo algo aturdido.
-¿Te duele algo?-le pregunté poniéndome delante de él.
-Estoy bien Irina, no temas-me dijo mientras me miraba sonriente. Elevé la vista de él y vi que todo el grupo se estaba acercando a nosotros. Pero me alarmé, pues no vi a Zelda.
-¿Dónde está Zelda?-pregunté mientras ayudaba a Darky a ponerse en pie.
-No sé, iba tras de mí hace unos segundos-dijo Boyd mirando tras de sí. En ese momento Darky  me toca el hombro. Me giré y vi que estaba señalando a Zelda, esta estaba con Link en las manos. Noté como su corazón latía con tristeza. Me acerqué a ambos.
-¿Qué le ocurre?-me preguntó Zelda.
-No sé Majestad, pero podéis estar segura de que removeré cielo y tierra para que Link vuelva a la normalidad, lo juro-dije arrodillándome al lado de Link y tomándole la temperatura corporal poniendo mi mano en su cuello.
-¿Qué hacéis?-me preguntó extrañada.
-Estoy viendo si tiene fiebre y por lo que me dice mi mano Link está demasiado caliente para mi gusto-dije acercando mi cara a la de Link. Le besé la frente y, en efecto, tenía fiebre alta.
-¿Está enfermo?-preguntó Jin tras de mí.
-No creo Moreno, pero igualmente no me gusta que haya intentado matarme ni que tenga fiebre-dije con temor a lo que le pudiese estar pasando a Link.
-¿Crees que es eso?-me preguntó Darky arrodillándose a mi lado.
-No lo sé, pero espero que no por el bien de todos, sabes que solo ellos dos son capaces de eliminarlo de el cuerpo de alguien-le contenté mirándole.
-Pero uno está enfermo y la otra está en Begnion, así que no podremos ir a buscarlos si no encontramos la manera de acceder a Tellius-me dijo Jin.
-Eso ya lo sé, pero si a Link le pasa lo que pensamos vamos a necesitar a ambos por lo que tendremos que ir a Tellius por narices-le contenté.
-¿De qué estáis hablando? Parecéis senadores hablando-me dijo Ike.
-No me volváis a comparar con esos malnacidos si me hacéis el favor Ike-le dije seriamente.
-Lo lamento Irina, os pido disculpas, no volverá a pasar-me dijo.
-¿Qué es lo que pensáis que le pasa a Link?-preguntó Zelda. Noté temor en el tono de su voz.
-No es nada, no temáis Majestad, ya os he dicho que lo haré todo para que Link se ponga bien-la contesté para calmarla. No era conveniente que nadie supiese el peligro que podríamos correr al estar junto a Link, así que Darky, Jin y yo nos callamos para no alarmar a nadie.
-Será mejor que vayamos a algún lugar a descansar un poco-dijo Soren.
-Podríamos ir a la Tasca de Telma, en la ciudadela-dije.
-Bueno idea, me gusta dormir allí-dijo Darky.
-Yo os llevaré-dijo Zelda dejando a Link con delicadeza en el suelo y poniéndose en pie.
-Alguien debe llevar a Link-dijo Oscar.
-Yo le llevo-dijo Jin adelantándose. Lo cogió con cuidado y se lo echó a la espalda. Me acerqué al escudo de Link y a su espada y los cogí. No era conveniente dejarlos allí. Envainé la Master Sword a mi espalda y guardé el escudo junto al mío. Me acerqué al grupo y le coloqué el gorro a Darky, pues lo tenía torcido.
-Vayamos a dormir un poco-dije mirando a Zelda. Esta se concentró y elevó las manos. Una luz nos envolvió y cuando pude ver de nuevo estábamos en el callejón de la Tasca. Me acerqué a la puerta de la misma. Metí la mano en mi saco de rupias y miré a todos.
-¿Cuántos somos?-pregunté. Todos se pusieron a contar.
-Somos 24-dijo Soren. Revolví mi saco y conté las rupias que tenía. Solo me daba para que 23 se alojasen.
-No tengo dinero para todos, me falta para uno-dije.
-Yo puedo esconderme en la sombra de alguien, así no cuento como huésped-dijo Midna.
-Buena idea-dijo Jin. Midna se escondió en mi sombra y entramos en la tasca. Esta era mediana, con una habitación cuadrada nada más entrar y luego una especie de salita a parte tapada por una cortina. Había unas cuantas mesas redondas de madera con sillas, una estantería llena de botellas a la derecha y una barra hecha de madera a la izquierda. Vi a Telma intentando tranquilizar a un par de hombres. Por el olor que desprendían estaban borrachos. Estos se pusieron a pelear. Se lanzaron botellas mutuamente y casi dan a Rolf con una.
-Dormire-dije. Al segundo ambos hombres cayeron al suelo profundamente dormidos. Telma me miró y sonrió aliviada. Se acercó a mí.
-Gracias Irina, siempre haces lo mismo-me dijo mientras nos dábamos la mano.
-No hay de qué-dije.
-Vaya cuanta gente-dijo Telma mirando el grupo, -son casi todo hombres, a ver si te echas un novio de una vez-me dijo sin cortarse. Me reí un poco.
-No creo que ninguno a excepción de Jin y Darky me quieran ver nunca más después de esta misión, Telma-dije.
-Vaya por Dios, con lo guapa que eres...-me dijo Telma.
-No lo dudes-dijo Jin
-Bueno ya vale-dije algo enfadada. No me gustaba nada hablar de mi vida privada y mucho menos delante de todo el mundo.
-No hace falta enfadarse mujer-me dijo Darky. Suspiré como diciendo "lo que tengo que aguantar".
-Telma, necesitamos alojamiento por una noche para todos-la dije. Saqué mi bolsa de rupias y me acerqué a la barra. Vacié toda mi bolsa sobre la misma.
-Es todo lo que tengo, creo que me dará para alojarnos a todos durante una noche-dije. Telma vino a mi lado, cogió todas mis rupias de encima de la barra y las metió en mi saco.
-Olvida el dinero, eres amiga y conocida, sé que puedo confiar en ti, así que tú y tus amigos no tenéis que pagar por estar aquí, tratad este lugar como si fuera vuestra casa-me dijo.
-Gracias Telma-la dije sonriendo. Até el saco a mi cinturón y me acerqué a los demás. Vi a Link inconsciente y me acordé de algo. Me acerqué a Telma y me la llevé a una esquina de la tasca para hablar.
-Necesito cadenas-la dije en voz baja.
-¿De que tipo?-me preguntó. Parecíamos contrabandistas.
-Mágicas, sé que son difíciles de encontrar pero las necesito-la dije.
-Estás de suerte, ayer me trajeron algunas-me dijo. Se fue a la barra y me guiñó un ojo. Le devolví la señal y me acerqué al grupo.
-Bueno chicos, coged las habitaciones que queráis, me pido dormir con Jin, Link y con Darky-dije riendo.
-¿Por qué con Link?-preguntó Zelda.
-Tengo que vigilar su fiebre, no quiero que se ponga peor-dije.
Todos subieron las escaleras que había a un lado de la tasca y desaparecieron al final de estas. Me acerqué corriendo sigilosamente a Telma.
-Voy al sótano a por ellas-me dijo. Yo asentí. Telma se fue tras la barra, abrió una trampilla oculta y se metió en ella. Al rato sale con cuatro cadenas mágicas en las manos, estas brillaban con una luz blanquecina y misteriosa. Se acercó a mí y me las dio en la mano.
-¿Para qué las quieres?-me preguntó. Me acerqué a su cara y se lo dije al oído.
-Madre mía pobre Link, con lo joven y atractivo que es...-dijo Telma.
-Por eso las necesito, pero a ver como les digo a todos que Link está en ese estado...-dije algo estresada.
-No te preocupes, ya encontrarás el momento y el lugar idóneos-me dijo Telma poniendo una mano en mi hombro.
-Eso espero...-dije suspirando. Miré las cadenas mágicas y me las guardé bajo el escudo para que nadie las viera. Miré a mi derecha y vi a los dos hombres borrachos durmiendo la mona.
-¿Te ayudo a llevarlos fuera?-la pregunté señalándolos.
-No hace falta, vete a dormir que seguro que estás muy cansada y tienes que vigilar a Link-me dijo.
-Cierto, gracias Telma-dije mientras caminaba hacia las escaleras.
-Buenas noches Irina-me dijo.
-Buenas noches Telma-la dije. Subí las escaleras y vi un pasillo con muchas puertas. Me acerqué a cada una y pegué la oreja a las mismas para ver quién estaba dentro. Estuve buscando un rato hasta que di con la mía. Entré y vi una habitación pequeña pero lo suficientemente grande para cuatro personas, tenía cuatro camas en cada esquina, una ventana al fondo y unos candelabros encima de cada cama. Al fondo a la derecha había un armario grande y a la izquierda una estantería. Vi que Jin estaba dejado a Link en la cama de al lado del armario. Entré sigilosamente y cerré la puerta lentamente.
-¿Las tienes?-me preguntó Darky mientras se quitaba la túnica.
-Sí, no hagas ruido Jin, nadie debe enterarse de lo de Link-dije dándole las cadenas. Jin se acercó de nuevo a Link y comenzó a encadenarle a la cama de pies y manos. Darky y yo nos acercamos y le echamos una mano. Cuando terminamos, Darky puso su brazo izquierdo sobre mis hombros.
-No debí dejarlo a merced de Ganon...-dije cabizbaja.
-No tuviste más opción Irina-me dijo Jin mientras se quitaba la chaqueta.
-Jin tiene razón, eso no fue culpa tuya-me dijo Darky mientras se quitaba las botas.
-Lleváis razón, lo mejor será olvidarlo y concentrarse en ayudar a Link a volver a la normalidad, lo que le pasa es peligroso en exceso-dije caminando hacia la cama que había nada más entrar a la izquierda. Me senté en el colchón de paja y me quité el traje de combate.
-Estás de buen ver como dijo Telma-dijo Jin quitándose la camiseta y descubriendo su torso.
-Anda que tú no te quedas corto guapito-le dije sonriendo.
-Yo tampoco estoy mal-dijo Darky mirándose a un espejo que había al lado de su cama.
-No me hagas hablar-le dije tumbándome en la cama.
-¿Por qué? ¿Tan mal estoy?-preguntó Darky.
-Todo lo contrario cariño, estás muy bien, eso ya lo sabías-le dije mirando al techo. Jin y Darky rieron.
-Bueno, será mejor descansar un poco, mañana será un nuevo día-dijo Jin metiéndose en la cama de mi izquierda.
-Sí, tengo ganas de dormir un poco-dijo Darky tumbándose en la que tenía enfrente de la mía.
-Buenas noches chicos guapos-dije riendo.
-Buenas noches chica cañón-me dijeron ellos a coro. Me reí con ellos. Me giré en la cama y me quedé dormida al poco tiempo. Mañana era el día en el que deberíamos ayudar a Link con su problema, el cual era muy serio. Debíamos hallar una forma de poder devolverle a su estado normal antes de que hiciese daño a alguien o alguno del grupo se enterase de su situación. Mañana sería un día muy estresante y lleno de peligros, de eso no me cabía duda alguna...